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Lola Soriano Pons
Valencia
Martes, 5 de diciembre 2023, 00:31
El parque de Doctor Lluch, en el barrio del Cabanyal, luce nuevos columpios y zonas de juegos divididas por edades y habilidades, cuenta con ... nuevas mesas de picnic y hasta tiene una zona de esparcimiento de perros, con una reforma de los fondos Edusi que ha costado 638.000 euros, pero es conocido por muchos vecinos en el barrio como el parque de las jeringuillas, y es que precisamente eso es lo que se encuentra a diario en este espacio público destinado a los menores.
Incluso hay vecinos que confiesan que a pesar de tener nuevos juegos, no van tranquilos con sus nietos por si encuentran inyectores en las zonas de juegos, ya que en uno de los rincones del parque hace unos meses llegó a haber una tienda de campaña, donde se refugiaba un toxicómano.
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Este lunes era fácil detectar las jeringas en la zona de muro y arbustos que separan el parque de un gran solar donde precisamente hace unas semanas se produjo una denuncia por presunta violación grupal. Y en redes sociales un vecino, Santi García, recogía la siguiente frase: «La heroína sigue fuerte en el Cabanyal y en la Malva» y acompaña el comentario con imágenes de este fin de semana donde se ve en el reformado jardín de Doctor Lluch jeringuillas. Y también detalla que es un problema enquistado «que había hace diez años, hace cinco y que sigue presente tras la reforma del jardín. Es algo que conocemos todos en el Cabanyal, pero de lo que nadie quiere hablar», añadió.
En un recorrido por la zona han sido decenas las jeringuillas abandonadas y detectadas entre los setos del muro del parque o en el suelo que rodea a la zona verde, junto a la calle Astilleros. De hecho, en un bloque de hormigón del muro había una docena de ejemplares. En otros tramos la jeringa se encuentra al lado de unos pequeños botes de plástico que parecen sueros e incluso con una tira de plástico utilizada para presionar el brazo. Y a todo ello se suma los restos de botellón, con botellas de cristal vacías, vasos y bolsas de plástico.
«De vez en cuando hay gente que duerme en el parque, sobre todo en los rincones que hay por la zona alta, y también en los bancos del paseo de la playa», indica Javier Anguix, vecino de la zona.
Otro residente que se ha encontrado más de una es Roy Ellul. «Sobre todo están en el suelo que rodea el parque y no hay que olvidar que es una zona donde pasa mucha gente en chancletas para ir a la playa». Lo mismo explica Agustín Araufo. «Por arriba, por abajo. En varias partes de la zona verde hay jeringuillas y es una zona visitada todos los días por chiquillos».
Otra mujer, Carmen Espin, añade que a este problema se une que en la zona del paseo marítimo «y la playa están constantemente robando bolsos y luego los encontramos tirados y vacíos, con documentación, pero sin dinero, en la calle José Ballester Gozalvo».
El presidente de la asociación de vecinos del Cabanyal-Canyamelar, Dani Adell, detallan que están preocupados por la situación «porque precisamente hemos detectado que están apareciendo de nuevo jeringuillas tiradas en varios puntos del barrio».
De hecho, describe que en la calle Escalante, «enfrente del número 217, hemos encontrado hasta jeringuillas tiradas encima de los coches y en otros puntos». Y añade que periódicamente en el parque de Doctor Lluch «es habitual encontrar a gente durmiendo en el parque, en las zonas más altas, sobre todo en las esquinas».
Además, añade que hace unas dos semanas miembros de la directiva de la asociación vecinal se reunieron con el concejal de Seguridad Ciudadana, Jesús Carbonell, «para trasladarle temas que nos preocupan de seguridad y movilidad. También del repunte de la drogadicción y de las jeringuillas que vemos en la vía pública. También del incivismo que se registra en la plaza de Rosario y de la circulación de vehículos por zonas peatonales y de la circulación de patinetes y bicis por las aceras».
Sobre este punto explica que el Ayuntamiento les ha manifestado que aumentarán la plantilla de la Policía Local y que volverán «a poner la figura del Policía de Barrio».
Si bien en la parte delantera se ha hecho una reforma en el parque, con nuevos juegos, bancos y nuevas capas de pintura, la parte trasera es otra cosa. Además, de proliferar las jeringuillas y el resto de heces humanas y de animales, también se acumulan los restos de poda del jardín. De hecho, en la actualidad hay tres montañas importantes con ramas de palmeras, troncos de árboles y ramas de arbustos. Y todo ello ha servido de efecto llamada para que personas incívicas hayan acabado tirando desde latas de cerveza, hasta botellas de plástico y bolsas de basura.
Sobre la remodelación del parque, Adell comenta que se han aumentado las zonas de juego y se han puesto por edades, «pero no hay que olvidar que el parque sigue estando en altura, no al nivel de la calle. Nos dijeron que no se podía hacer esa reforma estructural, pero es lo que hubiéramos querido. algún día habrá que replantearse porque no queremos que el parque sea un muro en altura, tendría que ser más permeable. También solicitamos en su momento que eliminaran los focos oscuros o recovecos para que no se refugien allí porque la gente tiene miedo de llevar allí a los nietos e hijos».
Fuentes sindicales del Ayuntamiento reconocen que es frecuente que los jardineros encuentren jeringuillas en este parque y en otros de Valencia, tanto entre las plantas, como en el suelo y en papeleras y «lo que marca el protocolo es avisar al encargado para proporcionar guantes anticorte y antipinchazos y un recipiente para poderlas depositar sin que nadie sufra daños».
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