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Vecinos y visitantes del Marítimo de Valencia denunciaron ayer la presencia masiva de vendedores ilegales, los comúnmente conocidos como manteros, en el paseo de Neptuno y parte del paseo marítimo de la ciudad en una jornada particular en el entramado comercial de la ciudad: es el día en que abren menos negocios de Valencia. Tal como pudo comprobar este diario, este tipo de vendedores ocuparon buena parte de la zona costera, muy transitada durante la jornada de ayer por cientos de personas.
Esta situación junto a la playa del Cabanyal se da en una zona que, curiosamente, cuenta con varias patrullas diarias. Así lo confirman los hosteleros del entorno, que reconocen que la presencia tanto de la Policía Local de Valencia como de la Policía Nacional es constante a lo largo de toda la jornada. Sin embargo, ayer sí que se notó menos patrullas en la zona, lo que los manteros aprovecharon para vender todo tipo de productos falsificados.
Este traslado de los manteros al paseo marítimo ha venido motivado por un importante aumento de la vigilancia en el centro de la ciudad. Las continuas quejas tanto de vecinos como de comerciantes han provocado más presencia policial en calles como Ribera, Convento de Santa Clara o Ruzafa.
Cabe recordar que el Consistorio rechazó, la pasada semana, ampliar las patrullas policiales que recorren la ciudad para controlar los manteros. El pleno del Ayuntamiento se negó a crear una Unidad policial permanente, como pedía el grupo popular, ni a reforzar las patrullas actuales como se solicitaba en la moción de Ciudadanos. Las propuestas para luchar contra los manteros y defender al pequeño comercio fueron rechazadas el jueves pasado por el gobierno tripartito en uno de los asuntos más destacados en el pleno del Ayuntamiento.
La concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, alegó en su momento que la propuesta de la oposición era crear otro grupo policial. «La Policía Local es parte de la solución y si sólo hacemos esto sería como jugar al gato y al ratón, echarlos de un sitio para que vayan a otro», lamentó la edil. Antes de eso, tanto el concejal del grupo popular Félix Crespo como la edil de Ciudadanos María Dolores Jiménez argumentaron el daño que supone para los comerciantes las ventas ilegales, que incluyen además productos falsificados. Ninguna de estas razones fueron suficientes para el tripartito y la delegada de Inmigración, Neus Fàbregas, intervino para señalar que «se agravaría la situación de los inmigrantes y los criminaliza», para pedir cambios en la Ley de Extranjería.
Antes del debate político en el pleno municipal de diciembre habló una representante de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche, para requerir más recursos destinados a la Unidad de Ciutat Vella, así como la creación de una «brigada de control de venta ambulante durante los horarios del mediodía y los fines de semana, cuando la afluencia de este tipo de venta llega a unos niveles escandalosos». Las quejas de los empresarios se centran en calles como Convento Santa Clara, Ribera, Ruzafa y la plaza de la Reina, entre otras. En la misma intervención, reclamó la colocación de cámaras de vigilancia preventiva en las calles más comerciales, igual que ocurre en otras ciudades españolas. «En Cataluña hay más de 80 municipios donde las tienen y también hay en Málaga o Madrid. En el resto de Europa, sólo en la calle londinense de Oxford Street hay 35 cámaras».
Ninguna de estas razones sirvió para que el gobierno municipal aceptara medidas desde el Consistorio contra la venta ambulante ilegal. La petición de cámaras de vigilancia preventiva ni siquiera fue comentada en el debate. Se trata de una petición que viene desde hace varios años y que se planteó para la calle Poeta Querol tras varios actos vandálicos que afectaron a los escaparates de esta conocida calle en 2013. El Consistorio siempre ha tenido reservas contra la instalación de cámaras de vigilancia, no sólo en el centro, sino también en el río o en el entorno de las torres de Serranos, donde el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, las prometió hace ahora casi dos años.
Menguzzato también aseguró que las denuncias por los manteros «vienen de lejos», para citar noticias publicadas en 2010, mientras que la edil de Ciudadanos María Dolores Jiménez recordó que «los vendedores ponen cajas en los mercadillos para impedir que se coloquen manteros». En su opinión la desaparición de la Unidad GOE «ha agravado el problema porque se ha incrementado la presencia de los manteros», lo que no fue reconocido por Menguzzato. Los vendedores de los mercados extraordinarios también han denunciado, en varias ocasiones, este mismo punto, aunque desde el Consistorio no están receptivos a ampliar las patrullas.
El grupo municipal popular abundó en esta idea, producto de la reorganización del Cuerpo, para asegurar que en visitas a mercadillos «es tremenda la cifra de manteros que hemos detectado, como los setenta en el de la avenida del Cid, un centenar en el Cabanyal y más de 120 en el que se instala en Benicalap». «No comparto el modelo que proponen con unidades pequeñas, queremos una policía con capacidad de hacer frente a cualquier problema», dijo Menguzzato.
También los sindicatos policiales han afeado a la concejala la reordenación de la plantilla, que ha afectado sobre todo a los grupos de vigilancia de zonas comerciales, las más afectadas ahora por el aumento de los manteros.
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