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Obras de recuperación de la muralla en la plaza del Ángel. TONI BARTOLOMÉ
Los puntos negros de la muralla de Valencia

Los puntos negros de la muralla de Valencia

Un bien que proteger. Aunque en su mayor parte está a seis metros de profundidad, donde el antiguo baluarte islámico sale a la superficie está a la espera de rehabilitación

Álex Serrano

Valencia

Sábado, 22 de abril 2023, 23:22

Oculta bajo seis metros de historia, en los sótanos del barrio más turístico de la ciudad yace un polo de atracción que podría serlo si estuviera recuperada y puesta en valor. Construida en el siglo XI, la muralla árabe fue el escudo de la ciudad contra el asalto de Jaume I. En su interior se desarrollaba Balansiya, una urbe viva y boyante que cambió de cara y de piel tras la entrada cristiana. Ocho siglos después convendría que alguien se preguntara qué ha pasado para que los restos se encuentren desperdigados por Ciutat Vella sin que nadie los ponga en valor.

De hecho, el Ayuntamiento aprobó hace una semana su rechazo a conceder una segunda prórroga a la unión temporal de empresas (UTE) que había solicitado, según fuentes municipales, fuera de plazo más tiempo para ejecutar los trabajos de rehabilitación de la muralla en la plaza del Ángel. Las obras tenían que estar terminadas en junio de 2022, pero se concedió una primera prórroga hasta principios de marzo de 2023. Sin embargo, los trabajos siguen sin avanzar. Los técnicos insisten en que el escrito de petición de una nueva prórroga «no argumenta nuevas causas del retraso ni reúne las condiciones mínimas para considerarse una petición de prórroga, ya que no contiene un plan de trabajo respecto a las obras que quedan por hacer o las incluidas en el nuevo proyecto modificado». En una dura resolución, el Consistorio reprochaba a la empresa que haya estado «demorando voluntariamente las obras» y no haya puesto en disposición «el personal suficiente para el correcto desarrollo de los trabajos».

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Eso en la plaza del Ángel. Ahí, al menos, se está trabajando. O debería. Pero, ¿y en la calle Salinas? En esta vía se encuentra un trozo de lienzo que el pasado 2021 entró en la Lista Roja de Patrimonio, una clasificación gestionada por Hispania Nostra, entidad dedicada al fomento de la conservación de los monumentos y que pretende dar la alerta acerca de la desaparición de construcciones de hace siglos. Otro tramo en la misma calle también está en esa lista. Hasta tres resoluciones del Síndic de Greuges han pedido a las administraciones a que tomen cartas en el asunto para evitar el desplome de este tramo, cubierto por una malla verde desde hace años.

«Las empresas tienen que presentar una propuesta de actuación urbanística para intervenir», dice Patrimonio Cultural

A este respecto, César Guardeño, portavoz del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, explica que los edificios de ese solar se derribaron en 1960 y 1962. «Las distintas administraciones públicas han tenido más de 60 años, con toda la legislación a su disposición», pero hasta 2021 «no se han molestado en investigar los propietarios de esa parcela». «Lo normal es que termine en una ejecución subsidiaria», comenta Guardeño. En 2021 se le dio un mes al propietario del solar para que presentara un proyecto de rehabilitación del pedazo de lienzo, pero desde entonces nada más se supo. El problema, tal como explican desde la concejalía de Patrimonio Cultural, es que cuando descubren un pedazo de muralla tienen que disponer de un armazón legal para actuar, sobre todo si el fragmento se encuentra en un terreno privado. El Consistorio tiene localizados 23 enclaves donde la muralla sobresale como fotografías de la Edad Media. Pero la mayoría de ellos están en propiedades privadas.

«Lo primero que es necesario es aprobar un programa de actuación urbanística. Se presentan por empresas particulares apoyadas por un porcentaje de propietarios. Si no hay propuestas, no hay programa. Luego hay que aprobar la reparcelación con cesión del suelo público, o sea, calles y plazas, a la Administración», indican desde la concejalía. Es decir, que todo queda en manos de las empresas privadas y de Urbanismo, aunque luego entre el Servicio de Arqueología Municial (SIAM) a revisar que se le da un trato adecuado a las porciones de muralla encontradas.

En muchas ocasiones, además, los vestigios de la antigua defensa aparecen emparedados, como parte de muros entre dos edificios. Entonces, todo se complica aún más, porque hay que entrar en un proceso de deslindes. Por su propia naturaleza, al estar hecha de adobe y no de piedra como las murallas cristianas, a la entrada de los caballeros de Jaume I y, sobre todo, con el paso del tiempo, las partes de la muralla se iban utilizando como materiales de construcción para otras edificaciones, por lo que el trazado completo del muro se ha perdido.

