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Lola Soriano
Valencia
Miércoles, 12 de abril 2023, 16:47
El estudio belga Omgeving es la firma internacional de diseño, urbanismo y paisaje que se ha llevado el gato al agua tras ganar el concurso convocado por el Ayuntamiento de Valencia para crear el corredor sur de Valencia. El objetivo es coser los barrios de la zona sur de la ciudad, desde Arrancapins y Raiola, pasando por Malilla, Cruz Cubierta, San Marcelino, Camino Real, San Isidro y Vara de Quart, con un corredor verde.
La propuesta es crear zonas ajardinadas en zig-zag que vayan entrando en los distintos barrios que están junto al margen del río y se crearán cerca de 5.000 viviendas hasta el Parque Central.
El pasado 21 de marzo la vicealcladesa de Valencia y responsable de Urbanismo, Sandra Gómez, dio a conocer el lema de la propuesta ganadora del concurso, que se presentó como 'Green Leaf', pero no ha sido hasta ahora cuando se ha conocido el nombre del equipo internacional que lo lidera.
Esta firma belga ha realizado trabajos para lograr la transformación de la antigua estación del tren de Gare Maritime en Bruselas o ha renovado la plaza de la Abadía de Averbode, en Bélgica y cuenta con premios como el de Arquitectura De Gilbert, Veenendeal Países Bajos de 2019 o el premio del público en el Premio Internacional de Paisaje Landezine, en la categoría de 'Oficinas' de Eslovenia, entre otros.
Esta empresa recuerda que su nombre Omgeving significa 'entorno', término al que le dan mucha importancia porque consideran que un diseño« táctico y preciso del espacio público puede actuar como catalizador para generar espacios atractivos y añaden que es vital prestar atención a la gestión del agua, la conservación del patrimonio y la gestión de las dinámicas ecológicas».
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La vicealcaldesa y responsable del área de Urbanismo, Sandra Gómez, ha puesto en valor que se trata de «la actuación urbana que marcará la historia y el futuro de nuestra ciudad, al igual que lo hizo en su día el concurso y posterior ejecución del Jardín del Turia».
En este sentido, ha apuntado que se trata «del proyecto más ambicioso y más grande después del concurso para recuperar el Turia, hace ya más de 40 años, y que ganó en su momento Ricardo Bofill».
Gómez afirma que con este corredor verde se conseguirá crear «una especie de parque lineal que conectará los barrios de Arrancapins; Ruzafa; la Raiosa; Malilla; Cruz Cubierta; San Marcelino; Camino Real; San Isidro y Vara de Guart y, además, se ordenarán los sectores urbanizables junto a las actuales vías de tren en los barrios de Cruz Cubierta, Malilla y San Marcelino».
Según Gómez, se ha optado por este proyecto porque «lleva al máximo la renaturalización de los espacios del corredor para extenderlos hacia el interior de los barrios y plantea soluciones interesantes en cuanto a las estrategias de movilidad sostenible o de mejora de la sostenibilidad ambiental».
La propuesta plantea una ordenación del corredor en su primer tramo que rompe la linealidad del Bulevar García Lorca, generando un espacio en zig-zag que forma cuñas verdes que se adentran en los barrios de Cruz Cubierta y Malilla.
Lleva así al máximo la capacidad de generar nuevas masas verdes de gran tamaño, y de acercarlas al mayor número de viviendas posible.
En todo el recorrido del corredor plantea además la sustitución, eliminación o cubrición de infraestructuras para generar más espacios verdes. Y plantea además una diversidad de paisajes que reproducen masas forestales, espacios agrícolas, zonas verdes vinculadas al agua, y otras de carácter más urbano.
Se propone un ambicioso sistema de movilidad sostenible, ciclista y peatonal, con soluciones que ya funcionan en otros países europeos, que integre los barrios del Corredor y se extienda a los pueblos y ciudades del sur de la ciudad, con la intención de reducir el tráfico interurbano en vehículo privado.
Así, plantea una red de ciclovías rápidas de 4 m de anchura que permitan conectar el área metropolitana con la futura Estación Central a 15 minutos en bicicleta. Esto se completaría con una red adecuada de aparcabicis y de conexiones intermodales con la red de metro, bus y cercanías.
Junto con la reducción de tráfico que propone, se plantea la posible desconexión del acceso desde la CV400, para reconducir esa entrada de tráfico por otras vías. Esta es una solución interesante para ganar espacios verdes entre San Marcelino y Cami Real, pero que habrá que estudiar con detenimiento durante la redacción del Masterplan.
Para la ordenación de los sectores edificables propone adoptar criterios que consigan «generar ecobarrios con cero emisiones, tanto en Cruz Cubierta como en San Marcelino», según detallan.
La distribución de los edificios integra los edificios ya existentes con los nuevos, así como los edificios de valor patrimonial, como las naves de Macosao el núcleo de viviendas de la calle Manuel Arnau.
Adaptándose a la forma en zig-zag del corredor, consigue que el máximo de edificios y fachadas lleguen a las zonas verdes. Para ello, además los edificios cambian de tipología conforme se adentran en el corredor, pasando debloques a pequeñas torres que ocupan menos suelo, como si la manzana y los edificios que las conforman se fuesen descomponiendo, generando una transición entre la ciudad consolidada y el corredor
También propone consolidar la calle 1º de Mayo como eje comercial entre Hort de Senabre y Malilla, concentrando usos terciarios y dotacionales.
A su paso por San Marcelino, se plantea una gran zona verde conectando con Camí Real, en la que se da continuidad a los recorridos peatonales entre los dos barrios.
Se propone prolongar la cubrición de las vías hasta el acceso al tanatorio, y aprovechar la topografía de ese nuevo espacio para generar más espacios verdes y de uso deportivo y de juego, como un talud donde se podrá jugar, con rocódromos y toboganes.
En San Isidro el diseño da una primera solución que, aun manteniendo las cocheras de la EMT y la presencia del talud hasta que se estudie su reubicación, sí que permite ganar ya espacios libres y mejorar la conexión del barrio con su núcleo histórico.
Así, plantea redistribuir el tráfico de acceso a las cocheras llevándolo a la trasera del pabellón, junto a la V30. Con esto se libera el espacio frente al núcleo histórico y se ganan espacios libres.
Además, plantea eliminar buena parte del talud y sustituirlo por un paso elevado, para conectar así directamente la iglesia y las viviendas con la nuevaordenación de la calle Pau, donde plantea nuevas viviendas de baja densidady espacios libres.
Esta solución es compatible en su diseño con la eliminación futura del talud y reconversión de la línea C3 en una línea tren-tram, tal y como se indicóen el pliego, y con el futuro traslado de las cocheras para dar una mayor continuidad al corredor.
La propuesta ganadora propone un proceso de redacción estructurado en cuatro fases, según detallan desde Urbanismo, que combina el trabajo técnico interno y el proceso cooperativo en abierto con entidades y agentes de los barrios, con una duración de 10 meses: ya que se precisará un mes para hacer análisis; dos meses para hacer un diagnóstico; cinco meses para el diseño colaborativo y dos meses para cerrar el estudio.
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