ÁLEX SERRANO
Sábado, 9 de febrero 2019
Agentes de la Policía Local y la intervención de los comerciantes de la zona impidieron ayer que cuatro pirómanos incendiarian las puertas de madera de las Torres de Serranos y el Palacio del Arzobispado, tal como pudo saber ayer este diario. Los ataques se produjeron en torno a las 3 horas y forzaron un despliegue especial de agentes de la Policía Local para evitar nuevos intentos de prender fuego a edificios como la Lonja, el Mercado Central o las Torres de Quart.
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Todo ocurrió al filo de las 3 horas, cuando según explicaron diversas fuentes, desde el interior del Palacio Arzobispal escucharon ruidos y salieron a ver qué estaba pasando. Allí se encontraron con cuatro jóvenes que salieron huyendo y con una bolsa de basura con ramas y una tapa de alcantarillado. El fuego no llegó a prender gracias a la intervención de personas que salieron del Arzobispado.
Instantes más tarde, en las Torres de Serranos sí se dio un pequeño conato de incendio cuando también cuatro personas (todo parece indicar que eran las mismas) prendieron fuego a parte de la puerta de madera del baluarte. El incendio no fue a más gracias a la rápida intervención de un empleado de un restaurante cercano, con quien este diario habló ayer y que confirmó lo sucedido: salió rápidamente con un cubo de agua y sofocó el incendio, aunque los bomberos llegaron instantes más tarde.
Para evitar más ataques al patrimonio, efectivos de la Unidad de Convivencia y Seguridad (UCOS) de la Policía Local de Valencia se desplegaron por el centro para vigilar los monumentos. Llegaron patrullas de toda la ciudad, según pudo saber LAS PROVINCIAS. Se temía que hubiera más ataques a otros edificios históricos, como el Mercado Central, las Torres de Quart o la misma Lonja de la Seda, que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No es la primera vez que el fuego daña patrimonio histórico valenciano. A comienzos del pasado año, el incendio del colchón de un indigente que dormía junto a una de las puertas laterales de las Torres de Quart dañó seriamente la fachada del edificio. Además, las pintadas en muchos de estos monumentos, como en la Lonja o en los puentes del río, son constantes.
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Y todo esto ocurre mientras nada se sabe del proyecto del Ayuntamiento de Valencia de colocar un sistema de cámaras de videovigilancia que permita controlar quién daña los monumentos y así reducir los ataques al patrimonio histórico valenciano de Ciutat Vella, uno de los centros históricos más antiguos de España. El proyecto ya ha sido presentado a la Comisión de Videovigilancia y se está a la espera del dictamen definitivo.
Vandalismo en las calles de valencia
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