Secciones
Servicios
Destacamos
El Paseo de la Alameda, antes llamado Camino de la Soledad, ha experimentado importantes cambios. Una privilegiada zona de la expansión de la ciudad de Valencia, más allá de las murallas y del río Turia, fue una zona ocupada por la burguesía valenciana de la segunda mitad del siglo XIX.
El Ayuntamiento de Valencia reformará la avenida, o paseo, entre el Puente de Aragón y el Puente del Real el año que viene. Este proyecto ha sido elegido en el proceso de participación ciudadana que reparte 8 millones de euros en los Presupuestos de 2019. La inversión asignada es de 234.385 euros (no muy elevada), por lo que podría ser sólo una primera fase de una actuación mucho mayor.
Mientras tanto, repasemos algunos de los momentos de la historia del Paseo de la Alameda. En el siglo XVII se le llamó Prado del Real o Prado del Palacio Real de Valencia, que se encontraba en la calle (hoy plaza) General Elío. Fue usado para corridas de toros y más tarde como lugar en el que lucir carruajes de paseo de nobles y burgueses (siglos XVIII y XIX). En esos siglos se fue conformando la zona de arbolado y de jardín. En 1932 un proyecto de Javier Goerlich alargó su longitud, entre los puentes del Real y de Aragón y cambió la ubicación de la fuente de los Cuatro Elementos, junto a la plaza de Zaragoza.
Entre los jardines de Monforte, la propia Alameda (entonces llamada Camino de la Soledad) y la avenida Blasco Ibáñez (en la época, el incipiente Paseo de Valencia al Mar) se alzó, desde 1891 hasta 1967, el Palacio de los Condes de Ripalda, o castillo de Ripalda.
Según informa Óscar Calvé, el particular perfil neogótico de esta construcción que evocaba los castillos medievales apenas sobrevivió 76 años. Su promotora, María Josefa Paulín de la Peña, vivió a la sombra de su marido José Joaquín de Agulló, VI Conde de Ripalda. Tras enviudar en 1876, la condesa se erigió en una de las personalidades más influyentes de Valencia.
>Muy cerca de la Alameda, en la calle paralela tras el palacio de la Exposición, se encuentra el antiguo edificio de Tabacalera.
La antigua fábrica de tabacos de Valencia tiene sus orígenes en la Exposición Regional de Valencia de 1909. Más de un siglo después acoge oficinas y departamentos del Ayuntamiento de Valencia. Está catalogado como Bien de Relevancia Local y su construcción empezó en 1905. Obra del arquitecto Celestino Aranguren Alonso los trabajos de construcción se dieron por acabados en 1909. Es una de las obras de arquitectura industrial más destacadas de la ciudad de Valencia. En su patio interior, en una hornacina, se encuentra una imagen de la Virgen de los Desamparados. Es uno de los edificios emblemáticos de Valencia que ha tenido una segunda oportunidad.
En 1912 un incendio afectó a la zona interior de una construcción que también ha combatido a años de abandono. La vida y actividad volvería en la última década con el traslado de diferentes dependencias municipales que antes se encontraban situadas en el edificio, ya demolido, de la avenida Aragón.
En el lugar donde se ubicaba el Palacio, se erigió el edificio conocido como 'La Pagoda'. Construida en 1967 y finalizada a principios de los setenta bajo el nombre Torre de Ripalda, es el icono por excelencia de la exclusividad arquitectónica, según el reportaje de Tamara Villena. Y cuando algo es un símbolo, despierta visitas, pasiones y también rumores: «Su historia se ha contado de muchas maneras, pero no su realidad», asegura un miembro de la familia propietaria del solar en el que se levanta el edificio. El proyecto de la Pagoda fue diseñado por los arquitectos Antonio Escario, José Antonio Vidal y José Vives.
Las fuentes de los Cuatro Elementos y de las Cuatro Estaciones del Paseo de la Alameda se encuentran con manchas de óxido «por la pésima calidad del material usado por la empresa encargada por el Ayuntamiento de Valencia», según denunció hace unas semanas Antonio Marín Segovia, activo defensor del patrimonio valenciano.
Las manchas ya habían aparecido en abril, cuando una de las figuras mitológicas de la fuente de las Cuatro Estaciones, mostraba un manto de óxido. El Ayuntamiento pintó de blanco la fuente en el verano de 2017 para devolverles el color que tenía en la década de 1980.
El edificio del Archivo del Reino de Valencia alberga un valor incalculable. Documentos que datan desde el siglo XIII hasta la actualidad, relacionados con la vida política, social y económica de la región así como una biblioteca con 13.500 libros, 4.190 folletos y 250 publicaciones periódicas lo demuestran. Por ello, tiene la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, la fachada de construcción no se encuentra bien conservada y ha tenido que ser recientemente recubierto por una malla para evitar desprendimientos, según informa Noelia Camacho. La gestión del archivo la tiene la Generalitat desde 1985, pero el edificio es propiedad del Ministerio de Cultura.
El pasado mes de mayo, la antigua Piscina Valencia comenzaba a desaparecer, cuando faltaba menos de un año para la reapertura de la instalación municipal. Está gestionada por la empresa Demmero Group 21 durante los próximos 45 años y se ha comprometido a una inversión de 12,7 millones de euros.
Según informa Paco Moreno, la Piscina Valencia estuvo abierta desde 1963 aunque ha permanecido cerrada varios años por la falta de mantenimiento, que obligaron a cerrarla. Tras las obras, albergará un gran centro deportivo y de salud por agua (SPA).
En la prolongación del Paseo de la Alameda, se construyó uno de los edificios emblemáticos del Gobierno municipal socialista de los 80. El Palau de la Música de Valencia fue inaugurado el 25 de abril de 1987 y diseñado por el arquitecto José María García de Paredes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.