Las reformas pendientes de la catedral de Valencia

La construcción de la catedral de Valencia fue un proceso que duró siglos. De esta forma, el edificio supone una acumulación de estilos que puede sorprender al visitante y que a veces provoca situaciones confusas. La última ha sido esta misma semana. La Dirección General de Patrimonio ha decidido no autorizar el derribo del muro neoclásico para destapar partes góticas del edificio. En el informe se subraya que «supondría una modificación sustantiva del monumento porque suprime, de manera irreversible, un cuerpo íntegro del edificio y altera la fisonomía actual».

La catedral, en cualquier caso, tiene en cartera varias reformas, la más importante de ellas, la restauración de las cúpulas del XVIII, ya tiene permiso de Patrimonio y se está en proceso de recaudación de fondos.

La primera piedra de la catedral se puso en 1262, aunque su constitución se remonta al mismo momento de la entrada de Jaime I en Valencia en 1238. Fue él quien restauró la advocación bajo la que se encuentra el edificio, Nuestra Señora Santa María. La iglesia se alza sobre el lugar en el que estuvo la mezquita musulmana y anteriormente la seo visigótica.

La planta es de cruz latina, tradicional del arte Gótico en España. Tiene, además, girola con un cimborrio, que es uno de los elementos más característicos. Las nave central mide 16 metros de altura. Este esquema se ajusta al modelo basilical de las iglesias italianas de las órdenes mendicantes.

La construcción comenzó por la puerta de la Almoina, de estilo tardorrománico. Las obras se prolongaron durante dos siglos, básicamente entre 1262 y 1356. Posteriormente se fueron incorporando elementos de otros estilos como el Renacimiento, Barroco o Neoclasicismo.

A fines del XIII ya se había terminado el cimborrio, uno de los elementos que dan una relevancia especial al edificio, según Jaime Sancho, director del Museo de la Catedral de Valencia. También estaba acabado el ábside poligonal.

A lo largo del siglo XIV se construyó la puerta de los apóstoles, de estilo gótico y que fue restaurada en los años noventa del siglo pasado, la sala capitular, donde hoy está el Santo Cáliz, y el Micalet, iniciado en 1381 y finalizado en 1425.

Tanto la puerta de los apóstoles como la torre del Micalet son de los elementos más distintivos de la catedral. La primera se llama así por las esculturas de los doce apóstoles y ante ellas se reúne cada jueves el Tribunal de las Aguas. Es de estilo francés y consta de tres arquivoltas ojivales que conforman una estructura abocinada.

El Micalet se ha convertido en uno de los elementos más conocidos de la ciudad y el nombre proviene de la denominación de la campana mayor que fue bendecida el día de San Miguel de 1418.

El cuarto tramo y último de la iglesia se construyó a lo largo del XV bajo la dirección de Pere Compte. La prolongación de la nave pretendía la conexión del templo con la sala capitular y con la torre campanario adquiriendo de esta forma la configuración estructural con la que ha llegado hasta la actualidad.

El estilo renacentista también está presente en la catedral. Una de sus principales representaciones es la decoración de la capilla mayor de la mano de Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano (1472).

El Barroco configura la puerta de los hierros. Fue diseñada en 1703 por Konrad Rudolf que a causa de la Guerra de Sucesión no pudo terminarla. Fue concluida por Francisco Vergara e Ignacio Vergara.

La última fase de la construcción se puso en marcha en el último tercio del siglo XVIII. En ella se renovó el edificio para darle una imagen propia del estilo neoclásico entonces vigente y con el que se pretendía tapar cualquier aspecto gótico, un estilo que en esa época era menospreciado.

Los trabajos comenzaron en 1774 a cargo del arquitecto Antoni Gilabert Fornés. Los pináculos exteriores del templo, tan propios del gótico, fueron eliminados y las azoteas se ocultaron. Además, se enmascararon con estucos y dorados los elementos de las vitrinas y tejados.

Es en ese momento cuando se construye el muro de la actual polémica. Según explica Sancho, se levantó cuando tras la Guerra de la Independencia se procedió a la restauración de una parte dañada. El objetivo de la pared fue regularizar la estructura de la calle de la Almoina que discurría junto a la seo.

La catedral tiene ahora varias actuaciones pendientes. La principal es la restauración de las ocho cúpulas del siglo XVIII que cubren las capillas exteriores. Jaime Sancho explicó que la reforma ya está aprobada y ahora se están recaudando fondos para acometer la obra. «Es una actuación compleja. Hay que utilizar teja valenciana azul que hay que construir adecuadamente», aclaró el director del Museo. Además, añadió que ya se hizo con una de la de San Pedro.

Otro de los proyectos pendientes es el arreglo de la 'logia dels canonges', construida por Miguel Porcar en el siglo XVI para intentar tapar la estructura gótica. No se trata de una actuación estructural, sino muy localizada para eliminar un problema de humedades. Sancho recordó que esta parte ya se restauró en la década de los años 60 del siglo pasado. Hasta 1960 permaneció cubierta por una techumbre.