La transformación de Malilla divide a los vecinos

Leonor lleva «toda la vida» viviendo en Malilla. Ella, de avanzada edad, ha visto crecer y evolucionar el barrio. En una mañana de julio pasea por las calles con el carro de la compra para ir al supermercado y comenta la noticia: «Esta zona ha crecido mucho y creo que hace falta un centro comercial», cuenta. «Creo que puede ser beneficioso para el barrio y los vecinos«, añade. Su opinión contrasta con la de Amparo, otra vecina jubilada que lleva «más de media vida» residiendo en Malilla. Cree que «no hace falta para nada» un nuevo centro comercial en el barrio, pero sí «más supermercados, quitaron uno y tenemos que ir más lejos a comprar».

Por las calles cercanas al lugar donde se ubicará el nuevo centro comercial se encuentra Chelo. Está «muy contenta» por el nuevo proyecto porque están ampliando una zona donde «antes no había nada». Aunque pone una pequeña pega: «Los precios de las viviendas están subiendo bastante». También por la misma zona pasea un joven matrimonio con su hija en el carrito. Para ellos tampoco es necesario: «Ya tenemos centros comerciales cerca y, construyendo tantos, no dejan crecer bien a ninguno». La pareja echa en falta algo: el metro. «Es increíble que esta zona no tenga paradas de subterráneo cerca. Para viajar en metro nos tenemos que ir hasta la estación de Jesús o Patraix», cuenta.

Ana María pasea con su nieta. Ella no se opone al desarrollo urbanístico previsto, aunque al igual que el matrimonio anterior, ve más «necesario» tener conexión de metro y autobús. «Sobre todo para las fincas nuevas, allá no tienen nada y ya vive mucha gente», resalta Ana María en referencia a la zona de Turianova. En la calle Carrera de Malilla está Mariló, madre de dos hijos con los que pasea haciendo las tareas habituales. Se ha interesado por el tema, sabe algunos detalles del proyecto y cree que es «bueno para el barrio», pero sobre todo por la cantidad de puestos de trabajo que se pueden generar: «Si el centro comercial da trabajo es bienvenido».

Desde la Asociación de Vecinos de Malilla han mostrado su «incomodidad» con este proyecto. La presidenta, Rosa Jover, considera que esta noticia «no ha entusiasmado al barrio», al que califica como «tradicional, de comercio cercano». A su vez creen que en Valencia «hay una saturación de centros comerciales» y no se necesita uno nuevo. Además, lamenta que desde el Ayuntamiento «nadie se ha puesto en contacto con el barrio» para tratar este tema: «No tenemos informes ni valoración a futuro de la posible repercusión del centro comercial en el barrio». También destaca la preocupación de los vecinos de Turianova: «No tienen infraestructuras ni transporte público y van a tener delante un espacio con 200 tiendas».

Las obras del nuevo centro comercial deberán iniciarse en un plazo máximo de seis meses desde que se ha notificado la concesión de la licencia, y está previsto que finalicen un plazo de dos años desde ese momento. Eso sí, está previsto que se puedan producir interrupciones en los plazos, y estas deberán darse hasta un máximo en total de seis meses. Este complejo supondrá una inversión total de más de 350 millones de euros. Estará situado sobre una superfície de 333.029 metros cuadrados en el sector Fuente de San Luis.