En las buenas cortes, el rey nunca se enteraba de nada. Basta con ver medio capítulo de Juego de Tronos para darse cuenta de que ... el monarca tiene que tener derecho a la negación plausible, a aquel famoso «yo no sé nada, las cuentas las llevaba mi marido». Algo así ocurre en el Ayuntamiento de Valencia, donde el alcalde, Joan Ribó, reina pero no gobierna. O sí gobierna, pero no de puertas para adentro, donde al menos de forma oficial ha adoptado una postura alejada a los negociadores que estos días ultiman las listas de Compromís para las elecciones municipales de 2023.
Es un proceso siempre traumático. El complicado laberinto interno de la formación nacionalista, con hasta tres partidos peleándose por los puestos de salida (10, en teoría) en las listas, deja detrás cadáveres ilustres. Como el de Isa Lozano, número 2 (!) en 2015, que ahora queda fuera. O como el de Glòria Tello, que con toda probabilidad dirá adiós a su acta de concejal al quedar cuarta en las votaciones por apenas un sufragio. Le superaron, en las primarias de Iniciativa, Sergi Campillo, Luisa Notario y Juan Antonio García, portavoz de los jóvenes del partido. Y eso que hasta un centenar de profesionales del mundo de la cultura ha escrito una carta en la que le piden a Ribó que la mantenga en las listas por su «sensibilidad». A Tello se le podrán echar en cara muchas cosas, seguro, pero no se le puede negar que se ha batido el cobre en estos años en el Ayuntamiento y que ha capitaneado cuestiones que parecían secundarias como el bienestar animal, donde se ha dejado notar esa 'sensibilidad' especial de la concejala que rescató un pájaro de una alcantarilla moviendo cielo y tierra para sacarlo de ahí. El enfado en el entorno de Tello es palpable y tensiona el seno de un Compromís que no es el partido más tranquilo del arco parlamentario. Tampoco repetirá Alejandro Ramón, un concejal casi invisible que no ha sabido aprovechar su papel como edil de Cementerios, Agricultura o Emergencia Climática, mientras el planeta se preocupa por el fin del mundo por culpa del cambio climático.
Estas votaciones también han dejado fuera a Jordi Peris, uno de los hombres fuertes del alcalde Ribó. Peris empezó en 2015 como portavoz municipal de València en Comú, pero en 2017 dimitió y, de paso, dinamitó a la marca blanca de Podemos. Luego se presentó como independiente, pero terminó en el poco apetecible número 13. Eso sí, acabó trabajando codo con codo con el primer edil con el cargo de coordinador general de Estrategia Urbana y Agenda Sostenible. Carlos Galiana, por cierto, renunció a ir en las listas incluso antes de que empezara el proceso.
Una comisión negocia estos días la confección de los listados antes de la asamblea de diciembre
Eso en Iniciativa. En Més-Compromís, las aguas bajan más tranquilas, pero porque ha habido 'dedazo'. Aterrizará en el Ayuntamiento Papi Robles que junto a Ferran Puchades, Eva Coscollá y Maria Giner conformará una lista en la que también estará Pere Fuset, que se ha pasado un mandato entero en el ostracismo a la espera de que se dictamine su responsabilidad en el fallecimiento de un operario en el montaje de los conciertos de Viveros de 2017.
Completarán la lista Joan Ribó, claro, y Giuseppe Grezzi, como independientes, y Lucía Beamud, por Els Verds. La comisión negociadora elabora estos días la lista definitiva, pues tiene que ser paritaria, de cara a la asamblea del 1 de diciembre. No se esperan grandes sorpresas, sobre todo una vez que el alcalde ya ha dicho que no se va a meter en cuestiones de partido. Ya saben: «Es que eso lo lleva mi marido».
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