Pasajeros del metro como latas de sardinas, buses a rebosar o con las luces de 'completo' y taxis que no pasan ni a la de tres. Son escenas que describen usuarios valencianos del transporte público y admiten trabajadores del sector. Todas con un nexo común: ... Valencia, fin de semana y, en especial, el sábado por la tarde-noche o las salidas de pubes y discotecas de madrugada.
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Jaime Paricio es el presidente de l'Associació Valenciana pel Transport Públic (AVPTP), que agrupa a 160 miembros de diferentes municipios de la Comunitat. «Cada vez existe más demanda de transporte público y la oferta sigue igual». Ocurre los fines de semana, «con las mayores aglomeraciones», pero también entre semana, «con situaciones próximas al colapso en horas punta».
¿Factores? Según Paricio, las políticas de promoción del transporte público «están dando sus frutos». Cita la reducción del precio de abonos, el incremento del servicio de autobús nocturno o la tarjeta SUMA que permite transbordos gratuitos entre operadores. «Eso es acertado. El problema es la inadaptación por parte de los operadores del servicio ofertado a la actual demanda de los usuarios», aprecia.
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Respecto a la EMT, ahonda, «antes de la pandemia prácticamente no se veían autobuses con el cartel de 'completo' y ahora, a diario, tanto un lunes a las 19 horas como un sábado a las 21, incluso en el servicio nocturno». En los fines de semana, el servicio «se reduce drásticamente» en bus y en metro. Se refiere a «la L7 del metro con una frecuencia de paso cada 20 minutos o líneas de EMT que de 8 o 9 autobuses por línea entre semana pasan a 5». En determinadas horas del sábado o domingo, especialmente por las tardes, «la demanda puede llegar a ser idéntica a la de un día normal laborable», señala Paricio.
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El turismo tiene su influencia. La ciudad de Valencia recibió el año pasado 2,8 millones de turistas, un 16% más que en el año anterior. Y la estancia media en la ciudad se estima en 7,2 días. Es decir, hay mucha presencia de visitantes en sábado y domingo.
El tardeo es otro factor. Como ya reveló LAS PROVINCIAS, la tendencia a alargar la sobremesa hasta la noche o de quedar antes de la cena para tomar algo se ha duplicado desde 2021, según empresarios consultados. Sucede en Ruzafa, Alameda, Cortes Valencianas, El Carmen…
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Vicente Pizcueta es portavoz de la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia. Como punto de partida, «celebremos que la gente, en especial los jóvenes, usen el transporte público. Evita cientos de accidentes y muertes en comparación con lo que sucedía hace 15 años». El tardeo, ahonda, «cala hasta en gente de 60 años» y está haciendo que los mayores de 40 años hayan pasado de salir cuatro o cinco veces al año a hacerlo unas 15«. En este contexto, apremia, »hay que ampliar el transporte público con más metros por la noche y más frecuencia de paso de los autobuses por las tarde«.
Los taxistas, por ejemplo, notan mucho la influencia del clima. El frío, que frena las salidas a la calle, cada vez tarda más en aparecer. Datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMT) revelan que desde finales de septiembre las temperaturas en la ciudad están en la mayoría de días por encima del promedio histórico. Tanto máximas como mínimas. Y con varios picos que ponen el termómetro por encima de los 30 grados.
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Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) ha medido este gran aumento de viajeros «desde que concluyó la pandemia y se pusieron en marcha las ayudas al transporte». De media, más de 400.000 viajeros usan la red el sábado y domingo, un 14% más que el año pasado y un 82% más que en 2019. Entre las 18 y las 21 horas de un sábado se concentra el 14% de todo el tráfico de usuarios del fin de semana. La mayor presión la soportan las seis líneas de metro, con pasajeros que van a Plaza de España, Ángel Guimera, Xátiva, Colón y Turia.
El empuje del tardeo viene reflejado en un dato: el gran incremento de viajeros de los sábados arranca ya a las cuatro de la tarde y se alcanza un pico de más de 19.000 usuarios del metro a las siete de la tarde, epicentro del movimiento en el subsuelo. El año pasado, el 'boom' del sábado tarde comenzaba algo después, sobre las cinco.
