Ver 31 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 31 fotos
Cuando usted duerme, ellos son los que están despiertos. Cuando se levanta para beber agua, las luces azules que atraviesan la persiana son las del coche donde van Jedi y Carlos. Cuando usted sale asustado al balcón porque hay un incendio cerca, es Francisco quien se encargan de coordinar el operativo hasta que llegan los bomberos. Y cuando usted no puede dormir porque hay un botellón debajo de su casa, es Ricardo quien distribuye a los agentes en una larga línea para alejar a los chavales de las casas. Son los hombres y mujeres que componen la Unidad de Seguridad, Apoyo y Prevención (USAP) de la Policía Local de Valencia. Son la nueva unidad creada por el Ayuntamiento, integrada por casi 150 agentes, que se centrará en cuestiones relacionadas con la seguridad ciudadana y la convivencia. LAS PROVINCIAS pasa una noche con ellos para comprobar cómo trabaja lo que se ha dado en llamar la unidad antibotellón. En realidad, hacen mucho más que eso.
22 horas Reunión previa al turno
La sala de reuniones de la USAP se queda pequeña este jueves por la noche. Casi cuarenta agentes esperan circunspectos a los oficiales. Nos prometen que no es por nosotros, que siempre están igual de serios. A lo largo de la noche veremos que aquí no hay bromas ni chanzas. Pocas risas. Algunos de los agentes van vestidos de paisano, son los conocidos como 'lobos'. Los indicativos hacen todos referencia a animales fuertes, poderosos: león, cobra, puma... «Vamos una patrulla a Orriols, ahora vamos a la salida de Olympiacos que puede haber lío y luego a control. Otra patrulla a Honduras y Cedro. Tened cuidado esta noche», dice el jefe. Los agentes cogen las llaves de los coches y sus asignaciones diarias: si llevan desfibrilador, si llevan táser... Trabajarán hasta las 6 de la mañana. Lo hacen en turnos de 7-7: trabajan siete días y libran otros siete.
23.05 horas Salida de los hinchas de Olympiacos tras el partido contra Valencia Basket
El primer servicio de la noche es el más tranquilo. Acompañados de Francisco Soler, intendente jefe del turno de noche de la USAP, acudimos a la Fonteta, donde el Valencia Basket acaba de perder el partido de Euroliga contra Olympiacos Pireus. Los aficionados griegos, conocidos en el mundo del basket como extremadamente pasionales, pueden causar algún que otro problema a la salida. «Nuestra labor aquí es de apoyo a la Nacional, principalmente», explica el jefe. La relación entre ambos cuerpos, aseguran, es buena. Apenas media hora después, el trabajo está terminado. «Vamos a Casitas Rosa», dice el jefe.
23.30 horas Incendio de una freidora en un pub irlandés
Carlos mide tres metros. O cuatro. O 15. No tiene mucha importancia. Carlos es alto. Forma una curiosa pareja con Jedi, su compañero esta noche. Bromeamos con que le llaman así porque usa una vara iluminada para controlar el tráfico. Nadie lo confirma ni lo desmiente. Con ambos LAS PROVINCIAS acude, camino a la Malvarrosa, a un aviso: se ha quemado una freidora en un local irlandés en Ramón Llull. Cuando llegamos el fuego está «casi apagado». «Hay un poco de llama», cuenta un inspector. Como una máquina bien engrasada, Carlos, que lleva tres años en la Policía Local, va hasta el final del local y comprueba que no queda nadie «ni en los baños». El bar ha sido desalojado en segundos.
Instantes más tarde llegan dos patrullas de la Policía Nacional y dos camiones de bomberos. El despliegue puede parecer exagerado, pero los policías explican que cualquier aviso «puede complicarse por momentos». Los bomberos deciden que el local tiene que cerrar: no garantizan que el problema eléctrico que ha generado el incendio no se vaya a repetir. Decenas de personas, cerca de un centenar, ocupaban el local cuando se produjo el fuego. Hay un herido, el trabajador que intentó apagarlo, que ha sufrido quemaduras en las manos.
0.08 horas Control en el puente de Giorgeta
Buena parte de la USAP participa en un control de seguridad en el puente de Giorgeta sentido plaza Manuel Sanchis Guarner. Como el jefe ha estado en el aviso de la freidora, se retrasa: estaba programado para las 23.30 horas. Carlos y Jedi reconocen que les gustan este tipo de servicios, porque saber a qué coche parar «es un arte». Los agentes se fijan en el estado del vehículo, en cómo habla el conductor, en si se pone nervioso... Este tipo de controles se establecen con un vehículo al inicio que decide qué coches parar. El agente da el aviso y luego los coches pasan 'a boxes, donde los agentes piden documentación y, si consideran que un conductor ha bebido o consumido sustancias estupefacientes, como ese que en el primer control ha dado 0,73 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, le hacen la prueba. Nos gustaría saber cómo termina este joven que va hacia atestados con un paso sorprendentemente firme pero que ha dado positivo, pero el jefe nos dice que tenemos que irnos. «Hay una mujer que pide auxilio en Gayano Lluch», cuenta.
