Ribó pagó un sobrecoste de 80.000 euros por la fallida reforma del Gulliver

Este tipo de sobrecostes son, eso sí, habituales en las obras municipales. Cuando se termina un trabajo, la empresa repasa lo que ha hecho y pasa la factura con los trabajos no presupuestados. Llama la atención, eso sí, que el Consistorio lo pagara sin comprobar el estado de las obras. También cabe la posibilidad, por supuesto, de que la circunstancia de que el pago se haya hecho diez días antes de detectar nuevas deficiencias que tuvieron que ser subsanadas de forma urgente haya sido una tremenda casualidad.

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La concejalía de Campillo sacó ayer pecho por la apertura de puertas «con normalidad» una vez terminadas las reparaciones. Campillo defendió que el Gobierno de izquierdas «da la cara» ante este tipo de situaciones (aunque el viernes se escudó en que ni él ni Ribó iban «con la paleta»). Campillo garantizó ayer que buscará «todas las explicaciones» para averiguar «qué ha podido pasar». El vicealcalde indicó que los trabajos se acometieron este mismo viernes y que durante esa jornada se dejaron cerrados los dos toboganes para que se «asentaran» las reparaciones.

En todo caso, subraýo que el Consistorio «sigue investigando las causas» de esta situación, que obligó a clausurar esta parte de la instalación por motivos de prevención. Al respecto, avanzó que durante la próxima semana se celebrará una reunión entre representantes del Ayuntamiento y de la dirección de la obra y la empresa constructora, en la que se analizará «qué ha podido pasar» con el fin de evitar que estos hechos se vuelvan a repetir. El vicealcalde incidió en la «complejidad» de la reforma integral del parque Gulliver, motivo por el cual argumentó que el Ayuntamiento ha de exigir a la empresa «la máxima perfección» en la ejecución de la obra. «Estaremos muy vigilantes para que sea así», garantizó.

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Una vez reabiertos los dos toboganes cerrados el jueves, tal como contó este diario, Campillo resaltó que el parque funciona «con normalidad» e invitó a los niños y niñas de la ciudad a visitarlo para «comprobarlo por sí mismos».

Fuentes de su concejalía, eso sí, explicaron que ahora no saben si habrá que cerrar el parque, aunque tanto el jueves como el viernes aseguraron que sí sería necesario. El jueves, de hecho, dijeron que el cierre sería de un día, mientras que el viernes Campillo no quiso dar un periodo de tiempo. Cabe recordar que el Gulliver ha estado casi dos años cerrado por las reformas.