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La propuesta del alcalde Joan Ribó de trasladar el día festivo del 22 de enero el próximo año al 24 de abril para ensayar un mes con cuatro semanas laborables de cuatro días ... ha sido rechazada tanto por la asociación de Comerciantes del Centro Histórico como por el presidente de la Interagrupación de Fallas, Guillermo Serrano. En ambos casos, la respuesta ha sido pedir que esa jornada se pase a las fiestas falleras.
En 2023 la festividad de San Vicente Mártir cae en domingo, por lo que el Ayuntamiento debe decidir qué hacer con ese festivo laborable. La ciudad dispone de dos y tradicionalmente se han utilizado para el 22 de enero y el segundo lunes de Pascua, para la fiesta de San Vicente Ferrer. Se trata de una potestad local que completa las fiestas autonómicas y nacionales.
El calendario fija el próximo año que el 10 y 17 de abril serán festivos, además del 1 de mayo. En todos los casos caen en lunes, con lo que la iniciativa del alcalde Joan Ribó pasa por trasladar al 24 de abril otro festivo y hacer un «experimento» para ver cómo funciona la ciudad durante cuatro semanas seguidas con cuatro días laborables.
Serrano matizó que las fallas no han tratado este asunto de cara al próximo año, aunque indicó que la propuesta pasa siempre que ocurren estos casos por aumentar los días festivos en las fiestas falleras. «Se concilia mejor con los vecinos y también es bueno para los falleros», estimó el dirigente de la entidad.
El próximo año la festividad de San José, de rango autonómico, cae en domingo, con lo que la iniciativa de los falleros pasa porque la fiesta local que debe recolocar el Ayuntamiento fuera el 17 o el 18. De este modo, indicó Serrano, podrían celebrarse las verbenas en todos los barrios sin que los vecinos afectados deban trabajar al día siguiente.
La asociación de Comerciantes del Centro Histórico también rechazó la propuesta del alcalde Ribó, presentada este miércoles a la Cámara de Comercio y a la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). En este caso, abogaron porque el festivo en 2023 sea el 17 de marzo. «El 24 de abril distorsiona y vuelve a causar problemas con el tema familiar y a desviar el consumo a la periferia», indicaron fuentes de la entidad.
Los comerciantes del centro estiman que los días grandes de las Fallas, a partir del 15 de marzo y sobre todo los últimos días, no son favorables para las ventas. Las calles están llenas de público, aunque no acuen a realizar compras sino a ver la mascletaes, los monumentos falleros o cualquier espectáculo que se organice en las calles.
Así las cosas, prefieren cerrar uno de esos días que en abril. Las mismas fuentes recordaron que la conciliación de los trabajadores es mejor en el caso que vivan fuera de Valencia, lo mismo que pasa con los clientes. Durante los últimos años, han pedido por este motivo que la festividad de San Vicente Mártir sea siempre en domingo.
La presidenta de la CEV en Valencia, Eva Blasco, insistió hoy en que la opinión del sector comercial de la entidad será determinante a la hora de dar una respuesta al Ayuntamiento. «Ayer mismo (por el miércoles) ya lo trasladé a la comisión», para reiterar que los comerciantes deben decidir «cuándo interesa trasladar ese festivo en los 365 días del año».
En realidad se trata de una potestad municipal, aunque la idea es consensuar con entidades empresariales y sindicatos el «experimento» de ver el efecto de los cuatro días semanales, aunque sea sobre festivos. Esto le resta prácticamente todo el valor a la prueba, como dijo el secretario general de la Unión de Consumidores, Vicente Inglada, dado que las empresas ya tienen asumido que habrá tres días festivos, cuatro en el caso de que cuaje el traslado del 22 de enero.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, reiteró esta mañana en À Punt las declaraciones que hizo a LAS PROVINCIAS, en el sentido de que se trata de «un asunto de la patronal, la Cámara no entra, aunque sí es verdad que las empresas deben sentarse con la Administración y sindicatos para analizar, no es una cuestión de hacer sólo una prueba, sino de ver si los ciudadanos tienen todos los servicios que necesitan para ver si pueden aguantar cuatro semanas de esta forma».
A su juicio, las empresas tienen dos problemas en estos momentos, «energía e inflación, sobre los experimentos le dije al alcalde que no es cuestión de la Cámara, sino de la patronal. Pero si se produce esa experiencia que quiere el alcalde no es malo valorar la situación, hacer un análisis de lo que supondría. Valoraremos la respuesta económica que produce en las empresas».
Por último, fuentes cercanas a la alcaldía de Valencia reiteraron que la propuesta es para hacer una «prueba», al subrayar que el Ayuntamiento no tiene competencias para regular la jornada laboral.
Una encuesta ciudadana a través del Infobarómetro municipal y varios informes de los servicios municipales son los dos elementos que baraja la alcaldía de Valencia para el «experimento» de la jornada de cuatro días semanales.
La iniciativa sería pilotada seguramente por Las Naves, señalaron, para matizar que de momento se trabaja en el terreno de la propuesta, sin que se haya decidido nada seguro. Aún así, la reunión de este miércoles del alcalde Ribó con el presidente de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, y la presidenta de CEV Valencia, Eva Blasco, reflejaron que hay mucho interés en que salga adelante.
El principal obstáculo en que la prueba sea efectiva es que al utilizar días festivos, todas las empresas ya han calculado lógicamente la plantilla que necesitarán para esos días, en caso de que cubran algún servicio, o que el cierre programado se integre obviamente en el calendario laboral.
Hasta el posible traslado del día festivo del 22 de enero al 24 de abril entraría con total normalidad en los servicios municipales o las empresas privadas. Es decir, que el «experimento» no servirá para ver si en cuatro días todos pueden trabajar como en cinco, dado que la presencia de los festivos anula cualquier efecto de ese tipo.
Desde la alcaldía precisaron que la propuesta no supondría ninguna modificación de la festividad religiosa de San Vicente Mártir, que seguiría siendo el 22 de enero. En los últimos años se habló de la posibilidad de pasarla a un domingo, como ocurrió con el Corpus, sin éxito.
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