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Las sevillanas se acercan al mar

El evento atrae a más turistas, pero el suelo de asfalto y la disposición de las casetas junto a los Jardines de Neptuno no contentan a todos

RUBÉN GARCÍA BASTIDA

Sábado, 14 de mayo 2022

El rebujito y la manzanilla vuelven a correr en Valencia. Llegan de la mano de una edición de la Feria Andaluza que da carpetazo a dos años consecutivos de cancelaciones por la pandemia y que se celebra mucho más cerca del mar, junto a Los Jardines de Neptuno, tras años enclavada en la explanada del Jardín del Turia. Un cambio de ubicación que este sábado, día de sol y buen tiempo, despertó la curiosidad de vecinos y turistas con destino al paseo marítimo que se sorprendían escuchando sevillanas y viendo trajes de faralaes.

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«Estábamos deseando que volviera la Feria después de todo lo que hemos pasado con la pandemia. La hemos echado mucho de menos», cuenta Lourdes, una jubilada nacida en Granada que lleva, como su hermana Feli, más de 40 años viviendo en Valencia. «Nos hemos venido temprano porque a nosotras lo que nos gusta es bailar», aseguran nada más bajarse del tablao de una de las casetas, con las mesas y las sillas recién puestas. Casi han abierto ellas la feria. Su amiga Amparo, una valenciana que ha descubierto el gusto por la cultura andaluza a través de la feria, repite en el recinto solo unas horas después de acudir a la inauguración que el viernes por la noche registró un lleno «hasta la bandera». «Fue impresionante. Hoy le está costando un poco más venir a la gente, pero ya verás luego», dice.

Muchas casetas llegaron a quitar las mesas para hacer sitio al festejo y los bailes. «A la gente hubo que echarla», reconoce un camarero. «Se notan las ganas».

El cambio de ubicación viene forzado por la victoria judicial de los vecinos del Turia que denunciaban molestias por los ruidos, y que ha obligado a Ayuntamiento a repartir los grandes eventos en varios puntos de la ciudad.

El nuevo emplazamiento ha sido recibido con agrado por muchos. Entre ellos, por la reina de la Feria de este año, María Argeme. «El espacio es más grande y más cómodo y no te llenas los pies de tierra», afirma esta mujer, nacida en Bilbao, de familia extremeña y que vivió dos años en Sevilla. «Tengo mucha mezcla», señala divertida.

Sin caballos

«Aquí llegan muchísimos más turistas -comentan dos trabajadores tras una de las barras-, pero es verdad que se echan en falta los caballos, que con el asfalto no pueden venir». «También parece que la ubicación de las casetas es peor», comentan en referencia a la disposición en 'L', en lugar de en paralelo. «Con todas enfrentadas daba más ambiente». También hay quejas por la situación de los aseos: «Demasiado lejos», dice una visitante.

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La mañana, con alta presencia de niños y familias, anticipa un mediodía y una tarde más concurridas. Corren las frituras y los tragos como antesala de otra noche flamenca en una feria que promete ambiente cada día hasta el próximo 22 de mayo.

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