El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia quiere mejorar el control que se ejerce de las cuentas de los grupos municipales. Y lo hará ... tras un informe del Tribunal de Cuentas que desvela que el control que se hizo al menos en el último año de gobierno de Ribó «no es efectivo». Así las cosas, la intención del Consistorio es «mejorar» la fiscalización que hacía Compromís y PSPV de las cajas de los grupos municipales.
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De hecho, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ya ha pedido a Intervención Municipal un informe que «atienda las recomendaciones del Tribunal de Cuentas», según fuentes municipales. Uno de los principales cambios que incorporará el nuevo equipo de gobierno es que los grupos municipales «tendrán que reintegrar el dinero no gastado y justificado» cada año y no como ahora, que se hacía a final de mandato.
Además, se da la circunstancia de que si un grupo político existía después del final de mandato, porque sus concejales seguían en el Consistorio tras las elecciones, no hacía falta que devolvieran el dinero. Se quedaba en la caja como remanente y podía ser usado con normalidad.
Según fuentes municipales, en estos momentos, «el Ayuntamiento no utiliza criterios objetivos para la cuantificación de la asignación a los grupos, algo que cambiará» en las próximas fechas. La alcaldesa Catalá, tras conocer el informe, ha destacado que ya ha ordenado «que se eleven los sistemas para que sea mayor la transparencia». «Debe ser una de las premisas de un buen gobierno», ha dicho.
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Según el informe del Tribunal de Cuentas, «el Ayuntamiento de Valencia no utiliza criterios objetivos par la cuantificación de la asignación a los grupos municipales, ni tiene en cuenta los costes de funcionamiento de aquellos para el establecimiento de la dotación». Sobre la calidad del control de cuentas, el tribunal lo considera oportuno y adecuado «al ejercerse el control sobre todos los gastos realizados por los grupos municipales, sin restricción alguna», pero lo tilda de no efectivo «porque sólo se exigen reintegros de los saldos sobrantes a fin de mandato y para los grupos que no repiten».
El informe llega semanas después de que otro, en este caso de Intervención Municipal, afeara a Vox el control de sus cuentas, con un desajuste en la caja que el actual portavoz municipal del grupo, Juanma Badenas, siempre dijo que no era tal. «Es una cuestión de los que estaban el año pasado», dijo el portavoz. Finalmente, Vox repuso el dinero y anunció una auditoría a los grupos municipales del anterior mandato, lo que Badenas tildó de «una auditoría de infarto al Rialto».
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