El barrio que resurge entre ruinas y reformas
UN DÍA EN EL CABANYAL ·
Los vecinos pelean por reconstruir la zona mientras muchas viviendas siguen vacías, sin rehabilitar, y los problemas de convivencia en la zona se enquistanUN DÍA EN EL CABANYAL ·
Los vecinos pelean por reconstruir la zona mientras muchas viviendas siguen vacías, sin rehabilitar, y los problemas de convivencia en la zona se enquistanEl Cabanyal - Canyamelar es un barrio en obras. Hace poco estrenó aceras nuevas y más anchas, algunas plazas con fuentes y bancos nuevos o árboles que lucen las calles. Ahora, un parque de juegos, con skateparck y unas canchas deportivas se contruye frente ... Bloques Portuarios. Lo nuevo convive con lo ruinoso mientras el barrio, sus vecinos, tratan de resurgir de entre esas ruinas. Y más allá del lavado de cara público, de las reformas y las obras municipales, ellos trabajan ladrillo a ladrillo y cada uno desde su parcela, en una reconstrucción de lo que no se ve a simple vista, de lo invisible, de lo social.
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Marcado por planes urbanísticos, politizado hasta la saciedad, el Cabanyal pierde vecinos, como una condena que cada año le deja más vacío, aunque eso tampoco se aprecie a simple vista. Pero se intuye entre casas tapiadas y otras ruinosas que aún se mantienen en pie. Son viviendas antiguas, algunas en manos municipales, otras abandonadas y las últimas ocupadas o revendidas a precios de miseria, pero casi todas con esa seña canyabalera. De una de esas, con dos alturas y puertas de madera, salen tres jóvenes.
«La casa es de mi abuela, yo ahora vivo aquí, de lujo, al lado de la playa», dice Antonio que reconoce su papel de guardián. «Estoy de vigilante, con esto de que se puede entrar a cualquier casa, sé tres o cuatro casas que están vacías y si yo me las sé, imagínate». Su familia es del barrio de toda la vida y él cree que poco será un barrio nuevo y de moda. «Es tranquilo, lo que me gusta es que es como un pueblo, aunque ahora puedes ver a más turistas, también hay bares y restaurantes nuevos, aunque algunas calles no van a cambiar», reconoce, pero dice que se puede convivir con ello.
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En la calle San Pedro o en la de Pescadores los vecinos lo ven más crudo. Como Lydia y Sylvie, que conviven a diario entre insultos y amenazas. «No queremos echarles, ni que se vayan, pero la Policía y el Ayuntamiento no pueden consentir que sean los amos, porque además del escándalo y la porquería, te insultan, te escupen y te dicen que van a por ti, si te quejas», lamenta Sylvie. También protesta por sentirse desamparada. «Nadie se atreve a hacer nada. ¿Dónde están los Servicios Sociales?». Los inmigrantes en el Cabanyal son el 17% de los vecinos. Muchos de ellos están integrados en el barrio, pero sobre todo, es la etnia gitana, una parte, la que se resiste a esa mimetización; así lo comentan los propios vecinos, que ven también las ruinas en lo social.
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«Que arreglen las calles, vale, pero hay otras formas de actuar y de mejorar que debería ser la ayuda social», añade. Y algo se empieza a hacer. De otra puerta, en la plaza de Doctor Lorenzo de la Flor, sale un grupo de chavales, jóvenes pero aún menores de edad. Casi todos se encienden un cigarro al salir, entre gritos, empujones y la voz de su tutora, Mili, que les pide calma. «Son menores que lo han tenido difícil. Mili asume que es un trabajo «duro» pero a la vez siente orgullo. «Me gusta pensar que les damos una oportunidad para empezar de cero y cambiar su futuro».
30 El barrio del Cabanyal-Canyamelar lleva treinta años perdiendo población. En las últimas décadas, cada año se van cerca de un centenar de vecinos. Este éxodo de residentes en su mayoría se debe a la emigración y a los cambios de domicilio.
Rozando el 40% en desempleo En el Cabanyal la población en activo que está desempleada llega a niveles más altos de lo habitual, rozando el 40% de desempleados.
17% Cerca de el 17% de la población en el barrio del Cabanyal son inmigrantes.
El Plan Cabanyal El nuevo Plan Especial del Cabanyal-Canyamelar (PEC) ya está en sus últimas fases de tramitación. Es un plan que quería romper con la «gran avenida al mar» del PP y que ahora proyecta un hotel de 15 plantas, junto a Eugenia Viñas.
100 Un centenar de viviendas de titularidad municipal de este barrio están en estado ruinoso. Los vecinos lo denunciaron marcando carteles informativos en las puertas tapiadas y reclaman al Ayuntamiento que se recuperen y se incorporen a la bolsa de vivienda pública.
Justo al lado de Bloques Portuarios, en lo que antes era un solar, ahora hay unos huertos urbanos y un jardín artesanal pero trabajado. Silvia sale la casa junto al jardín. Es de la asociación Cabanyal Horta. «Somos un centro social, hacemos talleres, charlas y eventos pero sobre todo nos dedicamos a arreglar este solar y darle vida», explica Silvia, y dice que son cada vez más vecinos los que se suman a esta reconstrucción de lo que antes era ruina.
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