Una empleada sirve un café con leche en la barra del bar La Mandrágora, esta mañana, en la calle Democracia. J. A. M.

Mañana de barras abiertas y parques infantiles aún clausurados

Desescalada ·

La Comunitat recibe la fase 3 con más tráfico en carretera, bares algo más llenos y zonas recreativas para niños todavía precintadas

Lunes, 15 de junio 2020, 11:59

Después de tres meses, la Comunitat Valenciana empieza ya a parecerse a lo que era antes del estallido de la pandemia y del estado de alarma. Algo más de tráfico en carretera y los primeros cortados y almuerzos en las barras de los bares, hasta ahora un espacio clausurado, marcan las primeras horas de la región en fase 3. Eso sí, a pesar de que la Generalitat anunció el sábado que ya se permite la reapertura al público de los parques infantiles recreativos, varios de ellos continuaban esta mañana clausurados en Valencia o Paterna.

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Las carreteras de acceso a la ciudad registraban a primera hora de la mañana algo más de tráfico, pero sin llegar a los habituales atascos que se formaban antes del confinamiento. El teletrabajo aún se deja sentir en el asfalto. Los paneles informativos han cambiado, señalando a los conductores la esencial novedad de este nuevo periodo: la posibilidad de desplazarse entre las tres provincias, el gran alivio para muchas familias con miembros dispersos y la esperanza para la recuperación del sector turístico antes de la llegada del visitante internacional.

También algo más de bullicio en los locales de hostelería. Ya pueden ocupar su interior al 75% del aforo, las terrazas en su totalidad y la gran novedad: las barras, el alma de bares y cafeterías. Al fin los cortados y almuerzos han corrido, todavía tímidamente, en estos espacios.

«Ya teníamos ganas de abrir la barra», confiesa Leticia Campos, responsable de la cafetería La Mandrágora de la calle Democracia. «Aglomeraciones, pocas. La gente se ha acostumbrado mucho ya a consumir en mesa desde la reapertura, pero bueno ya hemos servido dos o tres cortados y un café con leche y parece que la barra se anima de nuevo«. Campos cifró en un 50% el incremento de negocio a primera hora de la mañana, respecto a la fase 2. »Hay más sensación de normalidad y parece que vayamos saliendo del agujero«, ha valorado optimista.

También primeros cafés en la hasta ahora desierta barra del Bar Euro, en la calle Maestro Guerrero de Valencia. «Nuestra barra es pequeña, de unos cuatro metros. En nuestro caso no supone demasiado impulso para el negocio, pues manteniendo las distancias recomendadas caben dos personas«, valoró el dueño, José Manuel López. Para el hostelero resultaba más importante la posibilidad de poder ocupar al 100% las mesas de la terraza.

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En la barra de la cafetería Parque Juan Llorens apenas habían corrido dos cafés a las nueve y media de la mañana. «Nuestro negocio es más fuerte avanzada la mañana y, a pesar de las medidas de desescalada, sigue a un nivel un 50% más bajo que antes de la pandemia«.

Otra gran novedad de la jornada es la desaparición de franjas horarias en el uso de la vía pública reservadas para grupos de edad o actividad. Esta mañana, los 'cajones' sociales de deportistas, niños y mayores, se han roto ya, dejando una imagen mucho más heterogénea en el paisaje de paseantes y desplazamientos callejeros. Eso sí, con la invariable imagen de los rostros cubiertos por mascarillas. Otra pincelada que nos acerca a la vieja normalidad de camino a la nueva.

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Hoy, en teoría, es otro gran día tras las pesadas privaciones a las que se han visto sometidos los más pequeños. Como avanzó el presidente de la Generalitat y se confirmó el sábado, «se permite la reapertura al público de los parques infantiles recreativos». Sin embargo, y para sorpresa de algunos ciudadanos, varios de ellos seguían cerrados a primera hora de la mañana y con la misma cinta policial o municipal con la que han permanecido estos tres meses. «Es un fastidio verlo así, mi primo tenía ya muchas ganas de tirarse por el tobogán», lamentaba una joven al encontrarse el parque de Maestro Guerrero todavía clausurado. Ricardo Rojas, pensaba acudir por la tarde al parque con sus cinco hijos, «confiando en la desinfección y en que los niños recuperen algo de la normalidad perdida al aire libre». Otros padres, es el caso de Beatriz Cardona, son más cautelosos: «Aún no me fío. Mi hija de 7 años aún no va a tocar los columpios. Pensamos que todavía hay que tener cautela y pueden ser un foco de contagio por la gran cantidad de niños que los tocan cada día. Convivo con mis padres mayores y creo que la nena tiene la obligación de tener cuidado para proteger a sus abuelos».

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