M. GUADALAJARA
Jueves, 15 de abril 2021, 00:35
«Si no es una cuestión de firmas, como dice el alcalde, ¿En qué se basan los presupuestos participativos?», apuntan desde la asociación de vecinos de La Roqueta. Después de las palabras de Joan Ribó defendiendo la propuesta del arco de entrada al barrio, en la calle Pelayo, y su rechazo a escuchar la opinión de los vecinos insistiendo en que «no se va a hacer un referéndum sobre este tema», los vecinos lanzan esta pregunta sujetando en la mano el escrito en contra de la propuesta firmado por el doble de vecinos de los que se valió el Ayuntamiento para sacar adelante el proyecto.
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«La propuesta de crear un 'Chinatown' fue respaldada por 342 firmas, un número bastante bajo, dado que puede votar cualquier persona empadronada en Valencia. Pero nuestro escrito en contra, difundido solo por las calles afectadas, ya dobla esa cifra», aseguran los vecinos.
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Para ellos no se trata de hacer un referendum, sino que reclaman que se les escuche. «Que se escuche el clamor popular contra los arcos chinos en La Roqueta. Le invitamos a acercarse al barrio, la indignación con el proyecto es generalizada. No por xenofobia, ni rechazo hacia la comunidad china, con la que convivimos sin problemas. Sino porque no es real, Pelayo no es un barrio chino. Es un barrio con una rica historia y patrimonio valencianos.
Los vecinos responden al primer edil, sobre sus declaraciones en las que señaló que había que cumplir las normas sobre el Presupuesto Participativo ya realizado por el Ayuntamineto de Valencia. «Las reglas eran muy claras», insistió el primer edil, que también puso en valor «la cultura china» de la zona.
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Sin embargo, según explican los vecinos, el rechazo está respaldado por los propios comerciantes de procedencia asiática, muchos de ellos, firmantes en el escrito en contra de la propuesta. Insisten los propios residentes de la zona que los comercios chinos no llegan al centenar y son casi exclusivamente restaurantes y peluquerías. «No se pueden comprar telas, artesanía, bisutería, ni souvenirs chinos, como en la mayor parte de los Chinatowns del mundo. Y, lo más importante, los habitantes del barrio no son chinos. En La Roqueta convivimos muchas nacionalidades diferentes y estamos orgullosos de ello. Igual, que de nuestra identidad valenciana, que vemos ninguneada y atacada por esta iniciativa», añaden.
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El primer edil, el pasado martes zanjó el tema asegurando que «estas cosas las trabajaremos pero no es una competencia de firmas. Aquí ha habido unos Presupuestos Participativos, ha aparecido esta propuesta y a partir de ahí iremos trabajando y resolviendo los problemas».
A lo que los vecinos contestan que no se está cuestionando el proceso realizado pero consideran que «actualmente las normas a las que alude no recogen ningún mecanismo para oponerse a una propuesta. Entendemos que, generalmente, los proyectos suponen mejoras difícilmente cuestionables. No es el caso de este proyecto y es indudable que ha despertado controversia».
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Para la asociación de vecinos tampoco se está respetando la igualdad entre vecinos, como exigen las normas de los presupuestos; dicen que se impone una cultura sobre el resto. «Suponen la creación de un gueto en nuestra ciudad y si realmente quieren resaltar la importancia de la cultura china en este barrio deben buscar maneras que no ensombrezcan ni anulen el patrimonio histórico de la ciudad, ni la identidad valenciana de La Roqueta».
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