La policía escolta camiones de limpieza en la zona degradada del Cabanyal

La estampa soliviantó ayer a los vecinos de la zona más degradada del Cabanyal, la que comprenden tramos de calles como Progreso o Pescadores, entre otras. Ayer por la mañana, la Policía Local tuvo que acompañar a los servicios de limpieza cuando entraron en la conocida como zona cero del barrio. No es algo extraordinario, pues fuentes municipales explicaron ayer que esto ocurre «en ocasiones».

El motivo es que determinadas mañanas, sobre todo en verano cuando el buen tiempo anima a la gente a salir a la calle, el servicio de recogida de enseres en vía pública tiene que recorrer algunas calles del barrio. No porque hayan sido reclamados al 010, como ocurre en otros puntos de la ciudad donde una llamada al teléfono de información al ciudadano permite avisar de que se van a dejar muebles en la calle para que el Consistorio pase a por ellos. No. En este caso, son familias enteras las que pasan parte de la noche al aire libre, con las consiguientes molestias para el resto de vecinos. Sacan mesas, sillas y ayer hasta un sofá.

En estos casos, el Ayuntamiento envía, alertado por residentes en la zona, los camiones de recogida de enseres. Es en ese momento cuando, en ocasiones, son increpados por los propietarios de los muebles, que les afean que les retiren enseres de su propiedad. Sin embargo, los muebles no pueden quedar en medio de la calle, como ocurre en ocasiones, lo que fuerza a actuar a los servicios municipales.

Para evitar este tipo de enfrentamientos, la Policía Local realiza labores de acompañamiento. Ayer hubo que realizarlo «para evitar situaciones desagradables», explican fuentes municipales. Sin embargo, esta colaboración entre Policía Local y 010 no es nuevo. Ya en septiembre del pasado año, el Consistorio anunció que iban a comenzar a realizar la recogida de basuras con escolta, aunque desde el Ayuntamiento insisten en hablar de «acompañamiento».

Esta medida forma parte de toda una batería de actuaciones municipales tendentes a mejorar la convivencia en el barrio, puestas en marcha tras la derogación del plan urbanístico de ampliación de la avenida Blasco Ibáñez que planteaba el anterior gobierno municipal. Sin embargo, el Consistorio se ha encontrado con que los tiempos de la administración son distintos de los tiempos de la política y han proliferado las quejas vecinales por la inacción en el barrio, sobre todo en la conocida como zona cero, situada desde la calle Mediterráneo hacia el norte, con los ejes conocidos de las calles San Pedro y Luis Despuig.

Las protestas están derivadas de la ocupación ilegal de viviendas. La acumulación de basura en solares y plantas bajas es sólo un ejemplo de las denuncias de los residentes, trufadas estos meses con vídeos en las redes sociales con hogueras encendidas de madrugada en plena calle, guitarras sonando a altas horas de la noche y hasta amenazas de okupas a vecinas de avanzada edad.

Ni siquiera la apertura de un nuevo retén provisional en un solar que recae a las calles Escalante y José Benlliure, a la altura de la plaza Lorenzo de la Flor, ha aplacado las protestas vecinales. Sin ir más lejos, el pasado mes de junio y en el marco de la Semana Ciudadana de la Federación de Asociaciones de Vecinos, la presidenta de la entidad recorrió el barrio junto a la presidenta de la asociación vecinal del Cabanyal, Pepa Dasí, y el portavoz de Salvem el Cabanyal Tino Villora. Durante el recorrido visitaron el retén, que estaba abierto, y no pocos vecinos que participaron en la comitiva apuntaron con sorna que era la primera vez que lo veían abierto.

Y eso pese a la remodelación de la Policía Local de Valencia que ha llevado a cabo la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, que iba dirigida, en parte, a optimizar los recursos en el barrio del Cabanyal para cumplir con la promesa electoral de mejorar la convivencia en el barrio. Por el Marítimo patrullan tres policías de barrio por las mañanas y otros tantos por la tarde en la conocida como zona cero. Están apoyados por patrullas en coche, además de dos agentes más en turno de tarde y noche. «Como las mañanas son relativamente más tranquila, los agentes se pueden dedicar más a los problemas de convivencia», indicó la edil. «Puede hacer un trabajo más pedagógico», consideró. En los últimos meses, los agentes han centrado sus esfuerzos en el cierre de chatarrerías y desalojo de viviendas ocupadas ilegalmente. «Trabajan mucho con servicios de todo tipo aunque a veces el trabajo no se nota», explicó la delegada de Protección Ciudadana el pasado mes de noviembre.