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El arquitecto Sergio Adelantado prefiere apostar por un futuro para Correos que respete la condición primigenia del edificio, vinculada a la tecnología ... punta de cuando se construyó. «En aquella época», recuerda, «el edificio encarnaba la modernidad, que entonces pasaba por eso, por el servicio de correos y telégrafos». «De alguna manera», prosigue, «el futuro uso que se reserve al edificio tiene que tener ese espíritu presente». De ahí que su propuesta se dirija a fusionar ese alma juvenil con la vertiente tecnológica: «Debería ser un espacio para la gente joven, que falta hace en Valencia». Una idea que concreta a continuación en estos términos: «Sería un centro social y cultural, que pusiera el foco en las nuevas tecnologías».
Adelantado opina que un centro de esa características resultaría idóneo para, por ejemplo, organizar conciertos en su atrio central». «Pienso en fiestas o eventos pensados en ellos, para el público joven: que quedaran entre ellos para hacer un tik tok o para convertirlo en una especie de club social». Al arquitecto valenciano le agrada idear este núcleo joven en la plaza del Ayuntamiento compartiendo vecindad con el Ateneo, que representa el punto de encuentro de la generación senior, y anima a aprovechar todas las posibilidades de un edificio que admira. «Correos es apabullante», confiesa. Su sugerencia anima a «integrar el nivel interior» del inmueble, pensando que su uso adaptado a las exigencias de la generación más joven confluya con la forma que daría a la rehabilitación, que define en estos términos: «Arquitectura de vanguardia, experimental, efímera, , atrevida, cambiante». En definitiva, «un espacio joven también». «Y abierto a los arquitectos jóvenes de la Comunitat», añade.
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Adelantado subraya que, por esencia, «los jóvenes están más predispuestos a dejarse asombrar» y como insiste en recalcar la potencia de los espacios interiores del edificio y su espectacular atrio, reitera que, a su juicio, el destino de Correos debería respectar como condición básica «que sea un espacio lleno de vida, que se pueda visitar y disfrutar por la ciudadanía». «Lo que no haría», concluye, «sería un edifico institucional«.
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