Ver 12 fotos
Ver 12 fotos
Lola Soriano Pons
Valencia
Miércoles, 14 de agosto 2024, 14:02
De mudanza. Así se encuentran varios comerciantes de distintos barrios de Valencia donde han proliferado los apartamentos y han tenido que hacer la maleta para ... buscar fortuna en otro bajo comercial que no acabe dedicado al turismo de corta estancia.
Publicidad
Y es que la fiebre de los bajos turísticos está expulsando a los negocios de barrios e incluso ya alcanza al prolífico sector de la hostelería.
En la mayoría de los casos se repite la misma operativa: unos meses antes de que venza el contrato de alquiler los dueños de los locales avisan que no les renuevan el contrato y poco después de que dejen el local, comienzan las obras para compartimentar el local y convertirlo en varios apartamentos turísticos de una única estancia donde se comparte cocina, habitación y comedor y se reserva un espacio para destinarlo al baño.
Los dueños de los bajos realizan el aviso dentro de plazo, buscan sacar más rentabilidad a la propiedad -ya que no es comparable recibir un alquiler mensual de 500 a 1.000 euros al mes del comercio que las jugosas cantidades que están recibiendo por la llegada continuada de turistas-, pero la consecuencia es que se está expulsando a los comerciantes de los barrios y son muchas las dificultades que tienen los emprendedores para poder remontar el vuelo y buscarse la vida en otro bajo comercial.
Entre los hosteleros que han tenido que están en plena mudanza se encuentra Alessandro Emiliano Barbo, propietario de la pizzería La Princesa, en el barrio del Cabanyal.
Publicidad
Hasta principios de noviembre de 2023 atendía a sus clientes con los deliciosos sabores de Italia en la calle de la Reina, «pero el 4 de noviembre tuve que dejar el local, que tenía una terraza interesante en una calle salón, porque me avisaron dos meses antes que los propietarios querían disponer del bajo». Detalla que poco después «se hicieron reformas y están operando con apartamentos turísticos».
Alessandro tuvo que buscar otro bajo para empezar de nuevo y eso supone hacer de nuevo una gran inversión. Ahora está en plenas obras de reforma para reconvertir lo que antiguamente era una tienda de dulces, galletas y comestibles de la calle Escalante 159 en su pizzería La Princesa, que espera volver a abrir en unas semanas. «Estamos haciendo reforma para adaptarlo a restaurante y he tenido que hacer una inversión que ronda los 120.000 euros».
Publicidad
Noticia relacionada
Conocedor de la moratoria que ha aprobado recientemente el Ayuntamiento de Valencia para no dar licencia a más apartamentos turísticos hasta que se ordene el sector, opina que es positiva «porque hay que buscar el equilibrio entre la presencia de vecinos y de apartamentos para turistas, porque de lo contrario, si al final no hay casi vecinos, sólo tendríamos clientes cuando lleguen los turistas».
En el barrio de Ruzafa otro comerciante ha iniciado la búsqueda de un nuevo local y tiene de tiempo hasta octubre de 2025 para hacer la mudanza. Jussi Folch regenta La Nevera Ediciones, un estudio de diseño gráfico y serigrafía artística ubicado en la calle Puerto Rico.
Publicidad
Llevan diez años en la sede y hace dos años ya les avisaron que no renovarían. «La familia que era propietaria del local lo vendió tras el fallecimiento de la madre y los actuales dueños, que gestionan varios locales, nos han avisado que no podremos seguir», detalla. Añade que en «ningún momento nos han indicado para qué lo destinarán, pero un comercio próximo nos ha dicho que al parecer llevaban en mente abrir apartamentos».
Ahora están buscando un bajo donde trasladarse «pero será prácticamente imposible seguir en el barrio de Ruzafa porque ahora piden precios de alquiler cinco veces superiores a los de hace diez años», explica. La cuestión es que como también dan cursos de serigrafía y preimpresión «necesitamos un local grande y veremos si lo encontramos o hay que repensar el negocio».
Publicidad
Otra comerciante de Ruzafa que prefiere preservar su identidad también se mudará a finales de año antes que de le venza el contrato, pero detalla que en Ruzafa son «cada vez más los comercios que se pierden por la apertura de apartamentos. En Filipinas había hace años un taller de imprenta, luego fue un despacho de arquitectos y ahora hay dos apartamentos turísticos y en Puerto Rico, se jubiló un señor que realizaba tareas de dorado, luego se instaló una peluquería y ahora hay dos apartamentos turísticos y en la calle Centelles está lleno de apartamentos».
El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuan, denuncia que el decreto contra la proliferación de los apartamentos turísticos que ha anunciado el PP «amnistía al 80% de este tipo de alojamientos reglados en Valencia, que no se verán afectados por las restricciones». Argumenta que de los «1.518 apartamentos que constan en el registro de Visit València, con la normativa que pretende poner en marcha el PP, un total de 1.213 estarían exentos de las limitaciones y podrían operar sin problema en una ciudad que está completamente saturada de este tipo de alojamientos». Sanjuán pide que Catalá exija al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, «que aplique un decreto que permita cerrar todos los apartamentos turísticos que están abiertos y que están restando oportunidades para vivir en la ciudad».
Sanjuán ha insistido en que Valencia necesita «con urgencia» seguir los pasos de Barcelona, donde su alcalde ha aplicado unas restricciones que provocará que en cinco años no quede ni un solo apartamento turístico que haya expulsado a un vecino o vecina de la ciudad.
Sanjuán ha pedido a Catalá que, «aunque sea por una vez, anteponga los intereses de los vecinos de la ciudad de Valencia a los de su propio partido. Es imperdonable que para Catalá lo primero siempre sea obedecer las directrices del presidente de su partido aunque eso suponga perjudicar los intereses de los ciudadanos a los que debe representar».
El concejal socialista ha recordado que el gobierno de Catalá tardó más de un año en reaccionar contra los apartamentos turísticos y aplicar la moratoria que había dejado preparada el Partido Socialista desde la concejalía de Urbanismo. «Su desidia provocó que en tan solo un año se abriesen por todos los barrios de la ciudad más de 3.000 apartamentos turísticos. Ahora no puede volver a ser tibia con este problema y debe tomar decisiones para que la ciudad se libere de uno de los principales problemas para el acceso a una vivienda», ha finalizado.
Desde colectivos como 'La Mataobras', iniciativa ciudadana que presentó en el Ayuntamiento de Valencia un centenar de denuncias de posibles apartamentos ilegales, María Alandes, explica que al final la proliferación sin una ordenación afecta tanto a los vecinos como a los comerciantes, que al final se quedarán sin sedes para sus negocios.
Noticia Patrocinada
Detalla que están dando charlas en comunidades de propietarios para explicarles «cómo pueden hacer el cambio de los estatutos para prohibir la instalación de apartamentos porque incluso con las obras empezadas se puede. El cambio se puede hacer ya, sin esperar a que lleguen los especuladores».
Desde 'La Mataobras' explican que les llegan constantemente avisos de gente que advierte del cambio de negocios por apartamentos, como la transformación de una cafetería por bajos turísticos en el Canyamelar; el cierre de una tienda de neumáticos junto al colegio Juan Comenius por un apartamento o la desaparición de una tienda de productos naturales en Higinio Noja (Camins al Grau) por otro apartamento.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.