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El aeropuerto de Manises despega. Por manido que sea el juego de palabras, los datos no engañan: el aeródromo habrá superado en agosto, con toda seguridad, la barrera de los cinco millones de viajeros, que son todos los que pasaron por Manises en 2015. Hasta julio, la cifra de viajeros estaba en 4,3 millones, gracias al espectacular dato de 791.662 pasajeros del pasado mes de julio, el mejor del año. Aupado por el éxito del aeropuerto, el sector turístico valenciano cierra un verano con más luces que sombras pero en el que los operadores advierten: el modelo podría morir de éxito si no se hace algo para remediarlo.
Las cifras de Manises son muy llamativas. En todo 2017, pasaron por el aeropuerto 6,7 millones de viajeros, la mejor cifra hasta el momento. Pero es que en agosto, a falta de los datos oficiales, se han superado los cinco millones. Sólo en cuatro días de la pasada semana, pasaron por Valencia casi 120.000 viajeros. Y es que en los siete primeros meses de 2018, el aumento ha sido del 182% con respecto al mismo periodo del año anterior. Cuando se superen los cinco millones de pasajeros a falta de cuatro meses para acabar el año, se habrá conseguido la misma cantidad de viajeros que en todo 2015, el primer año en que el aeropuerto creció un lustro (entre 2009 y 2014) en que las cifras fluctuaban de 4,6 millones a 4,9, pero que no se acercaban a los datos conseguidos a partir de ese año.
Hoteles. A falta de los datos definitivos de agosto, los hoteles cierran un verano dispar. con llenos en las zonas turísticas y ocupaciones de en torno al 80% en otros puntos.
Restaurantes. Los tickets medios bajan, sobre todo en Valencia capital, donde son hasta dos y tres euros más baratos que hace un año según los empresarios.
Apartamentos. Cierran el verano con datos ligerísimamente inferiores a los del pasado año, pero en cualquier caso rondan el 90% de ocupación.
Museos y monumentos. La Lonja, con casi 141.000 visitantes hasta la pasada semana, es el monumento de Valencia más visitado.
Se prevé, asimismo, que por número de operaciones Manises también consolide buenos datos. Hasta el 1 de agosto de 2018, el aeropuerto valenciano ha operado 44.001 vuelos. La cifra está lejos de los 81.126 de 2009, pero según explicaron fuentes conocedoras de la situación, esos vuelos eran sobre todo domésticos. En los últimos años, Manises se ha abierto al mundo. Este verano, sin ir más lejos, se ha podido viajar desde Valencia a 81 destinos frente a los 68 del año pasado, un incremento cercano al 19%. Manises ha incorporado las rutas de Roma-Fiumicino, operada por Alitalia; Bristol (Ryanair), Palermo (Ryanair) y Bruselas (TUIfly Belgium). También se ha recuperado el vuelo a Viena (WizzAir), que se perdió el año pasado, y el de Argel (Air Argelie).
Como consecuencia de esta apertura al mundo, Manises rozó el año pasado los 9 millones de pasajeros internacionales. Italia sigue siendo la nacionalidad principal de los visitantes de la ciudad, con casi 330.000 pasajeros hasta el 1 de agosto. Le siguen Alemania, Reino Unido, Francia y Holanda. Quedan lejos Bélgica, Rumanía, Portugal y Turquía. Más o menos son los mismos países de destino de los turistas valencianos. Quedan pendiente conexiones transatlánticas, con la ruta a Nueva York como el principal grial de los gestores del aeropuerto, que esperan recuperarla este mismo otoño. Este año, sin embargo, se han operado nuevas rutas con ciudades como Edimburgo, entre otras.
En cualquier caso, los espectaculares guarismos de Manises, cuyos datos mensuales de pasajeros llevan creciendo de manera sistemática desde enero de este año (se ha pasado de 467.522 viajeros en febrero a los 791.662 en julio), se dejan notar en la Comunitat Valenciana y, sobre todo, en Valencia. Aunque el aeropuerto más importante, por tráfico, operaciones y conexiones, de la Comunitat sigue siendo el de Alicante-Elche, que en julio fue el quinto de España, Manises crece en volumen de negocio y ya pisa los talones a Tenerife Sur, que le precede en una lista que encabeza Madrid-Barajas seguido de cerca por Barcelona-El Prat.
