Un tatuador con un cliente en el centro Master Tattoo de Valencia. Jesús Signes

¿Por qué nos borramos los tatuajes?

Los establecimientos de Valencia reciben a diario clientes que quieren borrar o modificar nombres o figuras escritas en su cuerpo, pero es doloroso y puede costar 300 euros

José Molins

Valencia

Lunes, 12 de junio 2023, 01:12

En los últimos años el auge de los tatuajes ha sido arrollador. De todos los tipos y para todas las edades. Por eso ahora también está empezando a haber un fuerte incremento de valencianos que se arrepienten de lo que llevan escrito o dibujado en ... su cuerpo y acuden a su centro de tatuajes para borrarlo o modificarlo. Pero no se trata de un proceso sencillo. Es doloroso, tarda mucho tiempo, varios meses y puede costar unos 300 euros. Aunque no queda otra, o se pasa por ahí o se lleva el nombre de un exnovio escrito en el brazo para siempre.

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Hay varias técnicas para eliminar un tatuaje. Por un lado está el láser, que borra la tinta. Por otro, el 'cover' que consiste en taparlo con otro dibujo encima. Y también se usa la mezcla de ambas para no eliminar del todo una figura y aprovechar algún trazo para hacer otro dibujo superpuesto. Con ese boom de pintarse el cuerpo, hay estudios de tatuajes en todos los barrios de Valencia. Uno de los más antiguos de la ciudad, con más de 30 años de experiencia, es Master Tattoo, en la calle Convento Jerusalén. Su propietario es Luis Zahonero. «Todos los días vienen clientes que quieren cambiarse tatuajes, pero el concepto de la gente a la hora de modificarse o cambiarse un tatuaje no lo tienen muy claro. Si llevan un nombre escrito, piensan que si se ponen una mariposa lo van a tapar, y no es así», explica.

Además es un proceso que causa dolor. «Yo les digo que quitarlo les va a costar tiempo, dolor y dinero, porque va a necesitar 8 o 9 meses y encima se va a gastar 200 o 300 euros. Si vas a un láser bueno lo quitan por completo, pero si vas a otro más barato ya no siempre. Y para hacer un 'cover' es mucho más complicado de lo que parece», señala Luis. Lo más habitual es quererse borrar el nombre de una expareja. «Si te quieres quitar el nombre de un ex igual te cuesta 70 euros la sesión y tienes que hacerte seis sesiones, una cada 40 días«, indica el profesional. Y añade: »Es que tenemos clientes que a las dos semanas de estar con una pareja ya se tatúan el nombre y dos o tres meses después vienen a cambiarlo, algunos lo han hecho varias veces ya«.

El proceso de realizar un tatuaje. Jesús Signes

Razones hay de diversos tipos. «Viene gente no sólo por borrar un nombre de un ex, sino también porque quieren borrar alguna fecha, tatuajes que no les gustan porque salieron mal, otros que tienen muchos años y los ven desfasados, que la misma persona se lo ve mal aunque no lo esté y hay muchos que lo pasan mal al ver que no les gusta, porque hay quien lleva auténticos destrozos tatuados», apunta Luis, que en ese momento recibe la llamada de un cliente para pedir cita porque quiere modificarse un tatuaje.

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Y otro cliente que ya está en el local con el tatuador es Pepe. «Estoy modificando un tatuaje que llevaba ya hace bastantes años y lo quiero más grande, porque nunca me acaba de gustar, pretendía mejorarlo. Al principio llevaba una pantera pero no me gustaba el resultado, se convirtió después en un tribal y ahora lo estoy ampliando», cuenta el hombre. Y da más razones para pasar por esta situación. «Conozco otra gente de que de muy joven se hizo tatuajes que ahora les parecen horteras y han ido a modificarlo, y otros que se hacen uno y resulta que cambian de trabajo y se le ve mucho y no queda bien y se lo acaban quitando, incluso les da vergüenza ponerse en bañador», argumenta mientras le tatúan en el hombro izquierdo.

El proceso

¿Y cuál es el procedimiento? No resulta ni sencillo ni rápido. «Para hacer un 'cover' lo mejor es realizar primero un par de sesiones de láser para aclarar el dibujo y poder trabajar mejor. Si es una figura grande igual se tienen que gastar 200 euros en el láser, sufrir, esperarse tres meses y luego encima pagar el tatuaje nuevo. Es mucho más complicado de lo que la gente piensa», explica Luis Zahonero. Normalmente cuando se quiere dibujar algo encima del que ya se tiene para taparlo, el tatuador suele aconsejar la figura que le quedaría mejor en función de la que se pretenda modificar, para que resulten figuras similares. «Si lo quieres sustituir por un tatuaje grande no hay problema, te quitas el nombre de Juan y te pones una rosa grande, pero con una mariposa pequeña no desaparece el nombre. Necesitas que el dibujo tenga un tamaño suficiente», comenta.

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Si se busca borrarlo por completo es otro proceso, también sacrificado. «El láser es más doloroso pero en menos tiempo. Haciendo un tatuaje pequeño puedes tardar una hora, con cierto dolor. En cambio para borrarlo tardas siete minutos pero el dolor es muchísimo más intenso que en esa hora», asegura el propietario del establecimiento.

España es el sexto país del mundo en tatuados, y el espacio CaixaForum en Valencia acoge hasta el mes de agosto una exposición sobre la historia de esta práctica en nuestro país. Para realizar tatuajes se utilizan diversos tipos de tinta, según el dibujo que quiera el cliente, y las más comunes son la vegetal y la acrílica. Las de color negro están hechas fundamentalmente de carbón y apenas provocan reacciones alérgicas, mientras que algunas que son de otros colores, sobre todo rojo y blanco, pueden dar más problemas, al tener elementos metálicos, pero en los últimos años se han empezado a fabricar con materiales sintéticos para evitar contratiempos.

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