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Miércoles, 20 de abril 2022
El Mercado Central de Valencia ha vuelto este miércoles «con alegría» a una normalidad sin el uso obligatorio de las mascarillas, un «gran paso» que ha hecho efectivo tras la entrada en vigor del decreto por el que se pone fin al uso preceptivo de este elemento en interiores.
«Siempre se dice que el mercado es la catedral de los sentidos, pero durante dos años de pandemia no se ha podido disfrutar ni del gusto ni del olfato. Ahora volvemos a reencontrarnos con las sonrisas».
Así lo ha manifestado la gerente del Mercado Central de València, Cristina Oliete, en declaraciones a Europa Press Televisión. Esta portavoz ha asegurado que el sentir mayoritario entre los vendedores ha sido el de «alegría» por «volver a ver las sonrisas» en los rostros de sus clientes, aunque ha precisado que algunos mantendrán por «precaución» las mascarillas durante al menos las dos próximas semanas.
«Hoy se da luz verde para quien no quiera llevarla. En cuanto a los vendedores, detrás de cada parada hay un empresario por lo que, siguiendo las indicaciones del real decreto, ellos deciden qué hacer», ha explicado.
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No obstante, Oliete confía en que «poco a poco» se irá reduciendo su uso entre comerciantes y clientes. En este punto, ha subrayado que los mercados, y en concreto el Central, son «espacios seguros».
Algunos de los primeros comerciantes de este mercado que han decidido este miércoles despojarse de la mascarilla han confesado sentirse «aliviados» tras dos años de pandemia en los que han tenido que trabajar con tapabocas durante toda su jornada laboral.
«No nos dejaba respirar, es muy asfixiante», ha comentado la vendedora de una parada de frutas y verduras quien ha asegurado que tenía muchas ganas de no llevar mascarilla porque les da «mucha libertad».
Otros comerciantes mantendrán las mascarilla unos días más por «respeto» a sus clientes y esperarán ver la evolución para tomar una decisión: «Sentimos que aún hay que llevarla».
Clientes y usuarios del Mercado Central de València han confesado sentir «extrañeza» al no tener que llevar obligatoriamente mascarilla. «Me parece raro, pero habrá que acostumbrarse», ha comentado uno de los clientes, quien ha señalado que se pondrá la mascarilla en los momentos que vea mayor aglomeración de personas porque todavía tiene «respeto» al virus.
Otro ciudadano ha decidido seguir usando su mascarilla ante sus dudas y ha asegurado que, «de momento», seguirá llevándola en los interiores por «precaución».
Otro punto de la capital donde se ha celebrado la nueva situación ha sido la Biblioteca Pública. Algunas usuarias han mostrado su alivio, ya que es «muy incómodo y agobiante» tener que estudiar con la mascarilla.
Una joven señala que hay una mayor seguridad porque el covid parece que está ya «en segundo plano» gracias a la vacunación, por lo que cree que esto es un síntoma para «volver a la normalidad». «Creo que el estudio entra mejor sin mascarilla, pero ya lo veremos en el examen», ha apostillado entre risas.
«Igual que me costó ponerme la mascarilla al principio, me costará quitármela», ha explicado otra usuaria que la seguirá portando en espacios interiores para evitar posibles contagios: «Tras dos años, ya estoy habituada».
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