Con el último caso de la inaudita instrucción de la Policía Local ordenando a los agentes que no hagan caso a lo que les pidan concejales ajenos a la delegación de Protección Ciudadana, documento que tiene su origen en un enfrentamiento con el edil de Movilidad, Giuseppe Grezzi, es difícil precisar cuándo empezó este mal ambiente, pero todo apunta a que la primera decisión polémica del concejal de Compromís sucedió a finales de enero de 2016 con la peatonalización parcial del entorno de la Lonja, un cierre al tráfico prácticamente sin avisar a sus socios de gobierno. Desde entonces, sus «víctimas» han oscilado entre las asociaciones de vecinos, los comerciantes y el grupo socialista, especialmente la concejalía de Protección Ciudadana. Estos son sólo algunos de los ejemplos atesorados a lo largo de un mandato al que todavía le quedan los meses más complicados por la cita electoral.
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Federación de vecinos
«Parece que las concejalías de Movilidad y Policía Local vayan en paralelo, es decir, que nunca se encuentren». La Federación de Vecinos ha tenido algunos de los encontronazos más serios con Grezzi, sobre todo por la falta de un criterio unificado en el gobierno municipal. De cara al futuro, reclaman que haya más coordinación entre delegaciones para evitar que la gestión se atasque.
La Federación de Vecinos es una de las participantes más activas en la Mesa de Movilidad, donde se suelen debatir todas las decisiones en materia de tráfico. «Las relaciones han sido correctas, pero nos hemos sentido ninguneados en temas como la remodelación de lineas de la EMT o la prohibición de estacionar en el carril bus por las noches, con una manifiesta falta de información.
«En una reunión le preguntamos cuándo iba a ponerse en marcha la prohibición de estacionamiento en el carril bus por las noches. Nos dijo que no lo sabía y al salir del encuentro pudimos ver en las ediciones digitales de los periódicos que había fecha para su implantación. Esta falta de confianza no la entendemos porque perjudica a todos empezando por los vecinos».
De la nueva ordenanza de Movilidad se conoce sólo un borrador y no ha sido facilitado a la opinión pública por el gobierno municipal. Grezzi presentó las novedades sobre la regulación de patinetes eléctricos la primera semana de octubre, pero no hay noticias de cuándo se producirá la aprobación inicial. «¿Para qué tanta prisa este verano cuando decían que estaba a punto? Está claro que les importa poco», señalan.
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Asociación de comerciantes
Uno de los lemas de la entidad es «Mejor miel que hiel» por lo que la intención es no abrir conflictos con el concejal de Movilidad. De ahí que una de las peticiones constantes de los últimos años ha sido «dar tiempo a la gente para que se adapte a los cambios de tráfico», donde se destaca el ejemplo de la peatonalización provisionales el entorno de la Lonja a la espera de la reforma de la plaza. «A la gente le cuesta entender decisiones de este tipo» citaron sobre la colocación de cojines.
En los últimos tres años, la asociación ha intentado que los cruceristas bajen de los autobuses en calles más céntricas y comerciales, por lo que no entendieron que la concejalía fijara uno de los aparcamientos en la marginal izquierda del viejo cauce, a la altura de Pont de Fusta.
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Debido a la repercusión que tienen todas las decisiones tomadas sobre el centro histórico, las medidas impuestas para el distrito han sido protagonistas del mandato. Los comerciantes dicen haber echado de menos una pedagogía con los vecinos. «Si se impone es peor», dicen.
De la nueva ordenanza de Movilidad se conoce sólo de manera oficial lo referido a los patinetes y otros vehículos llamados de movilidad personal. Varias semanas después de que Grezzi presentara parte de los artículos, los comerciantes echan de menos un debate previo en la Mesa de la Movilidad. «Si se hubiera consensuado todo antes, seguramente no habría tantos informes en contra, como lo que ha ocurrido con el informe de la Policía Local, repleto de alegaciones».
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Grupo socialista
«Los usuarios de la línea 11 piden ayuda al PSPV» fue el titular de una noticia publicada en LAS PROVINCIAS en julio de 2016. La modificación de la ruta había alejado la parada del centro de especialidades de la calle Alboraya. De nada sirvió la petición del entonces portavoz del grupo socialista, Joan Calabuig, para que se atendiera la petición de los vecinos. Nada cambió.
Fue uno de los primeros encontronazos de Grezzi con la nueva portavoz del gobierno municipal, la socialista Sandra Gómez. La segunda logró un aplazamiento de la prohibición de aparcar por las noches en el carril bus con el beneplácito de Ribó, impulsor real de la iniciativa, medida que afectó a una veintena de calles y grandes vías, aunque se impuso la tesis de Compromís, maquillada por un supuesto acuerdo con aparcamientos públicos para una tarifa plana que nunca existió como se supo después. La decisión fue unilateral de las empresas.
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Con el proyecto de remodelación de la plaza de la Reina, que todavía no ha salido a licitación, Grezzi se sacó de la manga lo que llamó «urbanismo táctico» al pretender peatonalizar de manera provisional parte de la plaza del Ayuntamiento con maceteros y bancos, una vez que los autobuses pasaran por la calle Marqués de Dos Aguas. La costumbre en Valencia ha sido siempre que la reforma de plazas en el centro histórico esté liderada por los servicios de Urbanismo, por lo que el enfado fue monumental en el grupo socialista, que llevaba esta iniciativa entre sus compromisos del mandato. De momento, está parado.
Sin informe previo de la Policía Local. Así se estableció el doble sentido en la avenida del Oeste, donde poco después hubo de reforzarse toda la señalización a la vista del incremento inusual de atropellos. La medida fue una consecuencia de la reurbanización de la calle San Vicente Mártir, aunque pecó de una fuerte improvisación.
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Hasta el 29 de diciembre de 2015, la reforma de la plaza de la Reina, aparcamiento incluido, fue un asunto compartido entre Grezzi y su homólogo en Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià. A partir de esa fecha, el primero se apropió tras un acuerdo de la junta de gobierno de todo el proyecto, presentado a finales de marzo, pero cuyas obras no han salido a concurso ante la falta del visto bueno del diseño por parte de la Conselleria de Cultura. Este mandato es cada vez que se inicien las obras, otra vez pendientes.
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