Las nuevas farolas ya están en la plaza de la Reina

Al menos media docena de farolas de gran porte, de 12 metros de altura, servirán para alumbrar la parte central de la plaza de la Reina. Los cuatro primeros báculos están ya colocados y han despertado todo tipo de comentarios, sobre todo de sorpresa. En lo alto de cada uno habrá cuatro luminarias.

Se trata del siguiente paso tras la colocación del pavimento, que ocupa buena parte de la superficie. La zona próxima a la Puertas de los Hierros de la Catedral está ya renovada y luce el suelo nuevo. Justo al lado, con las vallas de protección, siguen los restos arqueológicos tapados con tierra a la espera de las obras de reurbanización.

Las farolas se combinarán con otras de cuatro metros de altura, más próximas de los laterales de la plaza, con del fin de que sirvan para alumbrar a los viandantes en esos recorridos. Estarán en línea con las terrazas de los bares, que no podrán «invadir» el espacio central.

Las obras marchan con retraso debido al sobrecoste de 1,6 millones aprobado con motivo del mal estado del aparcamiento subterráneo. En total, 12,4 millones para una remodelación iniciada el pasado abril y que debe estar lista este verano. Al encontrarse en un recinto cerrado, es posible que la empresa siga los trabajos durante al menos los primeros días de Fallas.

El entorno de la zona de obras es provisional, salvo pequeños tramos donde ya está el pavimento definitivo. Una cuadrilla trabajaba este martes en la esquina con la calle Corretgeria, para que esté a punto uno de los pasos más utilizados por los viandantes en Fallas, al pasar de la zona del Carmen hacia la plaza del Ayuntamiento.

El alumbrado público se completará con toldos y nebulizadores en una parte de la plaza, en lo que será el resto de elementos verticales. Sí que se plantará una fila de cipreses en la zona que va desde la plaza de Santa Catalina hasta la Catedral, con el fin de enmarcar la Puerta de los Hierros con la misma perspectiva que había antes del derribo de varios edificios.

Salvo por el retraso, los comerciantes de la zona están de acuerdo con el proyecto de los arquitectos José María Tomás y Antonio Escario, al acordarse antes de iniciar las obras el diseño de la plaza, sobre todo el reparto del mobiliario urbano y el reparto de las terrazas.

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