Dos barrios entre solares y el muro del Parque Central

Justo a espaldas del colegio Jesús y junto al archivo de la Diputación (que antes fue el sanatorio Padre Jofré) hay un terreno enorme de tierra pendiente de edificar.

José Carrión, presidente del centro de mayores situado en la calle Escultor Vicente Rodilla, explica que llevan «varias décadas ya con este solar enorme pendiente de que actúen».

Antiguamente era una fábrica que trabajaba con la madera, «pero sólo queda la chimenea. Desde hace años que se ha convertido en un aparcamiento, pero el suelo está que da miedo».

Y es que el terreno de tierra está repleto de socavones «y cada vez que llueve se quedan durante semanas unos charcos descomunales y los coches van repartiendo el barro por las aceras».

Por eso, explica que mientras «que no se edifique o se haga lo que toque en el solar, por lo menos podían eliminar esos agujeros, urbanizar o poner de forma plana el suelo y que siga siendo aparcamiento».

También describe que en más de una ocasión «en este solar han abandonado coches robados». Además en un paseo por la zona, es fácil ver bolsas tiradas por el suelo con botellas de cerveza «y tenemos algunos charcos que sobre todo ahora en verano huelen fatal y son un foco para que críen los mosquitos». A eso hay que añadir que las palomas acuden a la zona para beber y luego ponen perdidos los coches y también la zona de los jardines.

Otro tema que les preocupa es la poda y mantenimiento de los jardines y parques. «Y es importante que limpien el barrio, sobre todo en la parte recayente al bulevar sur, porque la zona verde está seca».

Entre los servicios que sí disponen en el barrio, destaca el centro de salud y «el centro de mayores lo tenemos desde hace doce años y hacemos homenajes a personas que destacan por su trabajo y su valencianía, como el que hicimos al cirujano Pedro Cavadas a Hortensia Roig por su apoyo en Edem a los jóvenes empresarios y también hemos hecho a Mensajeros por la Paz o poblaciones como Morella».

En otro punto previsto en planes por ejecutar, desde el barrio de Malilla destacan el «muro de las lamentaciones que hay al final de la calle Oltá, porque está el muro que separa al vecindario de las vías del tren», indica Tania Cortés.

En un futuro estas vías desaparecerán, porque se engloban en las obras del Parque Central , y dará paso al bulevar Federico García Lorca, pero «hasta que ese momento llegue, la realidad es que en la calle Oltá hacen falta aceras accesibles y la gente que vive en esta vía y quiere ir hacia Alquería de la Comtessa no puede pasar porque la acera es mínima y, aunque hay un descampado, está lleno de socavones y se pueden caer y si llueve, se pone perdido de barro».

Cortés afirma que esa zona del barrio «está abandonada, por eso tenemos muchas ganas de que sea una realidad el soterramiento de las vías porque seguimos con la pasarela peatonal de Iturbi, donde se renovaron las rampas por la presión vecinal».

Añade que además, que en el barrio no tienen sede para la entidad vecinal «y el centro juvenil nos cede una tarde a la semana la sede para reunirnos. Necesitaríamos que en el Parque Central podamos tener puntos para reunirnos».