Sigue la expansión de los apartamentos: de bajo comercial a cinco pisos de 40 metros en el barrio de Patraix de Valencia

Es el caso de un grupo de apartamentos ubicados en la calle Doctor Pérez Feliu de Valencia, en el barrio de Patraix. En un antiguo local comercial que una vez fue un pub y después permaneció varios años cerrados. Ahora se ha convertido en cinco pisos de uso turístico.

Son de reducido tamaño. Unos 40 metros cada uno, tal y como relata la plataforma Airbnb en la que se ofertan. Los precios de estos apartamentos varían en función de la época del año y la demanda, aunque llegan a rozar los 200 euros por noche en el mes de julio.

A pesar de situarse en la periferia de la ciudad, a 40 minutos a pie del centro, se publicita como una «experiencia de lujo» en un «céntrico alojamiento. El apartamento cuenta con una única reseña en la plataforma Airbn. El usuario, procedente de Ciudad Real, muestra su descontento con el lugar con una estrella.

El cliente denuncia que está «sin acabar», y lo acompaña de una lista de cosas que echó en falta: agua caliente, papel higiénico, wifi o cobertura móvil. Por su parte, la anfitriona asegura en la oferta que «tiene todo lo necesario» y está «bien equipado».

El espacio tiene un aspecto moderno y nuevo en su interior. Según el autor de la reseña, sin embargo, carece de muebles como sillas, mesa o armarios para guardar la ropa. «No he podido ni deshacer la maleta», lamenta el usuario, que pagó 120 euros por noche. De hecho, en las fotos colgadas en Airbnb no se ve rastro armario, aunque si unos taburetes y una mesa alta de color blanco.

El boom de los apartamentos turísticos prosigue pese a la reciente suspensión de licencias dictada por el Ayuntamiento en toda la ciudad y siete pedanías. Todo ello responde sobre todo a la tremenda rentabilidad de este tipo de establecimientos. Como señalaba el esudio encargado por el Ayuntamiento, para justificar la moratoria dictaminada, los apartamentos turísticos logran unas ganancias tres veces superior a la de los arrendamientos tradicionales de viviendas. Esta es una de las razones del estrangulamiento qu está sufriendo el mercado del alquiler, con escasez y precios desorbitados, lo que obliga a muchos vecinos de Valencia a tener que acabar viviendo fuera de la capital.

Y el fenómeno de la proliferación en el extrarradio no es una novedad sólo en Patraix. Como ya informó LAS PROVINCIAS recientemente, los apartamentos florecen ya incluso justo en el límte del término de la ciudad, como es el caso de un cuantioso número de estos locales que se han abierto en la calle Archena, en la frontera ya con Mislata, y que ha obligado a los vecinos a imponer a los locales condiciones draconianas, como prohibir la música en un sinfín de horas o no permitir el 'check-in' automático.

Los vecinos se muestran «desconfiados» con estos nuevos pisos. «La gente que viene no tiene ningún miramiento por nosotros, se comportan como quieren», critica Enrique. Y añade que hay una «sensación de inseguridad generalizada», y teme que «esto vaya a más».