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Protesta vecinal este viernes en la Malvarrosa.

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Protesta vecinal este viernes en la Malvarrosa. jesús signes

La Malvarrosa clama contra su degradación

Una protesta vecinal exige mejoras para el Marítimo

Paco Moreno

Valencia

Viernes, 7 de octubre 2022, 21:51

«Las Casitas Rosas no tienen solución», dice tajante una de las vecinas que participó esta noche en la manifestación convocada por la asociación vecinal en las conocidas como cuatro esquinas, el cruce de la avenida Malvarrosa con la calle San Juan de Dios. Las cifras de asistencia varían, aunque acudieron entre 300 y 500 residentes del barrio, La misma persona reivindica el derribo de parte de los bloques, convertidos hace lustros en el principal foco de venta de drogas y problemas de convivencia del barrio.

Pancartas, velas encendidas en el suelo, la lectura de un manifiesto o hasta globos de color rosa, el color del barrio, sirvieron para visibilizar un grave problema, el del tráfico de drogas.

«Llevamos muchos años así, reivindicando un barrio mejor y apostando que se haga lo que no han cumplido», afirma otra vecina, que por precaución no dice su nombre. Y el motivo es que el gran tema sigue siendo la erradicación del tráfico de drogas.

El grupo de fincas era otra cosa en los años 60. Repletas de familias humildes y trabajadores, con jardines y calles donde jugaban los niños, unos lugares que ahora se han transformado en estercoleros, con aceras rotas y apenas nada que recuerde lo que fue. Sin comercios a la vista, desde luego, más allá del escondido tráfico de drogas.

En el barrio están mejor que hace unos años, señala, aunque los últimos ocho años, con el actual gobierno municipal, no han servido para abordar ese problema más que en este mandato, con el encargo de un estudio urbanístico y varios proyectos de jardines y reurbanización.

¿Se soluciona el problema con el derribo de algunas fincas? La respuesta es que pretende una «solución integral» para la Malvarrosa. La postura del Ayuntamiento es conocida desde hace tiempo, al abogar la vicealcaldesa Sandra Gómez por la demolición de algunos edificios, no todos, igual que se hizo en los 80.

Otro de los problemas a denunciar son los ruidos nocturnos. «Tenemos que dormir con tapones», asegura una residente que vive en la calle Río Tajo, acerca de las juergas nocturnas, sobre todo en verano. «Para escuchar la radio hay que cerrar la ventana» dice, mientras que asegura que la Policía Local «responde a veces y otras no. Cuando llamamos dicen que necesitan tres unidades para entrar allí», asegura una de las vecinas.

«Tengo miedo de llevar a mis hijas a jugar a cualquier jardín porque es fácil encontrarte con alguna jeringuilla», dice la misma persona. La basura en la calle es otro de los problemas, con la acumulación de trastos viejos en cualquier acera o solar.

Algunos de los planes ideados por el Ayuntamiento no han recibido el apoyo del barrio y el ejemplo más claro es la oposición a la peatonalización de la avenida Malvarrosa, algo que la asociación de vecinos no ve prioritario y que rechaza directamente la de comerciantes, al entender que perjudicará sus ventas.

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