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En el análisis de factores, FGV alude, «sin duda», a la gratuidad para jóvenes de menos de 31 años y los descuentos generalizados en los bonos multiviajes. Hay casi 374.000 jóvenes beneficiarios. La reducción temporal del 50% en los abonos del transporte y títulos multiviaje tendrá vigencia hasta enero de 2025 y la gratuidad de los abonos Jove se prolongará hasta el 31 de diciembre de este año. Estas medidas están en el aire «por la posición del Gobierno, que parece que quiere dejar de poner su parte del 30%» en la bonificación. La Generalitat ha consultado al Ministerio de Transportes «pero todavía no ha habido respuesta».
Se percibe, igualmente, que la gente del área metropolitana deja los coches en sus casas y opta por el metro o el tranvía para evitar el «infierno de entrar en la ciudad y encontrar aparcamiento».
Son las 17 horas del domingo 20 de octubre. Juan sube a un metro de la Línea 1 en Beniferri con su hija de 4 años, con rumbo al centro de Valencia. «No lo uso demasiado y no me imaginaba que iba a encontrármelo tan lleno como en Fallas. Todos de pie, apretados y sin asiento libre. Tuve que sujetar a la niña entre las piernas para protegerla de los frenazos en las estaciones», describe.
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FGV asegura que, de momento, no ha sido preciso cerrar puertas al superarse el aforo. Admiten la posibilidad de que algunos «decidan no subir al constatar que el número de personas que están dentro es elevado, pero el metro no ha dejado de parar en sus estaciones».
Fue a mediados de 2023 cuando la cantidad de usuarios de la EMT superó los niveles prepandemia. «Y desde entonces ha seguido una notable tendencia creciente», señala la empresa municipal. En los sábados se aprecia un aumento del 30% de viajeros respecto a 2019 que se dispara al 36% si hablamos de días festivos.
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La demanda de los sábados se agudiza «entre las 17 y las 21», describen desde la empresa municipal. Y otro dato: casi un tercio de los viajeros del fin de semana usa el autobús entre las 15 horas del sábado y las 2 del domingo, agregan.
La marea de viajeros es descomunal y se ve en las calles. Desde que arrancó el año, y hasta mediados de octubre, 9,5 millones de viajeros han usado autocares de la EMT en los sábados, es decir una media de casi 250.000 usuarios en este día de la semana.
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A la hora de evaluar los motivos del incremento, la EMT menciona factores como el tardeo, la gratuidad o importantes descuentos y el turismo. Pero la EMT saca pecho: «Todo eso ya estaba presente desde antes del verano del año pasado». Para ellos el gran detonante es «la mejora del servicio ofertado desde esas fechas, con la contratación de más conductores y la reconfiguración de numerosas líneas».
Sin embargo, usuarios y conductores echan de menos una mayor frecuencia de paso. Gabriel de las Muelas preside la Asociación Profesional de Trabajadores del Transporte Urbano de Valencia (APTTUV). «Los fines de semana las líneas turísticas y las próximas a puntos de ocio están sufriendo», advierte. Incluso en la madrugada e inicio de mañana. Habla del 93, 95, 99 o 25. Y eso «está generando autobuses completos».
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¿Hay saturación? «Se llegan a superar los aforos y a veces se tienen que cerrar puertas dejando gente en la parada, sin poder cogerlos», describe el chófer. Desde su perspectiva, «ofertamos menos plazas que las que demanda la ciudadanía y los usuarios de EMT». Estima que entre el 65% o 70% de la red «está superada por el pasaje».
Su explicación es que los gobiernos municipales han ido bonificando «un montón de títulos que han generado una dependencia del uso del transporte». Cita el bono oro, el Jove… «Y todo sin ampliar flota o plantilla», concluye. El líder sindical echa la vista atrás: «Llevo 23 años en la empresa. Cuando entré había 480 autobuses y hoy, los mismos, pero más nuevos. Hay que ampliar plantilla y oferta».
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Habla también del boom turístico y la llegada de cruceros: «No hay un operativo real para atenderlos. Se hace con las líneas 4 y 95, pero cuando vienen muchos, con días de hasta 8.000, aparece la saturación y el usuario habitual sufre la congestión».
Jorge, otro joven usuario, se subió el sábado pasado a un 93 para desplazarse al centro de Valencia. «Va siempre abarrotado los fines de semana», describe. «Estaría bien que habilitaran más autobuses», aconseja tras verse comprimido por una multitud de pasajeros (bajo estas líneas).
