Grezzi condiciona la reforma de Ausiàs March a la mejora de Cercanías

Ya empezó torcida la iniciativa de la concejalía de Desarrollo Urbano para remodelar la avenida Ausiàs March, al matizar el alcalde Ribó días después el pasado septiembre que esa inversión debe coordinarse con lo que diga el Plan de Movilidad Metropolitano, todavía sin presentar por parte de la Generalitat. Ahora, en una respuesta de la concejalía de Movilidad al grupo popular se añade otra condición indispensable, que mejore la red de Cercanías de Renfe.

La delegación dirigida por el edil Giuseppe Grezzi no se corta nada al responder al principal grupo de la oposición que desconoce por completo de manera oficial la propuesta del partido socio de Compromís en el Ayuntamiento. La concejalía de Desarrollo Urbano, gestionada por el PSPV, ha conseguido no obstante incluir una partida para la redacción del proyecto en los presupuestos de 2022.

Como si ambas delegaciones fueran compartimentos estancos o hablaran idiomas diferentes, la remodelación de la avenida Ausiàs March se perfila como otro motivo de polémica y distanciamiento en el seno del gobierno municipal. Pese a las palabras de Ribó en el pasado Debate sobre el Estado de la Ciudad, acerca de que el acuerdo se mantendrá hasta las elecciones municipales de 2023, la realidad es que los intereses y proyectos de calado de ambos partidos andan cada vez más distanciados.

La respuesta dada al grupo popular es que «no consta en el servicio de Movilidad petición de esta planta viaria», para añadir que «no le consta la recepción ni la existencia del diseño», al tiempo que afirma que este proyecto, que pretende reducir el número de carriles del tráfico en la avenida «dependerá de una notable mejora de la oferta de transporte público metropolitano, tanto del servicio de Cercanías de Renfe, como del gestionado desde la Generalitat, tal y como reclama la ciudadanía desde hace años».

La misma concejalía de Movilidad le insiste a Urbanismo en la respuesta que antes de poner en marcha la iniciativa «se requeriría de un incremento notable previo de los servicios metropolitanos de transporte para que la gente que circula ahora en vehículos privados lo haga de manera más eficiente en transporte público».

El concejal del grupo popular Carlos Mundina señaló a la vista de esta contestación que «es evidente que no hay informes técnicos que avalen el proyecto presentado por el concejal del PSPV (en referencia al portavoz accidental del grupo, Borja Sanjuán) como así nos dijo cuándo lo defendió y que desde Movilidad se condiciona el mismo a una mejora en el transporte público».

En opinión del edil popular «no pueden seguir convirtiendo Valencia en la mesa de batalla de los dos partidos en el gobierno, Compromís y PSPV, pues esta situación la pagan miles de valencianos que sufren cada día los atascos de tráfico para ir a trabajar o consumir en Valencia».

Mundina calificó de «improvisado el proyecto de supresión de la mitad de los carriles de tráfico de la avenida Ausiàs March, que es el principal acceso sur de Valencia y que soporta un tráfico la pista de Silla, V-31, a la que desemboca la avenida de más de 126.000 vehículos cada día».

Lamentó que los «egos por parte de Compromís y PSPV por ser los que pongan en marcha proyectos de movilidad en la ciudad no los pueden pagar los vecinos con más atascos, como lo que han provocado ya muchas de las actuaciones que actúan a golpe de ocurrencias sin estudios previos ni calibrar las consecuencias».

«Convertir en un embudo el tráfico de la salida y entrada sur de Valencia sin estudios que los avalen y sin estar resueltos los aparcamientos disuasorios para evitar la entrada de vehículos a la ciudad, ni la solución al transporte público y con un servicio de Cercanías de Renfe que tiene abandonado el Gobierno de Sánchez es toda una temeridad», añadió por último Mundina.