El Ayuntamiento de Valencia abre ahora la puerta a cambiar de ubicación el mercadillo de agricultores junto a Colón tras las quejas de vecinos y comerciantes. Quejas que no vienen de esta semana, sino que se remontan a hace casi dos años. «Pienso que ... esto les puede beneficiar pero si en tres semanas vemos que no hay sinergia y se siguen sintiendo amenazados, buscamos otra ubicación», ha indicado el concejal de Agricultura, Alejandro Ramón: «Si tenemos que volver a sentarnos y buscar otra ubicación la buscaremos, pero espero que terminen surgiendo alianzas y sinergias».
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Desde primera hora, una docena de puestos de frutas y verduras, así como zumos o mermeladas, han estado abiertos junto al Mercado de Colón, que presentaba la atípica imagen de bares y locales cerrados en plena hora punta. «Es la primera vez que ocurre un cierre así», ha dicho José Manglano, portavoz de los comerciantes del mercado. «Esto hace que los comercios suframos una terrible competencia desleal que nos dejará en una complicada situación», ha asegurado Manglano.
Algunos de los productos que se ofertaban eran aguacates a seis euros el kilo, lo que ha levantado no pocas cejas, o cinco kilos de naranjas a cuatro euros. «Con el tiempo haremos reparto a domicilio», explicaban en uno de los puestos a una cliente que se marchaba sin comprar nada. «Es que ahora me voy a trabajar», decía. Hasta el lugar se ha trasladado el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, que preguntaba a un vecino que le increpaba si no le gustaba el mercadito, con evidente sorna.
«Los comerciantes del mercado de Colón aplaudimos todas aquellas acciones encaminadas a favorecer la sostenibilidad de nuestra huerta y apoyamos a todos sus agricultores», ha indicado Manglano, que ha añadido que, sin embargo, ubicarlos junto al mercado de Colón «significa favorecer a algunos perjudicándonos a todos los demás». Según ha detallado, en el mercado de Colón, además de los establecimientos de restauración, hay cuatro comercios, una carnicería, una charcutería, una pescadería y una verdulería-frutería. Esta última es propiedad de Aurelio Comas, un agricultor que tiene sus campos en la Font de Sant Lluís y lleva todas las mañanas a su puesto en el semisótano las verduras y frutas que cultiva él mismo.
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El representante de los comerciantes ha denunciado que los agricultores del nuevo mercado semanal pagan 1,82 euros por abrir su puesto justo al lado del Mercado de Colón. «Nosotros estamos pagando tres veces más de lo que se paga en los mercados municipales y los mercados municipales pagan unas tasas infinitamente más altas», ha afirmado, antes de resaltar que no hay diferencias entre sus productos en cuanto a que son género de temporada y proximidad.
Manglano ha expuesto que, al cerrar sus locales en señal de protesta, los vendedores y hosteleros del mercado están «perdiendo ventas» y «haciendo un sacrificio muy grande» para trasladar la «angustia» y «preocupación» que sienten y para «defender a un compañero». No obstante, señala que en los estatutos de la asociación «hay un punto que dice específicamente que si cualquiera de los asociados es agredido del exterior de manera que sufra una clara competencia desleal, todos los demás tienen que salir en su ayuda». «Eso es lo que hemos hecho», ha defendido.
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El representante de los comerciantes ha puesto el foco en que hay «muchísimos puestos vacantes» en los mercados municipales y «muchísimos» agricultores que acuden a ellos a vender los productos que producen. «Lo que le decimos a la Concejalía de Agricultura es por qué no los metéis dentro de los mercados. Serán muy bien recibidos. Trabajarán en unas condiciones mejores que cuando aquí estén a 40ºC grados, lloviendo o haga frío», ha remarcado.
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Además, Alicia García Trenzano, portavoz de los mercados de la ciudad en Confemercats, ha explicado que en la ciudad hay 427 paradas libres, «donde estos vendedores serían muy bienvenidos». En total, ha señalado que entre 70 y 80 agricultores ya venden en los mercados municipales.
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Ramon, sin embargo, ha negado la competencia desleal. «Disponemos de un informe de la Comisión de Competencia de la Comunitat Valenciana que dice las tiras de contar no son competencia», ha explicado Ramon, que ha insistido en que este tipo de mercadillos «generan sinergias». «Además, hemos buscado ubicaciones donde no haya mercados municipales a los que podamos perjudicar de ninguna manera», ha comentado el concejal. En este sentido, ha insistido en que el Mercado de Colón ofrece «productos gourmet», aunque Aurelio Comes, gerente de Frutas y Verduras Fina, que dispone de un campo en la Font de Sant Lluís, asegura que los productos que ofrece «son como los que están vendiendo aquí arriba, algunos incluso más caros: yo regalo el perejil y aquí lo están cobrando». Algunos vendedores del mercadito, por cierto, han decidido regalarlo también.
Comes ha precisado que, frente al 1,82 euros que cuestan los puestos del mercadillo, a él le cuesta una media de 40-50 euros mantener su parada en funcionamiento una mañana. Explica también que sus productos los trabaja él mismo, al estilo «tradicional», y que pertenece a la cuarta generación de su familia en el negocio. «Mi madre me ha criado bajo una tomatera», ha comentado, antes de señalar que la trayectoria de su familia en el mercado «avala y acredita la calidad, el buen servicio y el buen humor» de su parada.
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