Como una gran muralla blanquecina, casi encalada, así describen los textos antiguos a esta fortificación islámica que poco a poco se abre paso en la ciudad bajo la mirada de sorpresa de muchos. A los lados de esa evidente torre se puede ver el ... lienzo sobre el que trabajan los restauradores, arquitectos y arqueólogos. Entre ellos, Elisa Moliner, que como arquitecta de la obra confirmaba ayer todas las sospechas del equipo: «once metros de altura». Que se dice pronto. Reconoce que allí, junto a la fosa y al lado de la excavación, al alzar la vista se siente abrumada. «Imagina llegar a la ciudad y encontrar esto, impacta, hay que tener en cuenta que Valencia es una llanura y necesitaban alcanzar esa altura para protegerla», explica Moliner.
Publicidad
Gracias a la intervención arqueológica, junto a la calle En Borrás, se pudo comprobar la impronta de la almena de la muralla, y se pudo confirmar así la altura que tuvo esta fortificación, unos once metros. Ahora que ya tienen colocado el andamio sobre ella se dan cuenta. «La singularidad de esta intervención es poder tener esta muestra tan evidente, que no es como otros restos de los que sólo puedes ver los cimientos y echarle imaginación, aquí se puede entender mucho más sobre cómo era».
Noticias Relacionadas
Paco Moreno
PACO MORENO
Con las excavaciones arqueológicas terminadas, ahora toca centrarse en ese «lienzo». como les gusta llamarle, para restaurar la piedra y el revestimiento original. La arquitecta explica que es complicado que se llegue a alcanzar ese color blanco que se describe porque el paso del tiempo deja huella y tampoco han encontrado ningún resto que compruebe que estuvo encalada. «Estamos recuperando los revestimientos originales de la muralla que estaban hechos con hormigón de cal, pero con el paso del tiempo se oxida, el matiz que tiene ahora no es el mismo, no se puede volver al punto de inicio».
Comenta además que hay algunas partes de la muralla, sobre todo las inferiores, que están muy deterioradas por todas las capas que se añadieron, los restos de cemento y las fincas construidas alrededor que le dejaron zonas muy dañadas, pero es ahí donde entra la restauración. «Eso sí, la piedra que tocas ahora es siglo XI», dice Moliner.
Publicidad
Y es que la envergadura de la construcción es sorprendente para la época, según la arquitecta se usaron los mejores materiales y seguramente a los mejores arquitectos. «Para alcanzar esa altura se tuvo que usar un material más resistente de ahí que se empleara una mezcla distinta a la de otras construcciones de la época, con un hormigón de relleno o núcleo de piedra, y luego una masada de cal, arena y grava de río con canto rodado, que es mucho más duradero».
Noticia Relacionada
A la fortificación islámica se van a poder integrar el resto de elementos defensivos que han resultado del trabajo de las excavaciones: el foso, con casi cinco metros de profundidad, la barbacana y la liza. Pero seguirán las excavaciones, esta vez para la construcción del centro de visitas que se ubicará junto a la muralla. En estas excavaciones no se prevén grandes hallazgos pero la arquitecta dice que «nunca se sabe, a veces hay sorpresas por eso se harán con la misma dedicación que se hicieron las anteriores». Así arrancan también esas obras para la construcción del centro de interpretación que dará acceso a las visitas y donde se colocarán las piezas y hallazgos más relevantes que ayuden a entender y a mostrar la Valencia de la época.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.