La concejalía de Parques y Jardines estudia mover el pretil del Parterre que pasa bajo el ficus del siglo XIX cuyo crecimiento se ha llevado por delante (o por arriba) los peldaños de la escalera de acceso. Es un proyecto que tiene el departamento que ... dirige Juanma Badenas encima de la mesa pero todavía no está aprobado. No se trata de una obra demasiado cara, por lo que a priori es la opción preferida.
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Eso sí, sí se requerirá cierta tramitación patrimonial, porque los jardines del Parterre son Bien de Relevancia Local (BRL) y, además, el ficus es considerado árbol monumental, por lo que amerita cierta protección. Si Cultura da el visto bueno, la intención de la concejalía es mover el pretil apenas unos metros. El Parterre, que es el nombre que reciben los jardines de la plaza de Alfonso el Magnánimo, está rodeado por un pequeño muro de piedra que hace las veces de banco. El murete está coronado por una verja forjada.
En el tramo más cercano al ficus hay una escalera que permite bajar al jardín, situado poco menos de dos metros por debajo del nivel de la calle. Es ahí donde la vida se ha abierto camino, con el problema de que «la vida», en este caso, son las poderosas raíces del ficus, plantado en 1852. La fuerza de esta parte del árbol es tal que la piedra se ha levantado. En el caso de caídas de árboles, el espacio que tienen las raíces para crecer es muy importante: a más espacio, más base y, por tanto, más seguridad. Es por eso que desde Jardines buscan una solución para que tengan más espacio.
No hay demasiadas opciones, así que la intención de la concejalía es un proyecto, que no será demasiado caro (calculan menos de 100.000 euros, lo que no es demasiado en términos de proyectos municipales), que permita mover el pretil y dar más espacio a las raíces para crecer. Las raíces de un ficus pueden estar por encima de la tierra, como ocurre con los de la Glorieta, pero han de terminar en el suelo para poder absorber los nutrientes necesarios. Además, estas estructuras de los árboles se convierten en atractivo turístico debido a su gran tamaño.
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Álex Serrano López
Mientras, la poda de los ejemplares de gran porte se repetirá con frecuencia, como hasta ahora, sobre todo después de que en septiembre de 2022 cayera parte de la copa del árbol, lo que dejó cuatro heridos. Se trata de árboles tan grandes y que generan tanta hoja que si no hay una atención constante, las ramas no soportan el peso. Incluso cuando sí hay esa vigilancia, porque el ficus del Parterre, que ha visto pasar 170 años de historia de Valencia, es uno de los más controlados de la ciudad y, pese a eso, en septiembre de 2022 se dio un accidente que los técnicos n podían haber previsto. En febrero de 2023 se decidió cerrar el acceso a su parte inferior.
Como parte de ese siniestro, las ramas rompieron parte del pretil, ya muy dañado por la caída de parte del tronco y por el avance de las raíces. Es ahora cuando el Consistorio se plantea mover el pretil algunos metros y, de paso, restaurarlo, aunque como forma parte de un bien protegido se requiere una tramitación previa por la Conselleria de Cultura y la comisión municipal que dé el visto bueno a la obra. Desde Parques y Jardines no pueden concretar una previsión de tiempo porque el proyecto todavía no está aprobado. Es simplemente la opción técnica que parece más probable a día de hoy.
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No es el único ficus de gran tamaño que hay en la ciudad. En las grandes vías hay varios, tanto en Fernando el Católico como en Marqués del Turia, así como en la plaza Centenar de la Ploma en plena Ciutat Vella. Todos ellos fueron podados en los días posteriores al accidente del Parterre para evitar más siniestros. En el caso de uno situado en Fernando el Católico, de hecho, los bomberos y los técnicos de Jardines apuntalaron una de las ramas y cerraron el paso por el bulevar central por un lado para evitar que los viandantes pasen bajo el árbol.
Lo que no está en ningún plan, ni lo estaba en los de la anterior dirección de la concejalía, es retirar los ficus. Se trata de árboles monumentales que, si bien requieren un mantenimiento superior al de otros ejemplares u otras especies, están protegidos por su antigüedad y su alto valor ecológico. Los árboles de gran tamaño sirven también como auténticos ecosistemas para especies de insectos o pájaros.
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