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Rumen, un hombre sin hogar que duerme a la intemperie en el centro de Valencia. iván arlandis

«Las noches se hacen eternas con este frío»

Pese al dispositivo del Ayuntamiento y las entidades sociales, la Policía Local asiste a ocho personas sin hogar de madrugada en Valencia Las bajas temperaturas nocturnas condenan a los sin techo

Miércoles, 19 de enero 2022, 00:32

Con leche muy caliente y con dos sobres de azúcar, es como toma el café Roberto. Pero no puede tomarlo siempre, sólo esas mañanas en las que «algún alma caritativa o un ángel» se cruza en su camino. Esas son las que él llama «una mañana de las buenas», como la de hoy; encontró un rincón al sol donde leer y una chica le ha invitado a un café y le ha dado tabaco.

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Después de diez años viviendo en la calle y a sus cincuenta, aunque no los aparenta, reconoce que realmente «cualquier mañana es buena porque sale el sol». Hace semanas que los termómetros no dan tregua y menos durante la noche, en cuanto se esconde el sol «estás perdido», advierte. Diez años, que se dice pronto, y nunca ha podido acceder a los albergues habilitados por el Ayuntamiento ni por las entidades sociales porque va acompañado de dos perros, y no por capricho. «Ellos me protegen, con ellos nadie se acerca y yo también me siento algo más seguro», comenta.

Aunque dice que a él le conocen en la ciudad, saben quien es y le tratan bien, dice. «La gente es buena y me ayuda, tengo mantas y a veces me compran algo de comida, lo peor es el frío, las noches se hacen eternas, yo me meto dentro de una estación de metro, aunque esté cerrada, pero bajo las escaleras, eso es la única opción que veo mejor».

Desde hace años, y también por el Covid, que las paradas de metro no se abren durante la noche para darles cobijo, ni el Ayuntamiento ni la Policía Local solicita colaboración a Metrovalencia, según confirman fuentes de la empresa pública, que explican que ahora prefieren alojarlos en albergues.

Con la llegada del invierno, como cada año, el Ayuntamiento activa la operación frío con la colaboración de tres entidades sociales. Consiste en abrir durante un centenar de días al año el Centro de Atención a Emergencias Sociales (CAES), ubicado en la calle Santa Cruz de Tenerife, en el barrio de Tres Forques. Este recurso de emergencia se presupone de baja exigencia, y aseguran fuentes de la concejala de Servicios Sociales que es flexible hasta el punto de admitir mascotas.

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Cruz Roja advierte de que las bajas temperaturas nocturnas pueden disminuir las defensas y ocasionar la muerte

Aún así hay personas que se siguen quedando fuera, que pernoctan en las calles de la ciudad a la intemperie. Y pese a este dispositivo especial, la Policía Local ha llegado a atender a ocho personas por frío en una noche, la del lunes al martes, en la que se tuvo que asistir a una de ellas y trasladar a un albergue a otra.

De hecho desde Cruz Roja advierten que el frío y las bajadas de temperaturas nocturnas «pueden ocasionar la muerte al disminuir las defensas y favorecer las enfermedades respiratorias, las personas que viven solas, aisladas o en la calle sufren las consecuencias de manera acusada». La entidad desde sus Unidades de Emergencia Social (UES), atienden a las personas sin hogar, ofreciéndoles kits de invierno, que consisten en repartirles sacos de dormir, mantas y otras prendas de abrigo para tratar de combatir el frío.

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Casa Caridad es otra de las entidades que ofrece ayuda a las personas sin hogar y en su caso, observan que se ha cronificado la pobreza. Explican que los usuarios acogidos en sus centros de Pechina y Benicalap están alargando sus estancias por la falta de oportunidades laborales y la demora en la tramitación de ayudas económicas.

El azul de los ojos de Rumen llama la atención en plena calle, aunque él esté como encajonado en un pequeño hueco que deja la fachada entre dos bajos comerciales. Ahí es donde Rumen se resguarda del frío, pese a que él dice, con su corto español, que va bien provisto de abrigo, y acto seguido empieza a señalar sus prendas y a estirarlas para mostrar todas las capas de ropa que lleva encima. «Ah y esta manta, y también la del perro», dice.

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Lleva tanto tiempo en la calle que ha perdido la cuenta. Tampoco puede entrar en los albergues porque «el perro no le dejan y es pequeño», comenta riendo. Porque eso sí, pese a lo poco que tiene, un carro de la compra azul y algo de comida que le va dejando una vecina de la zona, no ha pierde la sonrisa.

El frío lo combate con las charlas con su amigo. Con un cargador enchufado a cualquier toma pública consigue mantener con vida el teléfono y hablar con él. Pero aún así, las frías noches en la calle son demasiado largas.

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Las últimas noches han sido gélidas por el fenómeno del enfriamiento por radiación, según José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunitat.

«Es un frío propio de las fechas en las que estamos, con valores normales durante el día aunque sí son más bajos en las mínimas que el promedio de estas fechas», señala Núñez. «Estamos en una época de noches más largas, con aire seco y estable que no se mueve y se queda represado junto al suelo, que está muy frío, y traslada la temperatura al aire», continúa, antes de explicar que el enfriamiento por radiación se da en zonas llanas, mesetas y valles.

Informe de Cáritas

Por otro lado, ayer se presentó el informe 'Evolución de la cohesión social y consecuencias del Covid-19 en España', presentado por Cáritas. El documento indica que la población en situación de carencia material severa pasa del 4,7% al 7%; la inestabilidad laboral grave que afecta a los que sustentan los hogares aumenta del 4,8% al 10,3%; la exclusión social crece del 8,6% al 12,7% de la población, entre 2018 y 2021. Se trata de «dos millones más de personas afectadas por una acumulación de problemas sociales», según el estudio.

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