Borrar
El Sorteo de la Lotería Nacional deja su primer premio en un municipio de 2.775 habitantes y en otras tres localidades
Torres de Serranos. Damián Torres

La alternativa al derribo de la muralla que dejó una cicatriz urbana invisible

El muro parisino de Thiers que se proyectó para Valencia

MAR GUADALAJARA

Jueves, 14 de noviembre 2019, 17:38

La cicatriz más profunda de la ciudad de Valencia es la que dejaron las murallas. Una marca urbana y social que hoy es prácticamente invisible. La historia de esos muros de piedra es la del origen de la ciudad que idearon los romanos y el paso de las civilizaciones posteriores que fueron dejando su huella hasta su desaparición. La fortaleza pasó de un método de defensa a un símbolo de ideales e ideologías que estuvo a punto de salvarse del derribo.

Tres historiadores valencianos recogen en el libro 'Las murallas de Valencia' capítulos nunca antes difundidos hasta ahora que podrían haber cambiado el devenir de la ciudad. José Ferrandis, Enrique Ibáñez y Gumersindo Fernández presentan el viernes la obra documentada que acercará al público los últimos descubrimientos arqueológicos, los proyectos y planes alternativos que podrían haber cambiado la historia y la fisionomía de la urbe, así como el transcurso del largo proceso de derribo que abarcó más de un siglo.

«Fue la guerra de Crimea lo que cambió todo», comenta Gumersindo Fernández coautor del libro.Quedaron atemorizados al ver caer las fortificaciones en la que después se acuñó como la primera gran guerra. «Fue entonces cuando les asaltan los miedos ante su método de defensa, que quedaron reducidos y obsoletos por la potencia de la nueva armamentística y los explosivos», explica el historiador.

Tres historiadores recogen en el libro 'Las murallas de Valencia' por primera vez el relato completo desde la época romana y hasta el tortuoso camino de más de un siglo hasta su desaparición

Hasta entonces la muralla medieval marcaba una paradigma defensivo y a su vez modelo de sociedad. La división entre la parte que quedaba comprimida dentro ciudad y las zonas que estaban fuera, dejaba clara la diferencia entre los arrabales desconectados y los más influyentes; de puertas para adentro estaba el desarrollo y de puertas para afuera quedó lo marginado.

Con el avance de la tecnología estos muros se tornan débiles y se empiezan a gestar soluciones ante la disyuntiva. Las fuerzas militares y el ejército fueron los primeros en mostrar su preocupación y plantearon alternativas. «En Valencia se proyectó un muro de Thiers como el que sí se llegó a hacer en París», una fortificación aún mayor en el corazón de la ciudad para hacer frente a los ataques.

Portada del libro. LP

Pero los burgueses ya habían empezado una revolución contra lo que simbolizaba la muralla. Sus intereses económicos chocaban con el modelo de ciudad feudal que consideraban una prisión para la especulación y la expansión. «Para la burguesía era algo molesto que dificulta ensanchar la ciudad y mejorar las comunicaciones. Lo convirtieron en un símbolo contra el que luchar, esa muralla iba en contra de sus intereses y para entonces la burguesía ya era la clase más poderosa», detalla el autor.

Se desató el conflicto. Las autoridades militares seguían aferradas a esa mentalidad defensiva y siguieron desarrollando planes alternativos. Pero las presiones de la burguesía prevalecieron. Así se empezaron a perfilar otras tácticas de defensa, desde las barricadas, hasta túneles y lugares estratégicos dentro de la ciudad que pasó a ser el nuevo escenario de las batallas. «Ahora la lucha se libraría en la propia ciudad, con las nuevas armas ya no eran necesarios los muros», dice Fernández.

La guerra de Crimea cambió el paradigma de la defensa y planteó un plan paralelo al derribo de la fortaleza valenciana

Según defiende el autor, se podría haber conservado parte de la muralla pero explica que «desde nuestro punto de vista desde el siglo XXI es fácil pensar así porque consideramos el valor patrimonial, ahora tendríamos un monumento interesante porque desde luego no habría hecho falta derribar toda la muralla». Pero en aquel entonces, «las clases populares lo veían como algo que estaba ahí y ya está, y los burgueses como un símbolo feudal».

En el libro los autores también han realizado una profunda labor de documentación que comenzó con la tesis de uno de ellos. «José Ferrandis había trabajado en ello y pensamos en que sería un buen proyecto si conseguimos adaptarlo y crear un compendio que hasta ahora sólo está recogido de forma fragmentada en el ámbito académico», comenta Gumersindo Fernández. El ejemplar incluye un gran despliegue gráfico de fotografías antiguas y modernas, planos y esbozos de los proyectos, muchos de ellos casi desconocidos para el público.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias La alternativa al derribo de la muralla que dejó una cicatriz urbana invisible

La alternativa al derribo de la muralla que dejó una cicatriz urbana invisible