«En Nochevieja cenaré en Casa Caridad porque con el alquiler de mi habitación no me da para comer»

Todos tienen una historia que contar, con penas y alegrías, pero sobre todo agradecen el apoyo que están recibiendo para poder salir adelante. Entre ellos, por ejemplo, se encuentra Martín, un valenciano de 73 años que hasta los 60 trabajó como albañil, tal como detalla.

Este valenciano lleva dos años buscando apoyo y refugio en Casa Caridad y acude a diario al comedor. Ahora que se acerca Fin de Año, explica que en «Nochevieja vendrá también a la cena de Casa Caridad, porque vivo en una habitación de alquiler, ya que los precios se han disparado, y no me da para comer».

Otro caso es el de Lisi, una joven de origen venezolano. Asegura que es la primera vez que acude a los servicios de Casa Caridad «porque antes no conocía la institución». Explica que lleva cuatro años viviendo en Valencia, «pero estoy sola. Toda la familia la tengo en Venezuela, así es que en Nochevieja y en la bienvenida del año no estaré con ellos».

En su caso, acude con un carrito para poder llevar a casa la comida y fruta fresca que le han entregado y afirma que su sueño «es poder traer a Valencia a mi familia».

Otra mujer, de nombre Lidia, lleva visitando Casa caridad dos semanas. «Somos cinco en casa, ya que tenemos tres hijos, de 11, 13 y 19 años y cobro la ayuda mínima vital y necesitamos esta ayuda que nos dan de comida».

Comenta que lleva quince años en Valencia, «y mi marido trabaja en el campo, pero ahora no hay mucha faena. Ojalá los Reyes Magos le traigan un trabajo». Esta mujer, que no borra la sonrisa de su amable rostro, explica que además «hace poco que me han hecho un trasplante de médula, de mi hermana, porque yo tenía leucemia y ahora no puedo trabajar».

Asegura que en el último día del año acudirá a la iglesia, para participar en la última celebración, y luego compartirá la velada con la familia.

Otra mujer, de nombre Lourdes, también agradece el cobijo y calor humano que recibe en Casa Caridad. «Ya vine aquí en otras ocasiones, ahora llevo medio año acudiendo para dormir. Mis padres y hermano fallecieron y el resto de la familia está en Valladolid. Actualmente estoy sola en el mundo».

Recuerda que estuvo viviendo en la calle un año y tuvo problemas de dependencia, pero es cosa del pasado, «recurrí a Servicios Sociales y ya he podido salir adelante. Me he recuperado, pero tengo que venir a dormir aquí, donde me tratan de maravilla, porque los precios de alquiler de habitación son muy altos y convivir con personas que no conoces es complicado».

Explica que con el tiempo pudo volver a trabajar, si bien ahora está de baja, pero agradece el apoyo de esta gran casa valenciana «porque me ayudan con las comidas, el apoyo de psicólogos».

Si la sonrisa de todas estas personas muestran que están muy agradecidas, también los voluntarios reconocen que están felices de poder ayudar a los demás. Así, por ejemplo, un joven, de nombre Pablo, explica que lleva dos meses colaborando con Casa Caridad. «Hacía tiempo que estaba buscando un servicio en que pudiera prestar parte de mi tiempo para ayudar a los demás y aquí me han permitido cumplirlo».

Afirma que es «importante poder ayudar a los demás. En mi caso, vengo un día, durante cuatro horas, y ayudo en el servicio de reparto de alimentos».

Este joven es artista plástico y se dedica al diseño de ropa «y llevo algo más de un año en Valencia. Antes estuve en Italia. Vengo porque quiero ayudar durante todo el año, no sólo ahora que son Navidades».

Todas estas experiencias las ha podido también conocer la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que ha visitado a esta institución y ha anunciado que la ayuda para el servicio de alimentos será este año mayor, un 150% superior al año anterior, ya que sí en 2023 han concedido una ayuda de 100.000 euros, para 2024 será de 250.000 euros. En su visita ha estado acompañada por Luis Miralles, presidente de Casa Caridad; por Guadalupe Ferrer, gerente y por Elena Sánchez, vicepresidenta.