La portavoz del PP lamenta que las obras de la plaza del Ángel «no incluyan un plan director» para todo el trazado

 

Lo que sabemos ahora es lo que hemos ido encontrando y, sobre todo, lo que han descubierto los arqueólogos o los promotores privados. Cuando alguien encuentra un pedazo de muralla puede hacer como en la calle Salinas y dejar que se agoste, por supuesto, o, por el contrario, actuar y ponerla en valor, como se hizo en Caro Hotel, donde el arquitecto Javier Domínguez, experto en recuperación del patrimonio histórico, halló una antigua torre y la rehabilitó para que pasara a formar parte del restaurante del establecimiento.

El listado de puntos negros de la muralla incluye domicilios y locales comerciales por todo el Carmen, sobre todo al noroeste de la plaza de la Virgen, donde los vestigios son muchos. Los vigila la Policía, sí, pero sobre todo quienes más lo hacen son esos grandes hermanos que están atentos de cada tramo de muralla para alertar, como han hecho esta semana, de que algunos están llenos de pintadas.

Quejas del PP

Todo ello ocurre a la espera de que se redacte un plan director de la antigua muralla. A eso se ha comprometido la portavoz del grupo municipal popular, María José Catalá, que ha dicho que lo hará si resulta elegida alcaldesa. En 2021 ya presentaron una moción al respecto a la Comisión de Cultura. «Por desgracia, el proyecto de rehabilitación de la plaza del Ángel proyecto no comprende la elaboración de un estudio global y de un plan director del recinto fortificado, como tampoco la señalización de los restantes paños de muralla que subsisten en otros enclaves de el Carmen, quedando supeditada su recuperación al desarrollo urbanístico de las unidades de ejecución del Plan Especial de Protección de Ciutat Vella», ha explicado Catalá: «Tres aspectos sin los cuales la citada intervención corre el riesgo de quedarse en una actuación aislada».

Trozo de la muralla en la calle Salinas. DAMIÁN TORRES

Como recuerda Catalá, «Valencia sigue careciendo de un plan director de la antigua muralla, como sí lo tienen otras ciudades españolas como Cáceres, Ávila, Ronda o Granada, en el que se aborde su protección desde una visión integral y multidisciplinar, y en el que se establezcan las líneas maestras de actuación para la conservación, recuperación y para la puesta en valor de este BIC». O, dicho de otro modo, en el que se definan, jerarquicen y ordenen en el tiempo todas las intervenciones a ejecutar en los próximos años en relación con el citado monumento. Con carácter previo, resulta necesaria la elaboración de un estudio completo de la muralla en el que se determinen todas las patologías que presenta actualmente y en el que se recopilen y sinteticen todas las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre ella.

Los populares señalan igualmente la necesidad de instalar señalética en las inmediaciones de las torres y lienzos de muralla que aún se conservan, a fin de contextualizarlos históricamente y de proporcionar, de una manera asequible y atractiva, al público en general toda la información necesaria sobre la antigua muralla islámica, a través de la colocación de tótems, códigos QR, relieves, cambios de textura y color en el pavimento y/u otros elementos que los identifiquen y pongan en valor. Elementos todos ellos que permitirían la lectura didáctica de los mismos y que contribuirían, sin lugar a dudas, a aumentar el conocimiento y el aprecio de la población por este monumento tan emblemático como desconocido, como medio más eficaz a la hora de asegurar la colaboración social en su protección y conservación.

Vista reciente de las obras de la plaza del Ángel. TONI BARTOLOMÉ

La muralla islámica, del siglo XI, contaba con un total de siete puertas, destacando por su solidez y perfección, de acuerdo con la descripción que hace de ella el geógrafo andalusí Al-Udri y que ha llegado a nuestros días. Ésta sobreviviría a la conquista cristiana de la ciudad y a la construcción en 1356 de un nuevo anillo defensivo, abriéndose numerosos portales, como el de la Valldigna, para comunicar ambos recintos. En la actualidad, pueden encontrarse, por ejemplo, restos de la antigua fortificación en la plaza del Ángel, la calle Salinas, la calle Mare Vella, la calle Caballeros, la Galería del Tossal, el Colegio Mayor Rector Peset o en la sede histórica de la Universidad de Valencia (La Nau), así como en el interior de numerosos locales comerciales o embebidos entre medianeras de viviendas, sin contar todos aquellos tramos localizados arqueológicamente en el subsuelo y que no están visibles actualmente.

«Desgraciadamente, muchos de estos vestigios se encuentran en estos momentos en un deficiente estado de conservación, careciendo asimismo de una mínima puesta en valor», ha lamentado la Portavoz Popular. Esta situación ha sido denunciada en diversas ocasiones por el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, llevando al Síndic de Greuges a recomendar a la Conselleria de Cultura y al Ayuntamiento de Valencia «impulsar, de forma coordinada y dentro de su ámbito de competencias, la adopción de medidas para mejorar la conservación y la puesta en valor de la muralla islámica», así como «eliminar elementos impropios (como grafitis, capas de pintura plástica, elementos anclados, cableado, vegetación, etc.), consolidar la parte superior de la muralla y colocar una señalética conveniente que indique la presencia de este elemento patrimonial catalogado como BIC».

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