La empresa Metrovacesa, promotora del plan urbanístico que permitirá la construcción de1.345 viviendasen Benimaclet, ha iniciado la tramitación ambiental y descarta reducir el número de pisos, según han confirmado fuentes de la compañía tras las protestas vecinales y la petición del alcalde Ribó de una modificación a la baja.
Publicidad
Entre los numerosos argumentos que señalaron para tomar esta decisión, subrayan que el índice de edificabilidad será el más bajo de Valencia en cuanto a los programas de viviendas en suelo urbanizable, al alcanzar el 0,60. En la parte contraria de la tabla, en Quatre Carreres se llegará al 0,89, lo que supone una densidad de edificación mucho mayor. «Sólo el 18% de los solares serán privados, el resto serán para dotaciones públicas y calles», destacan.
La firma ha promovido una agrupación de interés urbanístico, como publicó LAS PROVINCIAS. Ahora se han iniciado los trámites ambientales y el Ayuntamiento debe realizar un informe antes de la exposición al público diseñado por el despacho valenciano de AiC Equip dirigido por el arquitecto Juan Añón. La previsión es que la reparcelación pueda estar lista a finales de 2021 y empezar la construcción del barrio a principios de 2022.
Esto pondrá fin a un proyecto iniciado hace 30 años por la empresa Urbem, una operación donde Metrovacesa entró hace dos años. De las 1.345 viviendas, el 30% se destinarán a pisos de promoción pública. En los últimos meses se han dado a conocer informes encargados por plataformas vecinales contrarias al plan, que la empresa tilda de «poco rigurosos» en cuanto a la reversión de los terrenos para catalogarlos como huerta.
Para ello, recuerdan que el Plan General de 1988 no define este espacio pegado a la ronda norte como suelo agrícola. «En 2011 se promueve un cambio en el plan para una expansión de la ciudad, que se cancela en 2016. En ningún momento se habla de Benimaclet», afirman. Es más, el Plan de Acción Territorial de la Huerta aprobado en 2018, que impulsa reclasificaciones en algunos municipios de la comarca, no dice nada sobre este barrio, apuntan.
Publicidad
La propuesta que saldrá a exposición al público consiste en dejar la parte central, donde debería estar la prolongación de la avenida Valladolid, sin edificaciones más allá de dotaciones públicas, jardines y huertos de autoconsumo. Un grupo de edificios junto a una zona de ensanche tendrán entre 8 y 12 plantas, mientras que en los extremos es donde se concentrará la mayor parte de los pisos. Se trata de los solares próximos a la avenida Emilio Baró y la avenida Cataluña, con un régimen de alturas que irá desde las diez hasta las treinta plantas.
Entre las razones del rechazo a reducir viviendas, se habla de que «serviría de poco», sobre todo en un barrio con una densidad prevista tan baja, así como que supondría también reducir las cargas urbanísticas, es decir, menos dinero para el Consistorio destinados a dotaciones como colegios, jardines o polideportivos, entre otras. Por último, afirman que afectaría al precio final de venta. «En Benimaclet hay poca oferta y eso está tensionando y subiendo los precios», dicen. Además, se preguntan: «¿Por qué desclasificar Benimaclet y no el Grao por ejemplo?», en referencia a otra gran bolsa de terreno que queda en Valencia.
Publicidad
Más información
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.