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Finca de la calle Acacias donde viven okupas. Damián Torres

Una manzana tomada por los okupas en Valencia

Los vecinos de las calles Acacias, Picayo y Rosales de Valencia alertan de ilegales en algunas fincas enteras, pisos y bajos de la zona

José Molins

Valencia

Viernes, 26 de mayo 2023, 13:03

Gritos, peleas, suciedad. Incluso una planta baja donde sacan el sofá a la calle y se sientan con la música muy alta. Los vecinos están hartos. El problema se concentra en una manzana entre las calles Picayo, Acacias y Rosales de Valencia. En el último año y medio han notado un aumento de okupas en viviendas de esta zona del barrio de Benicalap. Hay incluso fincas enteras tomadas por ilegales, además de varios pisos y bajos en los que es frecuente el «trapicheo», según los vecinos.

La zona conflictiva comienza junto a las vías del tranvía, en una finca entera okupada en la esquina entre las calles Acacias y Mondúver, y se extiende por la calle Picayo, donde está uno de los principales focos del problema, sobre todo por la planta baja mencionada donde se han producido algunos altercados, y acaba en la plaza Pintor Llanos, una plaza interior entre edificios que da justo a la parte trasera del bajo en cuestión de Picayo. Ahí hay otro bajo ilegal que los vecinos explican que los okupas utilizan como almacén para trapichear.

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Benicalap, Chelo Polo, lleva tiempo trabajando con la policía y el Ayuntamiento para poner fin a esta situación. «A veces hay jaleo, en los bajos y en algunos pisos, que son de un banco y presionamos para que el banco denuncie, pero ya ha denunciado, así ahora la policía ya puede actuar. Han ido los servicios sociales a algunas viviendas y la policía está ahí presente», explica. «Legalmente estamos haciendo todo lo que se puede para que se desaloje, pero los okupas van y vienen, hay momentos que arman más jaleo. La policía todos los días pasa por allí y se hace ver, para que no estén en las aceras ni monten escándalo», señala la líder vecinal.

Tanto Polo como los vecinos subrayan que en general Benicalap es «un barrio tranquilo en el que se vive bien» y que el problema se circunscribe solamente a esta manzana. Una de esa vecinas es Pilar: «No se meten con nadie pero son escandalosos, gritan, hacen mucho ruido con toda la chatarra que transportan. En la calle Picayo hay más inseguridad, aunque yo miedo no tengo, es más las molestias que causan. En los últimos dos años he notado que hay más gente viviendo ilegal por esta zona, hay algunas fincas enteras con okupas». Y otra vecina, Teresa, añade: «Siempre hay presencia policial por aquí porque hay varios bajos donde se trapichea».

Un proyecto en marcha

Precisamente sobre dos de esos bajos en la plaza Pintor Llanos y el de la calle Picayo la presidenta de la asociación vecinal explica la situación. «Están junto a un solar de una antigua fábrica, hay un proyecto de edificación por parte de una promotora que esperamos que empiece en breve para urbanizar esa zona, y eso pensamos que cuando lo hagan todos los alrededores van a mejorar mucho», expresa Chelo Polo, que añade: «Hay pisos de okupas que no arman jaleo, pero otros son incívicos, sacan los sofás a la acera, hacen ruido, y hay gente que tiene miedo de pasar por allí», lamenta.

El proyecto abarca varios solares unidos que conectan Pintor Llanos y Picayo con las calles Periodista Gil Sumbiela y General Llorens, dos vías donde ya no hay ningún problema ni queja por okupas. En ese espacio, que en total tiene unos 5.800 metros cuadrados, está prevista la construcción de una zona verde de unos 2.000 metros cuadrados y un centenar de viviendas, casi la mitad de ellas de protección pública. Está aprobada la evaluación ambiental del Plan de Reforma Interior (PRI) y la promotora debe comenzar en breve las obras.

En esa conflictiva calle Picayo vive Amparo. «Cada vez hay más okupas, es horrible, acumulan mucha basura, ponen la música a tope, se ponen en un sofá en la calle como si fuera de ellos, suben y bajan mucha gente a los pisos. Es verdad que se puede pasar sin problemas por allí, pero mi hija se ha tenido que marchar a otro sitio por esta situación. Son estas tres calles, yo a las 10 de la noche me meto en mi casa y no salgo, me da mucho miedo salir. Por la noche se oyen gritos, peleas, gente que no me gusta», comenta la señora.

Enrique también indica que son habituales «los gritos, la suciedad y la presencia de mala gente también, da miedo salir por la noche», apunta. «Son algunas fincas en esta manzana que llevan como un año y medio con okupas. Hay peleas y no da gusto pasar por esas calles, si puedes las evitas», asegura el hombre. Y otra vecina, Amor, señala que incluso «de un patio se llevaron la puerta entera», y que en la planta baja de la calle Picayo «hay de todo, tienen la persiana subida y es un foco de problemas, es exagerado. Muchas veces se pelean, es gente de fuera, de otros países», expone.

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