El comercio pide incautaciones mientras Ribó insiste en legalizar a los manteros

El conflicto con los manteros en el centro de la ciudad no tiene visos de terminar pronto, y ya inmersos en la campaña navideña, los comerciantes del centro exigen al Consistorio más incautaciones y piden a Policía Local que continúe con la labor realizada este fin de semana, cuando se ha visto «mucha más presencia» de agentes por las calles peatonales del centro que en otras ocasiones, tal como explican desde la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche.

Pero como en todos los conflictos, aquí también hay varios actores. Uno de ellos, quizá el más importante, es, evidentemente, los comerciantes de la ciudad. Este puente, tras las publicaciones de LAS PROVINCIAS la semana pasada, notaron mucha más presencia de lo que es habitual en el centro de la ciudad. Según la gerente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche, Julia Martínez, las multas «no sirven de nada» porque estas personas «no tienen papeles y es muy poco eficaz». «Tienen que decomisar los productos. Me consta que lo hacen pero deberían hacerlo más. Este fin de semana sí lo han estado haciendo», comentó Martínez, que cree que la Policía Local ha de intentar que no sea «fácil» ponerse a vender productos ilegales en el centro.

«Parece que multar podría desanimarles, pero parece que a ellos les da igual que les sancionen porque sólo generas un expediente y luego no puedes cobrar nada porque no tienen ni dirección. Lo operativo es que decomisen. Hay que hacerles la vida poco cómoda», insistió Martínez. La gerente de los comerciantes aseguró que allí donde la Policía Local es permisiva, «se genera un efecto llamada para que vengan más. Eso es lo que hay que evitar». En este sentido, sindicatos de la policía ya alertaron la pasada semana de la falta de personal para hacer frente al fenómeno de los manteros.

El otro actor es el Ayuntamiento de Valencia. Tal como ayer publicó este diario, se ha dejado de poner multas a los manteros. Aseguran desde la concejalía de Espacio Público que el motivo es que la ordenanza de 2004 no regula la venta no sedentaria fuera de los lugares señalizados para ello. Desde el departamento que dirige Carlos Galiana no pudieron ayer dar una fecha para la entrada en vigor de la nueva ordenanza, que ya se encuentra en exposición pública.

El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, insistió en que están modificando «un elemento de la ordenanza que es donde está el tema de los manteros porque por aspectos jurídicos la aplicación de sanciones tiene una cierta dificultad». Sobre su opinión personal, el primer edil cree que es necesario «crear espacios para ellos donde puedan practicar un trabajo legal». El alcalde puso de ejemplo a los paquistaníes con sus tiendas de alimentación y a los rumanos con el reciclaje. «Habría que pensar en cosas así, buscarles algún tipo de trabajo legal y que se puedan especializar», dijo.

Por su parte, la concejala de Migraciones Neus Fábregas recordó que dentro del Plan de Inmigración ya aparecía la posibilidad de buscarles un espacio en la ciudad donde pudieran desarrollar su actividad siempre que dejaran de vender productos falsificados y entraran en el sistema con documentación legal, lo que de manera efectiva les convertía en cualquier otra cosa menos manteros. «Trabajamos porque su situación sigue sin estar regularizada y se ven obligados a hacer una venta ilegal en la calle. Tenemos que generar medidas para que puedan insertarse en la ciudad. Hay que ver primero cuál es la situación social, de formación y administrativa de cada uno para poder llevar a cabo nuestras políticas públicas», dijo la edil Fábregas, de València en Comú.