San Agustín, un bosque en el centro de Valencia

El proyecto ganador destaca, según Gómez, por la «renaturalización y singularización del entorno y mejora del paisaje urbano», así como por un incremento notable de la vegetación. «Se aprovechan las plazas y los cruces de calles para instalar la vegetación sin afección a las líneas de visión del patrimonio», ha indicado. «Se crean nuevas plazas y espacios de encuentro y se da sombra con unas pérgolas ligeras», ha comentado Gómez.

«Así, recuperamos una de las principales puertas de entrada al centro histórico y al gran eje comercial de la zona y recuperamos espacio para las personas», ha dicho la concejala, que apuesta por un bulevar «más verde, más cómodo y más accesible». En este sentido, ha indicado que elaboran en estos momentos los pliegos de las obras del nuevo bulevar de Guillem de Castro. La idea es que junto a San Agustín forme un nuevo bulevar verde cerca de la zona más comercial y céntrica de la ciudad.

La obsesión de Urbanismo, muy evidente, era que la zona tuviera más arbolado. Tras las críticas a las reformas de plazas como Brujas o Reina por la poca vegetación (aunque en ambas, insisten los responsables, hay más árboles que antes), la nueva plaza de San Agustín será un colorido vergel en medio de la ciudad, o al menos eso pretende el Consistorio. Se emplearán las épocas de floración de los árboles y las plantas para dotar de colorido a una zona que ahora es de las más grises de Valencia.

El equipo ganador se lleva 10.000 euros más IVA y se le encargará la redacción y dirección del proyecto por 386.000 euros, IVA incluido. Para esto tienen seis meses. Después, se prevén 18 para las obras, aunque la misma Gómez ha indicado que en estos casos las empresas que se presentan recortan plazos para que les sea adjudicado el proyecto. Estos concursos tan grandes, de varios millones de euros, también se exponen a más recursos que paralicen el proceso, como ocurrió en la plaza de la Reina.

Los otros dos equipos finalistas han presentado propuestas que llevaban por nombre «Traces» y la muy elocuente «Reformando la reforma». «Traces» era el tercer premio e incluía pequeñas zonas de descanso, facilitaba la accesibilidad y la vida comunitaria, proponía la instalación de bancos, mesas para picnic, zonas de lactancia o baños públicos y aumentaba la vegetación con jardineras. También tenía pavimentos fotocatalíticos que reducían la contaminación, usaba la energía solar para el alumbrado y contaba con sistemas de recogida de aguas de lluvia. «Reformando la reforma», por su parte, ha quedado segundo con un proyecto con bandas multifuncionles, pavimentos que drenan, nuevo arbolado y jardineras elevadas.

En otro orden de cosas, 19 propuestas han quedado finalistas para el concurso del parque de Desembocadura, en Nazaret. Ahora tienen 60 días para presentar propuestas. De ahí saldrán cinco y, de esas cinco, se elegirá la propuesta ganadora, que tendrá que redactar el proyecto definitivo.