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La llamada fiesta de la Infantesa organizada por la sociedad coral El Micalet, que preside Tonetxo Pardiñas, militante de Compromís, no está exenta de ... polémica, un año más. Pese al apoyo constante del alcalde de Valencia, Joan Ribó, a este evento que ensalza un festejo que se realizó sólo un año, ahora ha saltado el enfrentamiento entre dos de las tres magas que iban a formar parte de este evento.
El gobierno municipal, tanto Compromís como PSPV, se han mantenido este sábado al margen de la polémica, a cuentas del desacuerdo de dos de las tres magas por la ley Trans aprobada por el gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz y una presunta incitación al odio que aduce la maga que ha dimitido. Con este conflicto empañando el evento, Ribó tendrá que asistir este domingo al acto con un carácter conciliador, para tratar de apaciguar los ánimos.
Y es que el alcalde lleva años dando claras muestras de apoyo al acto, aunque sea una entidad privada la que lo organiza, ya que no hay que olvidar que en 2021 logró etiquetar esta fiesta de la Infantesa como fiesta 'tradicional', cuando en realidad sólo se realizó un año durante la República y consiguió ponerla al mismo nivel que la cabalgata de los Reyes Magos. Este respaldo tiene sus ventajas, ya que sirve para evitarle trámites a El Micalet, por ejemplo, a la hora de pedir permisos a Patrimonio para la ocupación de la vía pública.
Pero esta declaración no ha sido la única muestra de apoyo directo del alcalde; además, en 2021 el Ayuntamniento de Valencia ya cedió gratuitamente 700 sillas para la cabalgata de les Magues de Gener, cuando luego fueron pocos los asientos que se ocuparon, porque los valencianos se volcaron con una fiesta que sí tiene tradición desde hace décadas, como es la bendición de animales de Sant Antoni, que el año pasado coincidió la celebración de los dos actos en el mismo día, un domingo.
Este 'empujoncito' de Ribó a las magas contrasta con el ninguneo de otro evento que sí tiene tradición en Valencia, como la cabalgata de los Reyes Magos, ya que este año el Ayuntamiento no instaló sillas en el recorrido, para que las familias y las personas mayores, pudieran verlo sentados. Una decisión que se ha unido este año a la prohibición del gobierno de Ribó a las empresas de participar este año en la cabalgata, a pesar de que pagaban por salir con carrozas. Además, incluso vetaron la participación de los comerciantes. Tampoco hay que olvidar que el alcalde sí preside el acto de les Magues de Gener, pero en cambio nunca acude a la fiesta de la Virgen, ni al Corpus ni a otros festejos de tipo religioso.
Precisamente el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, también realiza este análisis y se muestra «totalmente en contra de la importancia institucional que le da el gobierno de Ribó con su apoyo a la cabalgata». Argumenta que Ribó «se empeña en dar oficialidad a un acto que sólo es para los suyos y que no tienen ningún arraigo con las fiestas ni con las tradiciones de esta ciudad».
Según Giner, «el alcalde da la espalda a las costumbres más importantes de la ciudad, como el día de la Virgen, pero luego pone la casa de todos los valencianos en el centro de un acto ideológico» y añade que El Micalet «recibe una subvención de 25.000 euros que le da el alcalde pero que pagamos todos los valencianos». Y sobre el enfrentamiento de las magas, el portavoz de Ciudadanos añade que se trata de «un ejemplo del sainete perfecto en el que se ha convertido el gobierno de Ribó». «Da alas a una cabalgata para defender la igualdad y una de las magas es señalada por comentarios tránsfobos», señala.
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