![Estado actual del derribo de parte de Agrónomos.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202012/13/media/cortadas/fotoagronomos-U120313535610EeD-RBkMzARI4BXPsiqCClt0tAP-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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El Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana estudiará esta semana el derribo de las naves de una altura de la antigua Escuela de Agrónomos. Las obras, llevadas a cabo este fin de semana, fueron aprobadas en tiempo récord por el Consistorio y la conselleria de Cultura, que se ampararon en la situación sanitaria para autorizar el derribo sin saber al 100% si los edificios que ya no son más que escombros estaban o no, efectivamente, protegidos.
De hecho, la conselleria de Sanidad pidió informe a Cultura el 30 de noviembre. Este llegó el día 7 de diciembre. En él se decía que no se podía saber si las edificaciones bajas situadas junto a dos edificios en altura que sí estaban protegidos gozaban del mismo nivel patrimonial. «La ausencia de un instrumento de detalle como el Plan Especial hace imposible determinar con exactitud si las naves que se propone demoler deben ser consideradas como parte intrínseca del edificio de la antigua EUITA, si son contemporáneas a este y obra del mismo arquitecto o si en definitiva hay alguna parte que cumple esos requisitos. Por otro lado, se ha omitido la elaboración de un estudio detallado del inmueble a demoler como parte del proyecto de ejecución de la nueva instalación hospitalaria. En consecuencia, normativamente, los edificios protegidos en esa manzana son los que asume el Plan General, es decir, el volumen que emerge en altura correspondiente a la antigua escuela de peritos agrícolas y la actual escuela de psicología», indica el documento al que ha tenido acceso este diario. Las edificaciones bajas, por tanto, podían ser demolidas porque la Universitat de València no ha presentado el plan especial de protección, pese a que según distintas fuentes está pendiente desde 2015, y porque sin él no hay manera de saber si los antiguos edificios de laboratorio gozan o no del mismo nivel de protección.
La conselleria da su visto bueno «al no estar normativamente determinados los valores patrimoniales del entorno del Bien de Relevancia Local (cuya ficha no se aprobó)». Cultura, por tanto, asume que como no se ha explicitado que las edificaciones bajas están protegidas, no lo están. Pero si esta explicación ha llamado la atención de los arquitectos, no lo ha hecho menos la del Consistorio. En un informe emitido el día 9, el servicio de Planeamiento se ampara en la ficha de la manzana para explicar por qué las edificaciones bajas no están protegidas. Concretamente, en que no tienen un asterisco encima. «La única edificación que dispone de algún nivel de protección –en este caso 2– es el edificio en altura, estando el resto de edificaciones sin protección alguna como se comprueba en el plano que se adjunta, dado que el asterisco, elemento utilizado por el Plan para marcar el elemento protegido, se incluye sólo en la edificación en altura». Eso sí, el Consistorio, aunque dice que pueden ser derribados, hace una salvedad importante: «Tratándose de un entorno de protección de un Bien de Relevancia Local, la administración autonómica es competente para resolver sobre cuestiones patrimoniales en el mismo por lo que se debe estar a lo indicado por el organismo autonómico competente». La pelota, por tanto, al tejado de Cultura, que ya había dicho que informaba favorablemente, aunque con reparos, a las obras.
La dirección general de Patrimonio afea, en su informe sobre el derribo, al Ayuntamiento de Valencia que no se haya elaborado un plan especial de protección de los edifcios universitarios protegidos de la avenida Blasco Ibáñez. «Es una necesidad urgente de acuerdo con los compromisos adquiridos en el proceso de redacción de su Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos», termina el documento, que exige, antes del derribo, varios estudios previos como un levantamiento planimétrico y fotogramétrico exhaustivo de la zona a demoler. Además, exige a Sanidad que el nuevo edificio proyectado «deberá asumir el mantenimiento tipológico de fachada, tipologia estructural y mantenimiento de patios».
Este plan, que tenía que hacer la universidad, es un auténtico misterio. Según Sendra, «se contrató, se redactó y está custodiado por la Universitat de València, por lo que algo tendrá que decir en este procedimiento, pues parece ser que protegía las naves hoy demolidas», insistió el decano de los arquitectos valencianos. Fuentes de la sección territorial del colegio de Valencia apuntaron que no «cabe ninguna duda» de que los edificios bajos sí pertenecen a la Escuela de Agrónomos. «Son de una única altura porque los arquitectos consideraron que era lo mejor para su uso, pero evidentemente pertenecen al mismo edificio», insistieron. Lo cierto es que lo que consideran falta de celo de la universidad y de la conselleria ha enfadado y mucho al colectivo de arquitectos de la ciudad, que llevan todo el fin de semana debatiendo qué medidas tomar. En cualquier caso, las naves ya han sido demolidas y ayer varios operarios trabajaban en los últimos derribos, dado que al ser una obra de emergencia los trabajos tienen que terminar cuanto antes. Los vecinos se sorprendían ayer con que hubiera operarios trabajando en fin de semana, pero la premura aprieta.
La dirección general de Patrimonio que encabeza Carmen Amoraga comenzaba su informe con un párrafo revelador en el que hacía referencia a la pandemia de coronavirus. «La situación de emergencia de salud pública ocasionada por el Covid-19 como pandemia internacional constituye una crisis sanitaria sin precedentes y de enorme magnitud por el muy elevado número de ciudadanos afectados. Para hacer frente a esta situación, grave y excepcional, la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública ha promovido la construcción de un nuevo centro hospitalario vinculado al Hospital Clínico Universitario». Dicho y hecho: el antiguo laboratorio ya es historia. En un tiempo récord: en menos de 12 días parte de la antigua escuela no es más que escombros en la acera impar de Menéndez Pelayo.
Los arquitectos, en el ínterin, enfadadísimos. Luis Sendra, decano del Colegio de Abogados de la Comunitat Valenciana, confirmó ayer que en dos reuniones esta semana, tanto hoy como el jueves, debatirán el derribo de la vieja Escuela de Agrónomos, obra de Moreno Barberá y Borso di Carminati. «Es una triste noticia que un elemento de gran importancia en la arquitectura del movimiento moderno en la ciudad de Valencia haya sido destruido en condiciones lamentables con la connivencia de la conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de Valencia«, indicó Sendra. El decano explicó que el proceso por el cual se ha aprobado el derribo ha sido «anormalmente rápido».
«Hemos solicitado informe y parecer a diversos profesionales y mañana –por hoy– está convocada la Comisión Permanente de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana. Una vez analizados los pormenores se plantearán las acciones, ya que la aprobación definitiva de la ficha de esa manzana quedó suspendida en febrero de 2015», señaló Sendra, que aseguró que la actuación de la Conselleria de Cultura, su falta de celo en la búsqueda de información previa a autorizar la actuación, «se tendrá que justificar, ahora sí, sin necesidad recurrir ni a la nocturnidad ni a la pandemia», advirtió.
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