1.10 horas Botellón frente a la estación de Joaquín Sorolla
Pero entonces llega Polo. Una de las principales ocupaciones de esta unidad es el control del botellón. Una llamada moviliza al jefe Soler: los vecinos de Maestro Sosa han llamado para protestar por el ruido que provoca el botellón. A la llegada de hasta cuatro patrullas de la USAP, los chavales que bebían en el bulevar de la calle huyen hacia la estación Joaquín Sorolla. Es uno de los 'puntos calientes' de la cuestión porque cerca de este parque hay una conocida discoteca. «Va, todos fuera del parque, no os quiero ver aquí», dice el jefe, mientras 'pastorea' a los chavales lejos de las fincas. Sus compañeros, y él mismo, recogen las botellas.
«Preferimos que estén lejos de las fincas. Aquí al menos molestan menos», explica el inspector Álvarez. Tras formar una larga línea con sus compañeros, aleja a los jóvenes, que no ponen problemas. «¿Esta copa es tuya?», pregunta un agente. «No, no, no es mía. ¿La recojo?», le responde un chaval. «Si no es tuya, ¿por qué? Va tira, anda, tira», le dicen. Los agentes son firmes, pero no maleducados. Los chavales lo entienden. «A ver, sí, pues lo entiendes, pero te da rabia porque las copas están carísimas», cuenta una chica.
Preguntamos a Álvarez si el botellón no volverá cuando nos vayamos. «Quizá sí, pero evitarlo del todo, no puedes. Hay que intentar que moleste lo mismo posible», explica, de forma práctica. El viaje nos lleva después a la plaza de la Legión Española donde los 'lobos' están inspeccionando un local para comprobar que el nivel de ruido es el adecuado.
2.20 horas La 'D': hora de cenar
La noche llega, para nosotros, a su fin. A los agentes les quedan todavía seis horas más de trabajo. En la Central, la unidad se divide en dos turnos para cenar. Es lo que llaman la 'D', de 'descanso'. Algunos se traen sus tapers, porque ni quienes le ven la cara más fea a la sociedad se libran de fregar el tomate de los macarrones del fondo del recipiente de plástico. Otros cenan en la cantina de la Central, que abre hasta las 3 horas entre semana. Precios populares: un chivito cuesta 4,75 euros. En el viaje de vuelta desde Benimaclet, los agentes intervienen, y LAS PROVINCIAS presencia, en una actuación que implica comprobar que un chaval al que se le cae la moto encima va borracho o la ha robado. Tras momentos confusos («las llaves están dentro de la moto»), los compañeros de la unidad de distrito se quedan con el tema. «La moto es suya, se va andando a casa», llega por emisora instantes más tarde.
«Tienes que insensibilizarte. Si no...», cuenta Álvarez. Él y su compañero comentan el aumento de casos de suicidio, sobre todo entre los más jóvenes. «De la pandemia a esta parte lo hemos notado mucho», cuentan. «No puedes implicarte demasiado en los casos. Cuando estaba en la Policía de Barrio, sí, porque conoces a todo el mundo», explica el inspector, que fue uno de los primeros en formar parte de este cuerpo especializado. Su trabajo en la USAP es llegar los primeros, salvar un par de vidas e irse a casa. Cuando les oyes contar que estuvieron haciéndole 45 minutos de reanimación cardiopulmonar a una mujer de 90 años que sacaron de una vivienda en llamas en la calle Salamanca, es inevitable decirte a ti mismo que nunca jamás volverás a quejarte de tu trabajo.
El concejal de Policía Local, Jesús Carbonell, ha recordado que la USAP «centrará su trabajo en la lucha contra el botellón, la mejora de la seguridad de los barrios, el control de la venta ambulante, pero también en el apoyo a las actuaciones de las comisarías de proximidad». De hecho, la USAP suele ser la primera en llegar, aunque luego se hacen cargo de la situación los compañeros de las unidades de distrito. «Además, hemos cumplido con el reto que significaba poner en marcha la unidad antes de Fallas», ha explicado Carbonell, que ha asegurado que la USAP «contará con los medios técnicos y humanos para garantizar su eficacia». «Se trataba de un compromiso prioritario de la alcaldesa y el gobierno municipal, y así ha quedado demostrado», ha indicado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.