A las 8 de la mañana, como un reloj, se encontraba Pepi Carrasco en la calle de la Paz guardando sitio para 15 personas que pertenecen a tres familias. La Cabalgata de Valencia es un acontecimiento que tiene subrayado en rojo. Se trata del octavo ... año consecutivo que madruga para hacerse con un sitio privilegiado. «Para mí, vale la pena sólo por ver la sonrisa de los nenes cuando ven pasar a los Reyes Magos», afirma. Ella ha sido de las primeras en llegar y ha colocado varios carteles con el nombre 'Familia Carrasco Huerta' a lo largo de un tramo de las vallas, instaladas para delimitar el recorrido que realizarán Sus Majestades de Oriente.
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«Mis familiares están trabajando, ya que es laborable. Yo siempre intento cogerme este día de vacaciones para coger los sitios para los nenes», afirma Pepi. Sobre las 11 horas, han comenzado a desfilar los camiones que transportaban las 2.800 sillas proporcionadas por el Ayuntamiento de Valencia. Unos 20 jóvenes trabajadores las iban distribuyendo con agilidad en dos filas por ambas aceras de la calle.
El trayecto con sillas arranca en Navarro Reverter y concluye en la plaza del Ayuntamiento. Pero la franja más demandada es, sin duda, la emblemática calle de la Paz. Allí han estado los más madrugadores para asegurarse un hueco en primera línea. Una vez colocados los asientos por los empleados, los asistentes han ido acordonando con cinta o cuerda los grupos de localidades que guardan para sus respectivos familiares o amigos.
«El año pasado fue diferente porque el Ayuntamiento no puso sillas. Entonces las trajimos nosotros de casa. Le gente es muy respetuosa. Incluso nos ayudamos, por ejemplo, para ir al baño. De normal la gente respeta porque saben que si estás aquí es porque tienes niños pequeños y te gusta que ellos estén en primer fila», comenta Pepi, quien ha llegado preparada con un bocadillo. Son las 11. Por delante, siete horas de espera. Toca llevar víveres: comida, picoteo, refrescos...
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Y desde las 12 horas, cerca de 30 trabajadores vestidos de pajes han pasado por las zonas de sillas para cobrar por el alquiler. El precio, cuatro euros por asiento. Y en efectivo. Los empleados entregan unas pulseras identificativas a los compradores, que en la mayor parte de los casos permanecen guardando el sitio para evitar sustos.
«Se recomienda a los compradores que no abandonen el puesto reservado y pagado hasta la conclusión del desfile», ha indicado el Ayuntamiento a través de un comunicado. Lucía Sánchez es una de las jóvenes pajes que ha vendido las pulseras. «Les aconsejamos que se queden guardando el sitio. Es una ley no escrita. Está todo bastante bien controlado. La gente tiene ganas de ver la cabalgata. Es una vez al año. Vienen aquí y pasan el día«, avisa.
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Las pulseras van numeradas, pero las sillas no. De esta forma, supone un riesgo abandonarlas. Hay personas que, para gozar de más libertad, optan por una solución. Es el caso de, entre otras, la familia Soto Grande, que ha dejado pegadas en las sillas que le corresponden unas hojas con su nombre, el mensaje de «asientos reservados y pagados» y los números de las pulseras adquiridas. Para evitar confusiones y dilemas.
María José y su hermana han llegado a las 9 para guardar asientos para los diez integrantes de su familia, con niños de entre tres y diez años. Una costumbre que adquirieron antes de la pandemia. Tienen varias horas por delante hasta que arranque la cabalgata. «Al final no se hace tan pesado. Vamos a hacer turnos nosotras dos. Leemos un rato, hablamos, miramos el móvil... Se hace por los niños. Se ponen súper contentos», afirma. Y asume que, cuando las carrozas comienzan a desfilar, pueden surgir ciertas tiranteces: «Cuando llega el momento de empezar la cabalgata, si no están todas ocupadas porque alguien ha tardado un poco, sí que empieza a haber un poco de tensión, pero en general hay buen ambiente».
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La familia Zárate es numerosa y ha guardado ni más ni menos que 25 localidades. Las más pequeñas juegan a las cartas. En otra zona, un niño se distrae sobre un bolardo de piedra con un juego de bloques de construcción. No faltan las mantas, ya que al irse el solo refrescará. Los más mayores, cerveza en mano, conversan tranquilamente.
En la calle de la Paz, a la altura del número 22, una familia no ha podido guardar todos los asientos que necesitaba y ha decidido añadir una tercera fila con seis sillas plegables llevadas de casa. Un hecho que ha dejado contrariada a una vecina de ese portal.
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En otras vías menos solicitadas, como la calle Palanca o Navarro Reverter, todavía había varias localidades sin reservar a las 13 horas. Este año, la cabalgata tiene el lema «Un niño que lee será un adulto que piensa». Está previsto que los Reyes Magos lleguen, junto a sus pajes, a las 16.30 horas. Lo harán por vía marítima, en catamarán, donde serán recibidos por las autoridades. Luego irán hacia el Palacio de la Exposición, desde donde el cortejo real partirá a las 17.30 horas. Cruzará la Alameda y el puente de las Flores para luego ir hacia Navarro Reverter, Porta de la Mar, General Palanca, General Tovar, Paz, plaza de la Reina y San Vicente Mártir. Está previsto que la cabecera de la cabalgata llegue sobre las 18.15 horas a la plaza del Ayuntamiento.
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