«En Marxalenes, hay zonas donde es mejor no ir por la noche»

Aunque la situación ha mejorado en los últimos meses, según el presidente de la asociación de vecinos, Paco Llamas, lo cierto es que desde hace semanas los problemas han vuelto a un barrio en el que los vecinos reclaman el cierre de las antiguas canchas deportivas, como núcleo del problema de inseguridad que se vive sobre todo en las noches del fin de semana. Las peleas y las reyertas son comunes en la zona norte del parque de Marxalenes, la cercana a la calle San Pancracio, tal como indican vecinos de la zona, que aseguran que el problema está vinculado al botellón.

Para Llamas «la cosa está bastante tranquila. Hay casos excepcionales, a lo mejor algún fin de semana, pero los problemas de las canchas se han neutralizado», al explicar que cuando Senegal ganó la Copa de África «no veas la que montaron los senegaleses». «Lo del sábado es un caso puntual. No es como era antes. Los latinos se ponían a beber y a ver quién les paraba. Hay casos puntuales de hurtos y demás pero por desgracia eso sucede en cualquier barrio», dice.

El dirigente vecinal apunta a la calle Fidalgo como epicentro de los problemas estos días. «Allí había una peluquería latina donde se armaban cosas raras que ahora parece que ha cerrado. Parece que había algo de trapicheo», dice Llamas, que apunta que otra tienda situada en la calle Fidalgo con San Pancracio «que vendía alcohol hasta la 1 de la mañana ahora cierra a las 23 horas». «Hay gente que se pone ahí a jugar al ajedrez o a las cartas y no molestan a nadie, pero cuando beben un poco de más... pues bueno. Pero poco a poco se va paliando», indica.

Fuentes policiales hablan de «bandas latinas» para referirse a los grupos que causan problemas en el entorno del Parque de Marxalenes. Aseguran que la situación está muy atajada tras meses de trabajo policial. «La cosa está mucho mejor, la verdad es que se nota mucho que cada vez viene más policía», dice Iona, rumana, y vecina del barrio.

«Esto no es Nazaret», dice un anciano que está con sus compañeros en el parque de Marxalenes tomando el sol. «Si esto fuera tan peligroso, ¿estaríamos aquí tranquilamente?», pregunta uno de ellos, de nombre Rafael García. «Los problemas son los de siempre, y lo sabemos y no pasa nada, porque al final están en un sitio muy concreto, cerca de los bares y demás. Aquí no hay ningún problema», explica.

Versión parecida dan en la Asociación Cultural de Mujeres de Marxalenes, donde Teresa, la 'jefa', comenta que la situación se puede complicar sobre las 22 horas. «Hay determinadas zonas por donde es mejor no pasar por la noche», asegura. En otras calles, como en una situada cerca de la casa de una de las mujeres que están haciendo corte y confección en un local situado justo junto al pub Manhattan, sí hay «mucha policía» porque hay «muchas peleas».

Estos problemas están tan vinculados al consumo de alcohol en la calle que según el concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de Valencia, Aarón Cano, este mismo lunes ha dado la orden a la 5ª Unidad de Distrito de la Policía Local de que intensifique los contacto con las comisiones falleras del barrio «para controlar que no haya peleas» en las Fallas. Este tipo de enfrentamientos se suelen dar vinculados al consumo de alcohol, por lo que la Policía Local extremará las precauciones en Fallas.

Según Cano, la situación en el barrio ha mejorado «mucho» desde hace unos meses, aunque asegura que no está «satisfecho». «Aún queda mucho por hacer y vamos a seguir trabajando, pero la situación de las bandas latinas está muy controlada, aunque no atajada porque es imposible. Tenemos que seguir en ello», comenta el concejal.

Lo cierto es que en una fría pero soleada mañana de un lunes de febrero, cuesta imaginarse que este Marxalenes tranquilo y de paso relajado es el mismo en cuyas noches determinadas zonas se ven tomadas por el botellón y en el que el domingo por la noche la tragedia se dejó ver por los alrededores de un pub donde una pelea terminó con un hombre de 36 años y de nacionalidad colombiana fallecido de una puñalada en el corazón.