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Lola Soriano
Valencia
Viernes, 31 de marzo 2023
Ni están ni se les espera. La supermanzana que el Ayuntamiento de Valencia ha inaugurado justo antes de Fallas y de las elecciones municipales en la Pechina no tiene pasos de peatones, una situación que ha enfadado mucho a los vecinos y a los padres ... que llevan a sus hijos a los colegios, ya que en la zona hay tres centros escolares: Jesús y María; Escolapias y Teodoro Llorente.
Si bien el gobierno de Compromís y PSPV han remodelado este eje viario entre Palleter, Calixto III y Erudito Orellana y destacan que han creado una plataforma única para viandantes y conductores de vehículos con preferencia peatonal, la realidad es que hay puntos donde coincide el paso de coches y transeúntes y no se han pintado las líneas blancas que identifican estos puntos como pasos de peatones.
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LOLA SORIANO
Algunos padres de alumnos acompañan a LAS PROVINCIAS para comprobar la situación y son diez los puntos donde antes existían pasos de peatones que ahora han desaparecido. «En Juan Llorens con Calixto III, que es donde han restringido la velocidad a 10 kilómetros por hora, había un paso de peatones y ya no está. En la zona entre Palleter y Calixto III son otros cuatro los que no se han pintado; lo mismo ocurre con Calixto III con Fernando el Católico; y en Palleter con Erudito Orellana también está sin pintar, ni tampoco en Palleter con Gabriel Miró y faltan otros dos en Calixto III con Padre Rico».
Como explica una la madre de una alumna que prefiere preservar su identidad, «resulta que cuando empezaron las obras pusieron las típicas cintas de carrocero pegadas en el suelo y simulaban las líneas blancas del paso de peatones. Pues resulta que en muchos de estos puntos, se han quedado pegadas esas cintas y encima han pintado unas cruces amarillas, como en el resto de la calzada donde han quitado los aparcamientos».
Aseguran que es un peligro «porque ni niños ni mayores nos aclaramos, porque pasos peatones como tales, con las líneas blancas no han hecho, no sé si es que se han olvidado o qué, y el día que cruce un niño y se lo lleve un coche por delante veremos, porque en esta zona hay tres colegios».
Además, con el constante paso de vehículos partes de estas cruces de color amarillo se están empezando a desdibujar cuando sólo han pasado quince días desde su inauguración.
Un comerciante, Juan Carlos Roldán, explica que «han vendido la idea de que los peatones cuando entran en la supermanzana tienen siempre prioridad y no han puesto pasos de peatones y es una estupidez más de lo que han hecho». Y añade que cuando le informaron del proyecto «pensé que era una broma, pero no es un despropósito y han quitado más de 300 plazas de aparcamiento y no hay ninguno nuevo hecho, venden mentiras».
Resulta curioso que en todos los puntos donde antes habían pasos de peatones, ahora se han puesto unas lenguas de acero con realce y a continuación unas cruces amarillas, pero eso puede llevar a confusión porque las cruces no son señales viales.
De hecho, expertos en la materia han podido comprobar el marcado de las cruces amarillas en los puntos donde antes había pasos de peatones y aseguran que no pueden funcionar como tales. Ignacio Lijarcio, investigador del Instituto de Tráfico y Seguridad Vial de la Universitat de València, explica que «esas cruces amarillas no son una señal vial, no es un paso de cebra».
Argumenta que en el «catálogo de marcas viales del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, se recoge que en vías urbanas en las que se pretenda fomentar la movilidad sostenible y el calmado del tráfico, podrán disponerse sobre la calzada líneas, formas geométricas y figuras de distintos colores, pero acto seguido aclara que en el texto se concreta que no serán consideradas como marcas viales».
Es decir, que se pueden usar estas formas geométricas en la calzada para marcar la ampliación del espacio peatonal en la plataforma única de la calzada, como zona reservada para peatones, pero esas cruces no pueden usarse para conformar un paso de peatones porque no son marcas viales.
Lijarcio insiste en que «esas cruces naranjas y amarillas que han puesto en la Pechina se pueden poner para indicar que es una zona de calmado de tráfico, pero no cumple de ningún modo la función de paso peatonal ni pueden sustituirlos». Y añade que las lenguetas de resalte que se han instalado en el suelo, justo al lado de los antiguos pasos de peatones, «en la plataforma compartida entre peatones y coches puede hacer que el peatón con movilidad reducida se tropiece, por tanto, pueden convertirse en un obstáculo o barrera arquitectónica».
Comerciantes como Isabel Daroca comenta que «nadie entiende las cruces que han puesto en los antiguos pasos de cebra y no se sabe quién tiene que pasar porque no las cruces no son señales».
Los vecinos de la zona aseguran que, además, «hay conductores que vienen por la zona, no entienden bien el diseño que se ha hecho y en lugar de girar desde Palleter a Calixto III se cuelan entre los maceteros y los bancos que han puesto en el cruce de la manzana para seguir por Palleter. También hay gente con patinetes o bicis que directamente pasa por el medio de la manzana».
De igual modo, critican que hay escasas papeleras, «y la gente tiene que ir buscándolas y algunos tiran los papeles o las latas en los mismos maceteros horrorosos que han puesto de color naranja Compromís en la zona», comenta una madre.
Otros comerciantes como Luz Bedoya afirma que «como casi no hay separación entre la ampliación que han hecho de peatones y la zona de paso de coches y cuando veo jugar a algún niño a la pelota solo hago que sufrir porque algún día saldrá un chiquillo corriendo y habrá un accidente».
No hay que olvidar que en Barcelona, donde se empezaron a impulsar estas superislas, por la moda del urbanismo táctico con el que se hacen reorganizaciones de espacios sin hacer obras, en agosto de 2022 ya se tuvieron que retirar las bolas de hormigón y bancos de piedra que se pusieron y se lijó el suelo de pintura amarilla que se pintó en el Eixample por las críticas de peatones y conductores.
Por su parte, desde el PP afirman que lamentan que la supermanzana de Pechina «no contente ni a vecinos ni a comerciantes. »En lugar de crear zonas verdes, se ha creado una explanada de asfalto que no ha gustado y en la que se han gastado unos 800.000 euros a base de asfalto, pintura amarilla y maceteros«.
Critican que se hayan olvidado de poner pasos de peatones. Según el concejal popular Carlos Mundina, «una vez más se realiza una obra sin el consenso de los vecinos que se encuentran con un espacio que les genera rechazo porque no es un espacio amable sino un lugar en el que reina el asfalto». Y añade que «se han suprimido 350 plazas de aparcamiento para las que se han dado alternativas reales».
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