«Hay que ver lo explícito de lo que se nos sugiere», dice Ros

El obispo auxiliar Arturo Ros fue ayer el primer representante del Arzobispado en comentar el anuncio del Consistorio de Valencia de que tributen los edificios vinculados a la diócesis donde se realicen actividades lucrativas. «Miraremos lo que se pide», dijo tras señalar que desconocía cualquier petición del Ayuntamiento. «La Iglesia tiene que colaborar con las entidades civiles, no veo inconveniente en lo que se nos pide, pero hay que ver lo explícito de lo que se nos sugiere, aunque algunos no son lugares de culto pero sí de acción social o actividades caritativas», subrayó.

Ante la insistencia de los periodistas abundó diciendo que «conforme se nos pida lo haremos, con mucha serenidad». Ros dijo desconocer el número de propiedades que podían resultar afectadas, ara comentar ejemplos como los locales parroquiales, los de Cáritas o los propios lugares de culto. Hay mucha diversidad». El alto cargo de la diócesis no valoró los ejemplos puestos por el concejal de Hacienda, quien habló de universidades u hospitales vinculados al Arzobispado o entidades religiosas.

La normativa sobre el mecenazgo está fundamentada en los Acuerdos firmados el año 1979 entre el Estado y el Vaticano, que fueron renovados y ampliados en 2008, siendo el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Estos acuerdos tienen rango de ley y de tratado internacional y son «fruto del consenso y del reconocimiento a la labor social y a la identificación que sienten millones de españoles con los valores humanistas y creencias cristianas», destacó el portavoz municipal popular, Eusebio Monzó.