EMT confirma que los autobuses activan ocasionalmente en letrero de «completo», tanto en fines de semana como en laborables, pero resaltan que esos llenazos totales de vehículos afectan a menos de un 3% del servicio. Pese a ello, exponen una «voluntad de mejorar». De hecho, apuntan a una falta de previsión por parte del gobierno de Compromís: «Si se hubiera actuado ante los previsibles aumentos de demanda que se han constatado en casi todos los operadores de transporte nacionales la cantidad de completos o las ocupaciones excesivas de autobuses serían hoy menores».
¿Qué sucede con los taxis? Que a veces no aparecen o pasan los minutos sin que un operador atienda la solicitud por teléfono. Lo han vivido valencianos como Miguel. Hace tres sábados deseaba acudir al Palau de la Música desde la Plaza de España. «Como no pasaba ningún taxi y se hacía tarde» optó por el pateo hasta que tuvo más suerte, ya en la gran vía Marqués del Turia.
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Cuando al fin lo encontró, el conductor le explicó que en momentos de conciertos, otros eventos o la llegada de un crucero, el movimiento de coches a la 'caza' de estos clientes es de tal magnitud que otras zonas de la ciudad quedan desabastecidas de servicio.
Luis, un joven valenciano, ha vivido frustraciones similares en Blasco Ibáñez o el entorno del Cedro. Es «desesperante», califica. «Pasadas las 2 es casi imposible coger un taxi». Lo mismo le ha sucedido en La Marina, a la altura de los tinglados, o en Germanías. «Pasan, pero no son suficientes para la cantidad de gente que los demanda en noches de fin de semana. Siempre toca esperar un buen rato».
Los taxistas se defienden. Fernando del Molino preside la Confederación de Taxistas Autónomos de la Comunitat. Estima que el taxi se ha convertido en la mejor alternativa allí donde naufraga el transporte colectivo. «A ciertas horas se reduce su oferta y el taxi parece el único medio para volver». Entonces, ironiza, «a nosotros se nos pide más oferta».
Para el representante del gremio, «un taxista tiene que tener un día de descanso en fin de semana». Y sí queremos que conduzca en su día libre, «habrá que incentivarle, incrementar tarifas o aprobar suplementos». Y añade: «Nadie quiere trabajar un sábado por la noche para ganar lo mismo o menos que un día entre semana».
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La administración, argumenta, «tiende a simplificarlo todo, obligándonos a salir más días». Entonces, «al haber más taxis trabajando baja la rentabilidad por hora. Piensan que de esta forma somos más pobres y haremos más horas». El problema, agrega, «es que no quieren subir tarifas o aprobar suplementos para fomentar que salgamos los sábados por la noche y festivos». Del Molino cree que cualquier ciudadano estaría «dispuesto a pagar un suplemento y tener más servicio».
Según el portavoz gremial, en agosto se amplió la oferta, pero en estos meses «suele haber una subida de la demanda puntual los fines de semana que en cuanto que llegan las lluvias y el frío desaparece». Además, es aún «época de bastante turismo y el buen tiempo anima a salir, pero en cualquier momento bajará drásticamente la demanda».
Según Ismael Arráez, de la Asociación Gremial del Taxi, con la llegada del PP cambió la regulación y ahora hay una disponibilidad de 2.400 taxis diarios en la ciudad. «Hay sobrantes en el 75% del día y de la semana, pero es cierto que cuando cierran las discotecas o sale todo el mundo en horas puntuales a cenar puede haber falta de taxis». Las franjas críticas son entre las 21 y las 23 horas. Y, ya de madrugada, de 4 a 6 horas. Pero ese déficit «se subsana en un máximo de 15 minutos».
Cree Arráez que con el Botánico era peor. «Había regulaciones muy estrictas y retiraban hasta 1.200 taxis diarios, incluso 1.500 en fin de semana». Ahora, contrapone, «se han puesto unos refuerzos pero llegan a las ocho de la tarde, con toda la flota disponible y casi 3.000 vehículos en la calle». Según reflexiona, «puede que falte algo más de chóferes. Podríamos dar más servicio con los mismos taxis y más personal asalariado».
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