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Valencia calienta motores para Nochevieja... con el tardeo
Centenares de valencianos adelantan la fiesta de año nuevo a la tarde del 31 de diciembre en zonas como Ruzafa, Alameda o la zona de Cánovas
El tardeo en Valencia es una realidad. La ciudad se ha acostumbrado a ver como muchos valencianos prefieren llevar sus momentos de ocio, copeo y baile a las tardes, evitando así trasnochar. Ante esta nueva ola, los bares y locales de ocio también extienden su oferta de apertura a las tardes de sábado. Con este contexto, desde aquellas de pandemia con toques de queda y limitaciones de aforo obligó a noches especiales como la de fin de año a readaptarse a su nueva realidad. Y estos cambios llegaron para quedarse. Esta Nochevieja han sido muchos los que han decidido empezar con la fiesta tras el café de la comida, llenando Valencia de ambiente horas antes que el reloj del Ayuntamiento dé la bienvenida al 2025.
Pasadas las cinco de la tarde en el barrio de Ruzafa ya comenzaban a salir grupos de amigos y familias de los restaurantes para instalarse en las terrazas de los bares y locales de fiesta. La lluvia que durante toda la mañana ha caído en la capital y puso en jaque la celebración de la Nochevieja en el Ayuntamiento ha dado una tregua y las terrazas se han llenado de gente dispuesta a tomar algo al aire libre. El tardeo, como ya es habitual en este barrio, no ha parecido algo muy diferente a lo que se experimenta cada sábado de los últimos años. Aunque eso sí, la gente arreglada, con ganas de dar la bienvenida al nuevo año de la forma más elegante, así como algunos valientes con gorros de Navidad, lentejuelas, o accesorios de lo más extravagantes, daban un toque de luz diferente por ser Nochevieja.
«Chicos, ¿buscáis un local de tardeo para Nochevieja«, interceptaba una joven con 'flyers' a los periodistas a los que les ha tocado cubrir la tarde festiva. Claramente no eran el objetivo de cliente que buscaba. A eso de las 17.30 de la tarde se notaba cierto ambiente de entre tiempo, como el descanso de un partido de fútbol. »¿Qué? ¿Copita antes de entrar o qué?«, preguntaba un hombre al aire entre un grupo de unas ocho personas. »Hay que tener en cuenta que hemos comprado la entrada de ingreso antes de las 19.00«, responde otra de las integrantes. Venga va, una rápida. Eso debieron pensar, porque finalmente se sentaron en una terraza. »Hemos comido, tomamos algo, y a disfrutar un rato. Cuando queramos nos vamos a casa y el plan está hecho«, explicaba el grupo acerca de qué iban a hacer esta tarde. Y es que algunos, priorizando la idea de no acostarse muy tarde, prefieren que las uvas sea lo último que hagan antes de irse a dormir.



En la zona de Cánovas, el ambiente en los locales emblemáticos era ya de celebración pura. Algo para tomar en las terrazas mientras se tienen las últimas conversaciones del año, mientras que la música sonaba ya 'a todo trapo' en el interior de los locales. Son muchos los que trabajan estos días para que el resto de la ciudad celebre. Aunque en algunos casos se puede hacer las dos cosas. En la peluquería Jorge Peris, de la calle Císcar, el ambiente era totalmente festivo. Serpentinas doradas por todo el local, collares de colores y antifaces con purpurina. «Así se trabaja mucho mejor, despedimos a las últimas clientas del año como toca y podemos celebrar mientras terminamos la jornada de trabajo», comentaban dos de sus trabajadores.
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Pese a que los relojes apenas pasaban de las 18.30 de la tarde, la cosa se animaba. Quizás demasiado. O si no, que se lo pregunten a esos grupos que ya tenían que empezar a llevar a cuestas a alguno de los integrantes -sí amigo, no me lo tengas en cuenta, tú y yo sabemos que te sobraban un par de copas-. La Nochevieja siempre está para celebrar, aunque siempre se debe hacer con responsabilidad y cabeza. «¿Quién lleva las entradas?», preguntaba una mujer, nerviosa, a las puertas de un local de ocio nocturno que también ofrecía una fiesta de 'tardeo'. Tranquilidad, la 'capitana de las entradas' las llevaba bien guardadas. El seguridad de la entrada al establecimiento les hacía la última foto de grupo del 2024, antes de adentrarse en el ambiente más fiestero para despedir el año.
Al igual que en Cánovas o Ruzafa, a la entrada del Palau Alameda las aglomeraciones de gente ya eran abundantes a mitad tarde. Escenas curiosas como mujeres maquillándose aprovechando los retrovisores de los vehículos aparcados, o abrazos de amigos que se reencontraban para acabar el año se podían observar alrededor de la antigua Piscina Valencia. Con el paso de los minutos las escenas del tardeo han comenzado a mezclarse con los primeros pasos de algunas personas cuya noche no ha hecho más que empezar. Comer y salir. Salir, tomar algo, cenar y festejar. Da igual el orden. Lo importante es celebrar. Y Valencia celebra que despide uno de los años más trágicos de su historia. Feliz 2025, esperemos que el futuro depare todas las alegrías posibles a esta ciudad.
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