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En el mundo postcovid, el espacio será un bien preciado. Al menos eso parecen indicar todas las recomendaciones sanitarias. Por eso, desde el Consistorio buscan a marchas forzadas soluciones a determinados problemas, como por ejemplo la nueva orden de que en las terrazas de los bares y cafeterías se mantenga una distancia física de dos metros entre comensales, lo que en la práctica ha provocado que muchos locales no abran sus terrazas. Simplemente, no les sale a cuenta. La cancelación de la tasa es una petición de la Federación de Empresarios de Hostelería de Valencia (FEHV) y el Consitorio ampliará así la suspensión temporal que se había decidido aplicar para los dos primeros meses de la pandemia, marzo y abril.
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Según los planes municipales, tal como ha podido saber este diario, la intención es que los bares y cafeterías no tengan que pagar la tasa durante todo el año, previendo que los meses de verano habrá restricciones que complicarán el normal funcionamiento de las terrazas. Lo cierto es que la recaudación prevista este año en el presupuesto municipal por esta tasa es de 2,3 millones de euros, menos de un 1% del presupuesto total del Consistorio de casi 900 millones de euros. Sin embargo, como advirtieron desde la FEHV cuando la pasada semana se reunieron con la concejala de Espacio Público, Lucía Beamud, para muchas empresas de restauración es un gasto que no entendían que tuvieran que abonar dado que estaban cerradas. Ahora pueden abrir, pero con una restricción del 30% de aforo, lo que en la práctica hace imposible su funcionamiento. Por eso, la inmensa mayoría de locales ha tenido que optar por no abrir, pese a que desde el lunes en teoría podían hacerlo.
El Consitorio espera que esta decisión suponga un alivio para las empresas, sobre todo después de que la pasada semana Beamud se limitara a asegurar que iban a estudiar la opción de alargar la suspensión. Según informan fuentes conocedoras de la situación, no será un aplazamiento sino una cancelación total para todo el año, no sólo mientras dure el estado de alarma o las restricciones de aforo.
Otro día a medio gas para la nueva red de la EMT. La línea C-1, que servirá de enlace entre los intercambiadores de Porta de la Mar y Xàtiva y que será la única que entrará en la plaza del Ayuntamiento cuando terminen las obras (se prevé que el lunes que viene), funcionó otra vez con muy pocos pasajeros, apenas dos o tres por autobús, tal como pudo comprobar este diario. Las frecuencias de paso, además, la mitad de las que anunció en su día el presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi.
Sin embargo, según explican fuentes de la empresa municipal, esto se debe a que salen menos autobuses a la calle con motivo de las restricciones del estado de alarma. El Gobierno ha ordenado que la oferta de todo el transporte público se adapte a la demanda, lo que en la práctica significa un descenso de la cantidad de autobuses que ronda el 50% de los que salen habitualmente. La previsión de la empresa es ampliar poco a poco la frecuencia de las líneas al sacar más coches a las calles. De hecho, según los sindicatos, en Correo Viejo se trabaja con la idea de que el próximo lunes circulen en Valencia los mismos autobuses que un día laborable de verano, unos 500.
Mientras tanto, la nueva red sigue adaptándose. La empresa ha colocado carteles informativos en las paradas y da cuenta de cómo funcionan las líneas en sus televisiones de a bordo, aunque en algunos enclaves, como por ejemplo en la parada de San Agustín, hay cierta confusión respecto a dónde se detiene la C-1. La línea, por cierto, sigue sin entrar en la plaza.
A vueltas con las terrazas, Espacio Público anunció ayer que en la nueva plaza del Ayuntamiento, donde siguen los trabajos para su peatonalización que han de terminar el lunes que viene, las nueve terrazas situadas en la plaza y alrededores, como Marqués de Sotelo, que ahora están en las aceras se bajarán al asfalto, el nuevo espacio público recuperado. La concejala Beamud explicó que se trata de la segunda zona de la ciudad donde el Ayuntamiento lleva a cabo una operación de bajar terrazas a la calzada, ya que la primera fue hace escasos años en la parte del Mercado Central y la Lonja. «Visto el buen funcionamiento que ha tenido en este espacio, ahora llevaremos a cabo lo mismo en la plaza del Ayuntamiento que verá como las aceras quedan totalmente libres para pasear», dijo.
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Los vecinos, eso sí, han protestado en varias ocasiones por que el espacio público recuperado en María Cristina ha sido ocupado por terrazas. La última vez, el mismo lunes, cuando se reunieron con el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la Federación de Asociaciones de Vecinos trasladó al primer edil su predisposición a negociar medidas de ayuda, siempre que no suponga un aumento generalizado de horarios o de superficie ocupada por terrazas, «puesto que iría en detrimento del espacio público para el peatón, más necesario que nunca en estos momentos», según indicó la entidad en un comunicado remitido a los medios.
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Espacio Público retomará mañana las mesas de trabajo conjunto entre vecindario y hosteleros para abordar cómo gestionar las terrazas en el escenario de desescalada por coronavirus y para afrontar los nuevos planes especiales que se hayan de aprobar en el futuro. Estas mesas están divididas por barrios dado que, como indican desde la federación, cada distrito de la ciudad tiene problemas distintos y no se pueden abordar todos de forma conjunta.
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