Y es que Turismo Valencia ha puesto hincapié en el aeropuerto como principal nodo de transporte para acercarse a la ciudad. Es fácil escuchar a la presidenta de la fundación y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, insistir en la importancia del aeropuerto de Manises para el turismo de la ciudad. Desde la llegada del tripartito al gobierno del Consistorio, primero Joan Calabuig y luego Gómez han intentado aumentar las conexiones tanto internacionales como nacionales de Manises para acercar a cada vez más turistas a la capital de la Comunitat Valenciana.
Desde la Agencia Valenciana se han realizado actividades de promoción de la imagen y oferta de la Comunitat y la exploración de posibles nuevas rutas. Es el caso de la participación en la feria World Routes.
Por su lado, la Fundación Turismo Valencia ha organizado en 2018 la 'Fly VLC Meeting' que ha reunido a las 18 principales líneas aéreas del mundo. También ha participado en ferias especializadas en conectividad como la EuropeRoutes, WorldRoutes, 141 IATA Slots Conference y Connect. Además, se ha incrementado la promoción en mercados de especial influencia de conexiones aéreas o realizado eventos sectoriales.
Queda pendiente, sin embargo, atraer a las grandes compañías. Manises opera, sobre todo, vuelos de las empresas de bajo coste. De las 44.001 operaciones hasta el 1 de agosto de este año, un 22,5% corresponden a Ryanair, mientras que Vueling es la cuarta la clasificación con un 7,6% de los vuelos. La segunda y la tercera son Air Nostrum y Air Europa, pero para encontrar a Lufthansa hay que irse hasta el sexo puesto, con apenas un 2,9% del total. Otras compañías que operan en Manises son Panamedia, Transavia, Easyjet, Tap Air y Swiss International. Turkish Airlines apenas ha operado 424 vuelos, mientras que British Airways ha aterrizado o despegado en Manises 342 de sus aviones.
Aupado por el éxito del aeropuerto de la capital en este verano, el sector turístico ha cerrado una de las campañas estivales más extrañas que se recuerdan. Extraña porque las reservas se han hecho más a última hora que nunca, ha habido más diferencia de precios entre zonas turísticas que nunca e incluso sectores como los apartamentos turísticos han detectado caídas en la ocupación que, lejos de alarmar (son «cuanto apenas», según los expertos en el ramo), sí parecen indicar lo que residentes del centro de Valencia llevan meses diciendo: cuidado con matar la gallina de los huevos de oro.
En el sector de los alojamientos turísticos no hoteleros (esto es, los apartamentos), la tendencia es ligeramente a la baja. Así lo asegura José Benavent, presidente de Apartval, Asociación Empresarial de Apartamentos Turísticos de la Comunitat Valenciana. «Este verano los datos de ocupación han estado próximos al 90%, lo que supone una excelente cifra para el turismo en tierras valencianas e indica la gran demanda del visitante por este tipo de alojamiento moderno y próximo. Los datos han sido levemente inferiores al año pasado, pero en cuanto apenas. Hay que señalar en cualquier caso que los datos de 2017 fueron absolutamente espectaculares».
Benavent recuerda que su cliente tipo son «grupos de amigos o familias que buscan reproducir un ambiente doméstico familiar con todo lo que ello supone: cocina, bajar a hacer la compra a los comercios de barrio... Los puntos con mayor ocupación han sido el centro histórico, lo que es habitual, y los de la zona-playa tan demandados en este periodo».
La Lonja y las torres de Serranos siguen siendo los monumentos de la ciudad de Valencia más visitados. Por la primera habían pasado hasta la semana pasada casi 141.000 personas, mientras que al baluarte que mira al norte lo habían visitado 71.180 personas. En esta clasificación de los museos y monumentos más visitados de la ciudad se cuelan también las torres de Quart, con más de 19.000 visitantes, según los datos oficiales de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, así como el museo de l'Almoina, con más de 21.500 visitantes. Su ubicación en pleno centro de la ciudad seduce a miles de turistas que se adentran en las entrañas de Ciutat Vella para cononcer cómo era la Valentia romana. Como curiosidad, el último lugar en esta clasificación lo ocupan los refugios de la guerra civil, por donde han pasado este verano casi 1.000 personas. Se trata del primer año en que han podido ser visitados tras las rehabilitaciones llevadas a cabo por el Consistorio.
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