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Dolor, reivindicación y memoria. Alrededor de un centenar de personas, entre damnificados, familiares y parientes de víctimas, se han dado cita este sábado por la tarde en Valencia para recordar el trágico incendio que hace un año se saldó con 10 personas fallecidas y arrasó las 138 viviendas del moderno bloque de dos torres situado en la calle Poeta Rafael Alberti.
Fue una de las mayores tragedias sufridas en la ciudad y los afectados han querido recordarla desde muy cerca, junto al parque situado a pocos metros del edificio donde el 22 de febrero de 2024 las llamas se abrieron paso para destrozarlo todo. También para acabar poniendo en entredicho los sistemas constructivos o la eficacia de los protocolos de evacuación en siniestros de estas características.
Entre los presentes en el acto han estado los vecinos del inmueble arrasado integrados en la Asociación de Propietarios Afectados por el Incendio de Campanar (APROICAM), la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el conseller de Emergencias e Interior, Juan Carlos Valderrama, además de otras autoridades, propietarios e inquilinos y otros residentes en el barrio que han querido acompañar a los afectados y recordar a las víctimas.
El acto ha comenzado a las cinco de la tarde, con música de cello y violín, un minuto de silencio por los diez fallecidos y unas palabras del presidente de APROICAM, Enrique Salvador. «Nunca habrá consuelo suficiente», ha expresado en un sentido recuerdo a las víctimas. «Todas tenían un sueño, un futuro que no se ha podido cumplir» y su memoria «deben llamarnos a la unidad y el respeto».
Salvador también ha insistido en dos ideas: una, la de saber las causas, la de llegar hasta el final de la investigación hasta donde sea posible. «Es de justicia saber por qué nos cambió la vida», en referencia al origen del incendio y a su veloz expansión por la fachada. Y, mirando al futuro, «hay que evitar que esto vuelva a ocurrir», en evidente alusión a los protocolos de evacuación en siniestros de esta naturaleza o a las fachadas de otros edificios como el del incendio que siguen sin alterar en Valencia.
El portavoz de APROICAM ha expresado su agradecimiento al Ayuntamiento de Valencia, tanto «por la rápida solución provisional de Safranar», como «por la ágil tramitación con nuestro equipo» para las gestiones de rehabilitación del edificio de Campanar. También ha destacado Salvador el esfuerzo de la Generalitat con las ayudas al alquiler «forzoso» después de la destrucción de los hogares.
Los afectados han agradecido que este auxilio del Consell, consistente en 1.000 euros por propietario y otros 100 por cada miembro de la familia, «quede vinculado al periodo de rehabilitación del edificio», que ya ha dado sus primeros pasos con el desesescombro. También han mostrado gratitud por la moratoria de los préstamos hipotecarios que muchos pagaban cuando sobrevino el desastre.
Y junto a la gratitud, las exigencias, en boca de Salvador: «Necesitamos que la investigación judicial concluya indicando cuáles fueron las causas del incendio, qué llevó a que un edificio como este ardiera en menos de una hora» Y, en general, «que se identifique el relato real de lo que ocurrió».
Lo exigen así «por respeto a las víctimas, a sus familiares y seres queridos». Pero también «porque todos perdimos nuestras casas y es de justicia conocer todos los aspectos que nos han hecho, ya por un año, cambiar radicalmente nuestra vida».
En cuanto a la rehabilitación, «el futuro nos invita a ser optimistas, a mirar hacia adelante y a trabajar juntos». Todavía hay que salvar escollos. Los propietarios aún no sabe si la indeminización de los seguros lo cubrirá todo «o en el futuro habrá que hacer una derrama» para cubrir algunos gastos. De momento, «ha terminado el desescombro, en el plazo de un mes esperamos tener lista la redacción del proyecto de la nueva obra para poder licitar, que se adjudique antes del verano y poder empezar ya los trabajos». En general, «ha sido todo bastante rápido, si comparamos con otros incendios como el de Grenfell».
Según el estudio arquitectónico que ha redactado el proyecto, «en enero de 2027 el edificio podría estar concluido y así poder regresar», ha expuesto el presidente de la asociación. Mientras tanto, las ayudas al alquiler «es lo que nos está salvando, pues los precios están ya muy tensionados en Valencia y todos hemos tenido que hacer una enorme inversión en ropa y otros bienes de las familias que se perdieron».
Pepe Mas es uno de los damnificados por el incendio y asistente al acto. Describe así su experiencia personal tras el siniestro: «Yo vivía en Campanar con mi mujer. Teníamos el piso en propiedad y tenía un tamaño perfecto para nosotros», recuerda.
Tras la tragedia del 22 de febrero fue una de las 200 personas que encontraron cobijo provisional en el edificio municipal de Safranar. Pero duró allí poco tiempo: «Psicologicamente la situacion no era la más conveniente», reflexiona. Además, «había allí gente con dificultades económicas importantes y tampoco me parecía adecuado estar demasiado tiempo». En definitiva, pensaba que aquello debían ocuparlo personas con apuros familiares aún peores. Y en tercer lugar «presumía, como así ha sido, que si tardaba en buscar otro alquiler subirían más los precios, como así ha sido».
Finalmente acabó encontrando uno en la calle Costera por un precio de 1.250 euros al mes. De ese dinero, 1.100 lo costea con las ayudas autonómicas y el resto sale de su bolsillo. «Pero estamos hablando de un piso ínfimo en comparación con el de Campanar». Al final, «te acostumbras a lo que tienes, pero la vida ha dado un giro radical. Ni los muebles son los que yo quiero, ni la almohada, ni el colchón...».
Al homenaje también asistió Stefano Plebani, representante de los damnificados de otro incendio gemelo, el del edificio Torre Dei Moro de Milán, en 2021. Fue «por la misma tipología de materiales, como sucedió en Grenfell». Allí el desaste sobrevino en agosto, en una torre de 18 alturas ocupada por 82 familias, pero en esta ocasión sin víctimas «por ser en vacaciones de verano y en domingo, a las cinco de la tarde».
Plebani ha gestado una buena amistad con las víctimas de Campanar y se muestra asombrado «por que los trabajos de reconstrucción están yendo muy bien, mejor que en Milán». Su deseo es que el próximo encuentro con sus amigos de Valencia «sea ya dentro del edificio» renovado.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha expresado que las víctimas del incendio «nunca serán olvidadas por ninguna administración». Ha destacado que los propietarios afectados se han comportado «como una familia unida». Y ha ensalzado la implicación de la Generalitat y la Delegación del Gobierno en el apoyo a los afectados: «Las administraciones debemos caminar unidas en momentos de dificultad».
«Puede parecer que las cosas son lentas, pero lo cierto es que hay un camino de esperanza hacia la rehabilitación del edificio que estamos trazando juntos», ha destacado. Con este incendio, tanto las fallas, como otras entidades, «han demostrado que somos una ciudad empática y nos mostramos orgullosos de ello».
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