Casa Caridad está repleta de personas vulnerables que necesitan ayuda. Este año, la asociación valenciana ha atendido a un 15 % de usuarios más que el ... año anterior. En total, más de 3.100 familias y personas vulnerables han pasado por el reparto de productos. Este es el servicio más demandado, que ha crecido en un 18%.
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Contando también con el comedor para las personas sin hogar, los centros de acogida temporal, el servicio de reparto, las escuelas infantiles y el proyecto Fénix que es un programa de alojamiento de viviendas supervisadas, la ONG atiende a más de 4.500 personas para que puedan salir adelante.
El presidente de Casa Caridad Luis Miralles también ha expresado que necesitan más ayuda para poder dar respuesta a todos los usuarios que requieren de sus servicios. «Cuando firmamos los conciertos con las empresas ya saber que sólo los centros de acogida temporal van a generar un 20% del déficit», ha evidenciado Miralles.
Cada día, Casa Caridad tiene que hacer frente a un gasto superior a los 16.000 euros. Como informan desde la ONG, en el último censo de personas sin hogar se contabilizaron 800 personas sin hogar. La alarmante cifra pone de manifiesto la gran labor social que hacen desde Casa Caridad. «Aquí trabajamos con personas, detectamos sus problemas y planteamos un abordaje de su problema para darle una solución que les permita tener una vida más 'normalizada», ha expresado el presidente de la ONG.
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Por ello han lanzado la campaña «Valencia sería distinta sin Casa Caridad». Rosalía, Lourdes o Esmeralda son tres usuarias que han querido compartir cómo ha cambiado sus vidas al acudir a la ONG. «A mí no me queda familia. Todos murieron. Sin Casa Caridad viviría en la calle», cuenta Lourdes. La mujer tiene formación como administrativa, aunque su último trabajo fue en una empresa de limpieza. Tuvo un accidente y está de baja.
Lourdes sabe perfectamente lo que es vivir en la indigencia. Estuvo un año en la calle. «Es muy duro encontrar un piso de alquiler con los precios tan desorbitados. Ahora estoy muy bien viviendo en Casa Caridad», dice emocionada la usuaria.
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Rosalía está muy agradecida con Casa Caridad. Tiene dos niñas pequeñas. Una de siete años y otra de tan sólo uno. La mujer carece de recursos económicos. Para ella, la ayuda de la ONG es clave para sacar a su familia adelante mientras regulariza su situación en España y consigue un trabajo. La niña más pequeña asiste a la escuela infantil de la Asociación en la Petxina. «El apoyo de Pablo, el trabajador social, es fundamental para las familias. Nos hace sentir seguros, siempre intenta buscar la mejor solución para nosotros», agradece Rosalía.
Esmeralda está esperando que le concedan el asilo político. Tuvo que huir de su país, Honduras, porque estaba amenazada de muerte por las mafias que trataban de extorsionarla para conseguir dinero. «Me persiguieron. Yo tenía chófer. Al bajar del coche para huir de ellos se me quedó enganchado el pie en el coche y me tuvieron que amputar los cinco dedos», lamenta. Cuando llegó a la asociación necesitaba muletas para poder andar bien. Gracias a la ONG le han conseguido un zapato ortopédico para que pueda caminar sin ayuda de ellas. También le han dado un hogar. «Mi vida ha cambiado», dice conmovida.
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